Peinado se pasa el juego distópico: expulsa a un policía del coche y la lía para estar más alto que Bolaños

Las Charos como la menda, amantes de las novelas juveniles distópicas como 'Los juegos del Hambre', así como de las novelas distópicas de la alta literatura como son '1984' de George Orwell y 'Fahrenheit 451' de Ray Bradbury se nos salen los ojos de las órbitas cuando vemos al polémico juez, Juan Carlos Peinado, firmar autos tan locos que podrían llevar la rúbrica del mismísimo Berlanga o hacer peticiones dignas del mismísimo Coriolanus Snow. Y es que ver para creer. Que estedes, lectores, se preguntarán que si me he vuelto loca o qué carajo pasa con mi vida…que sí, que vale, que no soy la más cuerda del barrio, pero es que, comparada con Peinado, soy la jefa de psiquiatría de la Universidad de medicina de Harvard. Pero ya les cuento yo, para que me entiendan, y es que aquí nuestro 'amigo' Peinado se nos ha descolgado convirtiéndose en un 'Patrick Bateman' con toga y puñetas, que por suerte para todos, la parte psicópata no la trae, pero sí la pija (lean la novela por Dios)…y si no, que venga su señoría a explicarme por qué ha montado el pollo para estar más alto que el ministro Félix Bolaños. Narices, que un juez a punto de jubilarse monte un lío con las mesas y las sillas que le han preparado y pida una tarima porque, lo que en realidad quiere, es verse más alto que el testigo, pues qué quieren que les diga… es una movida que está, como mínimo, entre cualquier novela distópica donde el amado líder siempre tiene una posición de poder evidente, y American Psycho. Pero, por suerte, y como ya les he dicho antes, sin los muertos. Las locuras de Peinado Pero es que, además, todo esto venía precedido de que el señoro, uy perdón, señoría, dijo con sus santos arrestos sobresaliendo por la raja de la toga, que su integridad corrió peligro el pasado mes de julio porque los agentes de seguridad le hicieron identificarse en la Moncloa y había gente enfrente. Leche, ¡pues claro que lo identificaron! ¡como a todos los que entran al palacio de la Moncloa! Los cuernos del juez Peinado, en realidad, venían porque al abogado de Begoña Gómez, Antonio Camacho, no lo pararon en el control de seguridad. Acabáramossssss, pues el resultado ha sido que Peinado la ha liado parda pidiendo un coche oficial por un ataque de cuernos digno del Sálvame. Y cuando el Gobierno le da la razón como a los tontos (pedir subvención era demasiado evidente), el señoro, upssss, señoría, se nos descuelga, como si fuera el 'boss' de Gran Hermano, expulsando al policía que le debía escoltar del coche oficial que le llevaba a la Moncloa. Y es que de verdad, lectores, que soy incapaz de contarles esto sin parecer del Club de la Comedia, pero les juro que todo es real y se ha pagado con nuestros impuestos. Si el asunto no fuera tan serio, que ojo que tenemos a la mujer del presidente del...

Abr 17, 2025 - 23:00
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Peinado se pasa el juego distópico: expulsa a un policía del coche y la lía para estar más alto que Bolaños
Las Charos como la menda, amantes de las novelas juveniles distópicas como 'Los juegos del Hambre', así como de las novelas distópicas de la alta literatura como son '1984' de George Orwell y 'Fahrenheit 451' de Ray Bradbury se nos salen los ojos de las órbitas cuando vemos al polémico juez, Juan Carlos Peinado, firmar autos tan locos que podrían llevar la rúbrica del mismísimo Berlanga o hacer peticiones dignas del mismísimo Coriolanus Snow. Y es que ver para creer. Que estedes, lectores, se preguntarán que si me he vuelto loca o qué carajo pasa con mi vida…que sí, que vale, que no soy la más cuerda del barrio, pero es que, comparada con Peinado, soy la jefa de psiquiatría de la Universidad de medicina de Harvard. Pero ya les cuento yo, para que me entiendan, y es que aquí nuestro 'amigo' Peinado se nos ha descolgado convirtiéndose en un 'Patrick Bateman' con toga y puñetas, que por suerte para todos, la parte psicópata no la trae, pero sí la pija (lean la novela por Dios)…y si no, que venga su señoría a explicarme por qué ha montado el pollo para estar más alto que el ministro Félix Bolaños. Narices, que un juez a punto de jubilarse monte un lío con las mesas y las sillas que le han preparado y pida una tarima porque, lo que en realidad quiere, es verse más alto que el testigo, pues qué quieren que les diga… es una movida que está, como mínimo, entre cualquier novela distópica donde el amado líder siempre tiene una posición de poder evidente, y American Psycho. Pero, por suerte, y como ya les he dicho antes, sin los muertos. Las locuras de Peinado Pero es que, además, todo esto venía precedido de que el señoro, uy perdón, señoría, dijo con sus santos arrestos sobresaliendo por la raja de la toga, que su integridad corrió peligro el pasado mes de julio porque los agentes de seguridad le hicieron identificarse en la Moncloa y había gente enfrente. Leche, ¡pues claro que lo identificaron! ¡como a todos los que entran al palacio de la Moncloa! Los cuernos del juez Peinado, en realidad, venían porque al abogado de Begoña Gómez, Antonio Camacho, no lo pararon en el control de seguridad. Acabáramossssss, pues el resultado ha sido que Peinado la ha liado parda pidiendo un coche oficial por un ataque de cuernos digno del Sálvame. Y cuando el Gobierno le da la razón como a los tontos (pedir subvención era demasiado evidente), el señoro, upssss, señoría, se nos descuelga, como si fuera el 'boss' de Gran Hermano, expulsando al policía que le debía escoltar del coche oficial que le llevaba a la Moncloa. Y es que de verdad, lectores, que soy incapaz de contarles esto sin parecer del Club de la Comedia, pero les juro que todo es real y se ha pagado con nuestros impuestos. Si el asunto no fuera tan serio, que ojo que tenemos a la mujer del presidente del...