Pablo Sánchez pregona la Semana Santa de Triana con una declaración de amor al viejo arrabal
Que Triana tiene genio, duende y una forma de ser arrolladora son verdades inescrutables que en algunos casos pueden rozar el tópico. En la noche de este jueves 3 de abril, Pablo Sánchez Arias abrazó estas verdades para firmar una auténtica declaración de amor a su barrio en el Pregón de la Semana Santa de Triana. La parroquia de Señora Santa Ana acogió un año más este acto que marca la recta final de la Cuaresma en el viejo arrabal. Un acto que estuvo presentado por el delegado de Fiestas Mayores y del distrito Triana-Los Remedios, Manuel Alés, y que Sánchez, hermano de la Estrella y San Gonzalo , pronunció ante un abarrotado templo que no pudo evitar derramar alguna lágrima ni estallar en aplausos en numerosos momentos, especialmente en la prolongada ovación al final del pregón. Después de que la Banda Sinfónica Municipal , dirigida por Francisco Javier Gutiérrez Juan, interpretara 'Estrella, Luz Marinera' y 'Soleá, dame la mano', el pregonero, que a sus 26 años se ha convertido en el más joven de la historia del acto, comenzó con un elogio al barrio de Triana y una declaración de intenciones, sin dejarse un piropo en el tintero. Después, pasó a hilvanar vivencias personales , como su experiencia como costalero de Pasión y Muerte o su retransmisión como periodista de la salida de las Cigarreras: y recuerdos familiares , con el emotivo homenaje a su fallecido padre al hablar de la Madrugada que lo llevó a ver por primera vez la Esperanza de Triana. Tampoco faltaron los alegatos en defensa de la acción social de las hermandades, como el proyecto Esperanza y Vida de la O, contra la turistificación del barrio y la ciudad o la mirada nostálgica y evocadora de lo que pudo ser el cante de los gitanos al Cachorro en la tarde del Viernes Santo. El culmen del pregón, que se detuvo en las imágenes titulares de las siete hermandades de penitencia del distrito, llegó con las dos hermandades a las que pertenece Sánchez. Sin complejo ninguno habló de San Gonzalo : «La gente del Barrio León seremos muchas cosas. Anfibios, amantes de los excesos, kofrades, hermanos por postureo y muchas lindezas más que se han escuchado (...) pero, sobre todo, somos una cosa: de la Virgen de la Salud. Pueden preguntar casa por casa». También reconoció haberle pedido a la Estrella que le ayudara a encontrar la inspiración: «He tardado meses en darme cuenta, pero siempre estuvo ahí, como ha estado durante toda mi vida». Los versos finales, o eso parecía, fueron para su gran debilidad, el Señor de las Penas , cuya plegaria abrió verso por verso tras recordar que «la emoción es un sentimiento tan difícil de explicar como de expresar en muchas ocasiones. La vida no tendría sentido sin ella. Sin ese pellizco en el pecho». Un pellizco en el pecho que, seguro, se le quedó a más de uno con el epílogo del pregón, un nuevo canto de amor a Triana al compás de la popular marcha 'Triana' interpretada por la Municipal: «Puedo decir que mi sueño hoy se ha hecho realidad / Puedo decir que te dije que te iba a pregonar / Puedo decirte y no quiero que va tocando acabar / Puedo decirte seis letras y me sobra lo demás / Triana, sólo Triana, como tú no hay otra igual». Semanas antes del acto, Sánchez, que había sido asesorado por uno de sus grandes referentes, Víctor García-Rayo, confesaba en una barra de bar a este periódico que «esto es puerta grande o enfermería» , y que el 4 de abril, además de descansar y dar gracias, «al levantarme por la mañana, lo que quiero es decir que lo he hecho y lo he hecho bien». Puede estar tranquilo el pregonero: ha cumplido su cometido a poco más de una semana de que los primeros nazarenos inunden las calles de la Triana de sus amores.
Que Triana tiene genio, duende y una forma de ser arrolladora son verdades inescrutables que en algunos casos pueden rozar el tópico. En la noche de este jueves 3 de abril, Pablo Sánchez Arias abrazó estas verdades para firmar una auténtica declaración de amor a su barrio en el Pregón de la Semana Santa de Triana. La parroquia de Señora Santa Ana acogió un año más este acto que marca la recta final de la Cuaresma en el viejo arrabal. Un acto que estuvo presentado por el delegado de Fiestas Mayores y del distrito Triana-Los Remedios, Manuel Alés, y que Sánchez, hermano de la Estrella y San Gonzalo , pronunció ante un abarrotado templo que no pudo evitar derramar alguna lágrima ni estallar en aplausos en numerosos momentos, especialmente en la prolongada ovación al final del pregón. Después de que la Banda Sinfónica Municipal , dirigida por Francisco Javier Gutiérrez Juan, interpretara 'Estrella, Luz Marinera' y 'Soleá, dame la mano', el pregonero, que a sus 26 años se ha convertido en el más joven de la historia del acto, comenzó con un elogio al barrio de Triana y una declaración de intenciones, sin dejarse un piropo en el tintero. Después, pasó a hilvanar vivencias personales , como su experiencia como costalero de Pasión y Muerte o su retransmisión como periodista de la salida de las Cigarreras: y recuerdos familiares , con el emotivo homenaje a su fallecido padre al hablar de la Madrugada que lo llevó a ver por primera vez la Esperanza de Triana. Tampoco faltaron los alegatos en defensa de la acción social de las hermandades, como el proyecto Esperanza y Vida de la O, contra la turistificación del barrio y la ciudad o la mirada nostálgica y evocadora de lo que pudo ser el cante de los gitanos al Cachorro en la tarde del Viernes Santo. El culmen del pregón, que se detuvo en las imágenes titulares de las siete hermandades de penitencia del distrito, llegó con las dos hermandades a las que pertenece Sánchez. Sin complejo ninguno habló de San Gonzalo : «La gente del Barrio León seremos muchas cosas. Anfibios, amantes de los excesos, kofrades, hermanos por postureo y muchas lindezas más que se han escuchado (...) pero, sobre todo, somos una cosa: de la Virgen de la Salud. Pueden preguntar casa por casa». También reconoció haberle pedido a la Estrella que le ayudara a encontrar la inspiración: «He tardado meses en darme cuenta, pero siempre estuvo ahí, como ha estado durante toda mi vida». Los versos finales, o eso parecía, fueron para su gran debilidad, el Señor de las Penas , cuya plegaria abrió verso por verso tras recordar que «la emoción es un sentimiento tan difícil de explicar como de expresar en muchas ocasiones. La vida no tendría sentido sin ella. Sin ese pellizco en el pecho». Un pellizco en el pecho que, seguro, se le quedó a más de uno con el epílogo del pregón, un nuevo canto de amor a Triana al compás de la popular marcha 'Triana' interpretada por la Municipal: «Puedo decir que mi sueño hoy se ha hecho realidad / Puedo decir que te dije que te iba a pregonar / Puedo decirte y no quiero que va tocando acabar / Puedo decirte seis letras y me sobra lo demás / Triana, sólo Triana, como tú no hay otra igual». Semanas antes del acto, Sánchez, que había sido asesorado por uno de sus grandes referentes, Víctor García-Rayo, confesaba en una barra de bar a este periódico que «esto es puerta grande o enfermería» , y que el 4 de abril, además de descansar y dar gracias, «al levantarme por la mañana, lo que quiero es decir que lo he hecho y lo he hecho bien». Puede estar tranquilo el pregonero: ha cumplido su cometido a poco más de una semana de que los primeros nazarenos inunden las calles de la Triana de sus amores.
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