Milei encabeza el acto central por Malvinas sin Victoria Villarruel
El Presidente encabeza el acto central en Retiro, mientras la vicepresidente lo hará en Tierra del Fuego, a más de 2 mil kilómetros de quien fuera su compañero de fórmula.

La distancia en la política no suele estar relacionada con cuestiones geográficas sino con modos diversos de observar la realidad, pero en el caso de Javier Milei y Victoria Villarruel, la participación en actos distintos por el aniversario del comienzo de la Guerra de Malvinas es un raro ejemplo de ambas cosas.
Mientras que el presidente de la Nación encabeza la ceremonia que se realiza en el cenotafio del barrio porteño de Retiro, quien fuera su compañera de fórmula habrá viajado al sur y al frío de la provincia de Tierra del Fuego para estar junto a los veteranos del conflicto bélico que, como todos los años, realizaron una vigilia en el día de ayer.
El distanciamiento entre Milei y Villarruel es conocido públicamente, ha sido reconocido por el jefe de Estado en diversas entrevistas y si bien no fue negado por la vicepresidenta, cerca de ella nadie rechaza lo evidente.
Malvinas es parte de la agenda nativa y propia de la titular del Senado, como todo aquello que se acerca al universo castrense. El recuerdo de su padre, quien en su foja de servicios ostenta -entre otros puntos- haber participado de la Guerra de Malvinas como segundo jefe de la Compañía de Comandos 602, detrás de Aldo Rico, hace que entienda la cita como un compromiso ineludible.
El lunes de esta semana se dejó circular la información de que la Casa Rosada no había invitado a Villarruel al acto de Retiro. Ese detalle hizo que se precipitara un deseo que ella mantenía desde hace algún tiempo y que era llegar hasta la provincia que cobija a las islas del Atlántico Sur en su seno. En campaña, cuando aún había armonía
En Tierra del Fuego, la vicepresidenta se encontrará con el gobernador Gustavo Melella y con excombatientes de todo el país. Luego retornará a Buenos Aires ya que mañana deberá presidir la sesión en la que la Cámara Alta puede sentenciar la suerte de los pliegos de Manuel García-Mansilla y de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia.Como si la historia fuera circular, fue el rechazo público que Villarruel enunció sobre uno de esos candidatos el gesto de independencia que más incomodó a la Casa Rosada y que, entre otros tantos, derivó en el distanciamiento político -y geográfico- que se evidencia este 2 de abril.