La ambición de Tadej Pogacar no conoce límites y, tras una última temporada de ensueño, el astro esloveno parece decidido a ejecutar una obra aún mayor en la actual. Después de conquistar la Strade Bianche, el Tour de Flandes y la Flecha Valona , y también de verse humanizado en la Milán-San Remo y en la París Roubaix, el corredor de UAE se llevó con una superioridad abrumadora, casi mesiánica, la Lieja-Bastoña-Lieja , clásica belga que finiquitó con un ataque a 30 kilómetros de la línea de meta que nadie fue capaz de contestar. La soledad fue su única compañía hasta que que amarró un nuevo y gigante triunfo. Tras más de 200 kilómetros y cinco horas de pedaleo, era...
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