No es en Egipto: la pirámide en el fondo del mar que podría ser la más antigua del planeta

Un grupo de arqueólogos detectó en las costas de Japón una construcción milenaria que podría superar a las existentes en África y América; de qué se trata

Abr 28, 2025 - 16:42
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No es en Egipto: la pirámide en el fondo del mar que podría ser la más antigua del planeta

Las pirámides existentes, tanto en Egipto como en Centroamérica, son las más famosas del mundo, pero puede que no sean las más antiguas. Una expedición oceánica frente a las costas de Japón dio con una estructura similar, pero en el lecho marino, lo que dejó boquiabiertos a los arqueólogos y abrió una nueva hipótesis sobre este tipo de construcciones en el planeta.

La pirámide se encuentra en las islas Ryukyu, casi en el límite con Taiwán, a 25 metros de profundidad. Se la conoce como el monumento Yonaguni y fue vista por primera vez en 1986, cuando un grupo de buzos advirtió que algo sobresalía en la geografía marina típica, con un aspecto artificial.La estructura está a 25 metros de profundidad cerca de Taiwán

La figura es escalonada, tiene ángulos perfectos y su altura podría ser de 25 metros. Su aspecto recuerda a las grandes pirámides de Giza, pero su origen se remontaría mucho más atrás en el tiempo. A diferencia de las que se encuentran en el norte de África, la estructura japonesa data de hace unos 10.000 años. Así, los expertos señalaron que, si fue erigida por una comunidad, lo habrían hecho hace unos 12.000 años, mucho antes de que esa región quedara sumergida.

En un principio, esta información descolocó a los expertos, porque sería más antigua que el propio Stonehenge, en el Reino Unido. Basándose en el conocimiento actual, se sostiene que la humanidad comenzó a levantar estructuras monumentales a medida que desarrolló la agricultura, es decir, hace unos 12.000 años. Por lo tanto, si el monumento Yonaguni se construyó en ese mismo período, la comunidad científica debería revisar todos los libros de historia.La pirámide es conocida como el monumento Yonaguni

Algunos la llaman la “Atlántida del Japón”, ya que no se detectó el tipo de comunidad que podría haber habitado esa parte de las islas Ryukyu en el momento de la construcción de la pirámide. Por el contrario, al parecer, es una estructura de piedra en el exterior, de apariencia sólida, y los escépticos aseguran que se trataría simplemente de una formación geológica.

Pese a que este sitio es reconocido en el Pacífico oriental por las leyendas que lo rodean, volvió al centro de la escena pública dentro de la comunidad de arqueólogos tras ser tratado en el pódcast The Joe Rogan Experience. Allí se expusieron las teorías sobre su origen y se plantearon las posibilidades de que haya sido construido por humanos.

Graham Hancock, autor de libros sobre civilizaciones perdidas, y el arqueólogo Flint Dibble debatieron al respecto. “Vi muchas formaciones naturales extrañas y no veo nada aquí que me recuerde a la arquitectura humana”, sostuvo Dibble.

Como contrapartida, Hancock insistió en que hay indicios claros de que el ser humano podría haber participado en su creación hace más de 10.000 años. Solo hay que prestar atención a detalles como los escalones tallados en línea recta y sin imperfecciones, las terrazas, e incluso la figura de una “cara” esculpida en uno de los laterales.La pirámide hundida de Japón podría tener entre 10.000 a 12.000 años de antigüedad

En 2023, el Dr. Masaaki Kimura, según explicó el medio inglés Daily Mail, analizó la edad de las rocas de arenisca que componen el monumento Yonaguni. Además, indicó que su posible creación coincide con el final del período de la Edad del Hielo, por lo que es factible que una civilización haya trabajado en él, aunque tras el derretimiento de los glaciares terminó sumergido.

Aunque las investigaciones en torno a la pirámide japonesa siguen inconclusas y el sitio en la actualidad es un atractivo turístico para quienes aman el buceo, la incógnita acerca de su verdadero origen podría permanecer por varias décadas, y enfrenta a quienes sostienen que se trata de una formación natural contra quienes creen que correspondería a los restos de una civilización extinta.