¿Por qué los loros pueden imitar la voz humana? El estudio ciéntifico que desentraña el enigma

La comunicación es una habilidad fundamental en el reino animal, y cada especie tiene su propia forma de expresarse. Desde el ladrido de los perros hasta el canto de los pájaros, pasando por los rugidos de los leones o los maullidos de los gatos, los sonidos son sumamente diversos. 

Sin embargo, hay algo que distingue a los seres humanos del resto de los animales: nuestra capacidad para hablar. A pesar de esto, los loros parecen tener una relación especial con el habla humana. Pero, ¿cómo logran imitarla de manera tan efectiva?

¿Los loros realmente hablan?

En realidad, los loros son uno de los pocos animales capaces de imitar de manera espontánea los sonidos de otras especies, incluidos los humanos. 

Si bien no "hablan" en el sentido que lo hacemos los seres humanos, su capacidad para reproducir los sonidos del habla humana es sorprendente. Esta habilidad es fruto de un proceso de imitación altamente complejo que va más allá de un simple reflejo.

¿Qué tienen los loros en sus cerebros que les permite imitar sonidos?

Un estudio realizado por un equipo internacional de científicos, liderado por investigadores de la Universidad de Duke en Estados Unidos, se propuso desentrañar los mecanismos detrás de esta capacidad de imitación.

Publicado en 2015 en la revista científica PLOS One, el trabajo reveló que imitar sonidos requiere un nivel significativo de complejidad en el cerebro de las aves. 

Para que un loro pueda imitar un sonido, este debe reconocer la información auditiva, decodificarla y luego reproducirla con precisión.

¿Cómo están estructurados los cerebros de los loros?

La investigación encontró que los cerebros de los loros presentan diferencias estructurales clave que les permiten tener una habilidad sin igual para imitar sonidos. 

En particular, los cerebros de estas aves se estructuran de manera diferente al de otros tipos de aves, como los pájaros cantores, que producen cantos armoniosos, o los colibríes, que también tienen cierta capacidad para aprender sonidos.

La diferencia principal radica en la existencia de una estructura en su cerebro que los científicos denominaron "caparazón". Esta zona del cerebro, junto con su sistema motor, juega un papel crucial en el proceso de imitación, permitiendo que los loros integren la información auditiva con los movimientos necesarios para reproducir esos sonidos.