«No puede ser»: una soltera se queda sin habla al darse cuenta de la verdadera identidad de su cita de ‘First Dates’

Un restaurante para buscar el amor. ‘First Dates’ se ha convertido en un clásico de la televisión española. Desde su estreno en 2016, el programa de Cuatro, presentado por Carlos Sobera, ha sabido mantener su encanto intacto. Un restaurante de ambiente romántico sirve de escenario para que solteros de todas las edades se conozcan, hablen ... Leer más

Mar 30, 2025 - 12:16
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«No puede ser»: una soltera se queda sin habla al darse cuenta de la verdadera identidad de su cita de ‘First Dates’

Un restaurante para buscar el amor.

‘First Dates’ se ha convertido en un clásico de la televisión española. Desde su estreno en 2016, el programa de Cuatro, presentado por Carlos Sobera, ha sabido mantener su encanto intacto. Un restaurante de ambiente romántico sirve de escenario para que solteros de todas las edades se conozcan, hablen de sus vidas y valoren si entre ellos hay química. Lo que empieza con una cita a ciegas se convierte muchas veces en una historia que atrapa al espectador por su humanidad y espontaneidad.

El éxito de este formato reside en su sencillez y en su capacidad para ofrecer historias reales, con personas auténticas y sin guiones. No hay cámaras ocultas ni pruebas extravagantes: solo dos personas cenando y dejando que las conversaciones fluyan. A veces surge el amor, otras veces no, pero siempre se genera un momento televisivo entretenido. Esa naturalidad es precisamente lo que lo ha convertido en un fenómeno duradero.

Además, el casting de participantes es cada vez más variado, lo que alimenta las redes sociales con momentos virales y anécdotas que la audiencia comenta en tiempo real. Desde declaraciones surrealistas hasta encuentros incómodos, cada noche puede traer una sorpresa. Es ahí donde ‘First Dates’ se mantiene vivo, tanto en pantalla como en el ecosistema digital. El programa se ha ganado un lugar en la cultura popular por su mezcla de romanticismo, humor y verdad.

Una historia con pasado y muchas dudas.

En una de sus últimas emisiones, el programa volvió a regalarnos una cita memorable: la de María y Álvaro. María llegó al restaurante con ganas de cambiar de vida tras una etapa marcada por relaciones conflictivas. Reconoció ante las cámaras que antes era una persona “muy tóxica”, aunque esa actitud le ayudó a detectar infidelidades. Una confesión que, aunque sorprendente, despertó empatía entre quienes han pasado por lo mismo.

«Le miraba el Google fotos a mi ex novio y vi que hablaba con una amiga mía», confesó María con total naturalidad. Así descubrió una traición que acabó con una relación de seis años. Desde entonces, dijo haber optado por “la vida loca”, aunque deseaba reencontrarse con una versión más serena de sí misma. La cita con Álvaro representaba una oportunidad de empezar de cero y abrirse a algo distinto.

Álvaro, su cita, también venía con equipaje emocional. Admitía que había cometido errores y se mostraba convencido de que el karma se encarga de devolver todo en esta vida. Ambos compartían cierta experiencia y heridas del pasado, lo que generó expectativas sobre cómo se desarrollaría su encuentro. La producción del programa, como es habitual, había encontrado dos perfiles con historias potentes y personalidades contrastadas.

Ese momento incómodo de reconocerse.

Pero la sorpresa llegó cuando María creyó haber visto a Álvaro antes. “¿Eres de Sevilla? Creo que suenas de algo”, le soltó, entre extrañada y divertida. Y no se equivocaba. Álvaro le resultaba familiar porque, tiempo atrás, lo había visto en una discoteca ligando con una amiga suya. Un detalle inesperado que cambió por completo la dinámica de la cita.

«Te he visto de lejos y digo: ‘No puede ser, me suena la cara’, y ahora que me has dicho que eres de Sevilla, digo ya está», explicó ella. Álvaro, al reconocerla vagamente, se lo tomó con humor: «No me lo puedo creer. Venga ya está, ya me puedo ir». A lo que María añadió: «Este chaval lo conozco de una discoteca, que empezó a ligar con una amiga mía y le mandaba vídeos, de los que nos ‘jartábamos’ de él». Aunque ella intentó mantener el tipo, la incomodidad era evidente.

A partir de ahí, la cita tomó un giro algo extraño. Mientras Álvaro intentaba agradar con simpatía, María no terminaba de sentirse cómoda. Reía con él, sí, pero no acababa de convencerle su estilo, ni su pelo, ni su pasado sentimental. Por más que intentara disfrutar, su percepción estaba condicionada por lo que recordaba de aquella noche en Sevilla.

Una conexión que no fue.

Cuando Álvaro compartió que también había tenido una relación larga y terminó siendo infiel, María encendió todas las alarmas. Demasiados paralelismos con su ex, demasiadas señales que le hacían dudar. Aunque la conversación fluía y hubo momentos divertidos, la chispa no apareció. El historial amoroso de Álvaro le resultaba demasiado familiar, y no en el buen sentido.

Ambos participantes han disfrutado más de lo que admitieron en cámara. Hubo risas, complicidad momentánea y cierta curiosidad mutua. Pero al llegar la decisión final, todo quedó claro. Álvaro expresó su interés en seguir conociéndola, pero María lo tuvo que frenar con una frase tajante.

Le dijo que le gustaría volver a verlo, pero en una cita de amigos. Un rechazo diplomático que cerraba la puerta al romance, pero no a una eventual amistad. La escena final dejó a ambos con sonrisas forzadas y la misma soledad con la que habían entrado. Una vez más, ‘First Dates’ mostró que no todas las cenas terminan en beso, pero sí en una buena historia que contar.