Maite Lanata y la reinvención de un formato clásico: se estrena Dial, un nuevo podcast de ficción

La actriz contó cómo fue la experiencia de participar de este nuevo formato que evoca a los clásicos radioteatros

Abr 9, 2025 - 15:56
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Maite Lanata y la reinvención de un formato clásico: se estrena Dial, un nuevo podcast de ficción

En tiempos en los que la imagen parece ser lo único importante, una nueva apuesta intenta redescubrir el poder de la palabra. A partir de este jueves, los amantes de los textos y las buenas actuaciones podrán disfrutar de Dial, un podcast de ficción producido por Kuarzo, que estará disponible desde las 9 de la mañana en Spotify. Allí, Maite Lanata le presta su voz a Carolina, una chica con un pasado oscuro que descubre que aquella máxima que reza que hay que tener cuidado con lo que se desea, debe ser tenida en cuenta.

Un avance de la audioserie Dial

El podcast, que consta de 6 capítulos, fue escrito y dirigido por Charly Wasseman, guionista de la exitosa audioserie Número oculto, que protagonizó Candela Vetrano, bajo las órdenes de Peter Lanzani en 2022, y que puede escucharse en la misma plataforma. En este caso, la historia comienza cuando Renzo (Luciano Rosso), un electricista que también tiene un pasado oscuro, recibe un llamado en plena madrugada. Del otro lado de la línea se presentan como Leticia y le ofrece una suma considerable de dólares para que vaya inmediatamente hasta Santos Lugares, para solucionar un desperfecto que dejó a su casa a oscuras.

La historia, que podría encuadrarse como thriller de misterio con toques de terror, aborda varios tópicos, como la desaparición de personas, las sectas, el uso y abuso de medicación psiquiátrica y la imposibilidad de aceptar que, muchas veces, la vida no es como uno desearía. También rinde homenaje a uno de los inventos que más ha amplificado a lo largo de la historia el poder de la palabra: la radio.

Es que, al llegar al lugar en el que fue citado, Renzo descubre que el verdadero motivo por el que fue convocado a aquel lugar es para que repare una antigua radio. Al hacerlo, en medio de un clima amenazante y misterioso, su propia vida cobra un nuevo sentido y, a la vez, cambia para siempre. El elenco completo de Dial, el nuevo podcast de ficción que llega a Spotify

Aquella radio se convierte en uno de los “personajes” principales de la trama e incluso le brinda el título al podcast. Y no es para menos. Trece años después de que aquel noble electrodoméstico llegara al país, se estrenó el primer radioteatro, el antepasado más cercano a este nuevo formato que busca resignificar el poder de contar historias. El autor de aquel envío, que se emitió por LR3 Radio Nacional fue Andrés González Pulido, quien pronto abandonó los temas campestres para abocarse a los melodramas, el género en el que los radioteatros encontraron su plataforma para consolidarse como el entretenimiento elegido por los argentinos durante la primera mitad del siglo pasado. Pronto, se sumarían otros autores de la talla de Gloria Ferrandiz, Silvia Guerrico, María del Carmen Martínez, Roberto Valenti, Eifel Celesia. Con el tiempo, se sumarían Nené Cascallar, Abel Santa Cruz, Alberto Migré, Alma Bressan y Celia Alcántara, quienes luego se convertirían en los más exitosos autores de telenovelas.

Por aquellos tiempos, previos a la televisión, fueron varias las figuras que alternaron los radioteatros con sus apariciones en el cine. Estrellas como Rosa Rosen, Eduardo Rudy, Jorge Salcedo, Narciso Ibáñez Menta, Hilda Bernard, Dora Ferreyro, Diana Ingro, Julia Sandoval, Raúl Lavié, Susy Kent, Oscar Casco, Raúl Lavié, Pedro López Lagar y una jovencísima Eva Duarte prestaron sus voces a decenas de personajes cuyas historias eran seguidas por miles y miles de argentinos.

Otra de las grandes del radioteatro fue Nelly Prince. La actriz debutó en la radio a los 8 años en el ciclo infantil La pandilla Marilyn y con el tiempo participó de algunos de los ciclos del género más recordados, como Los Pérez García y Ronda Policial. Curiosamente, su hija, Cristina Banegas es quien le prestó su voz a Leticia, la misteriosa mujer que convoca a Renzo y quien parece manejar los hilos de la historia durante los primeros capítulos. Con la misma maestría con la que se mueve sobre el escenario, Banegas juega con su voz para imprimirle al personaje todos los matices y enfatizar en aquello que cree necesario para que el oyente pueda sumergirse en el tenebroso e inquietante universo creado por Wasseman. Sus compañeros, Ariel Pérez De María, Paula Grinzspan y Ernesto Claudio, logran también dar lo mejor de sí para que sus personajes tengan vida y colores propios. Cristina Banegas junto a Maite Lanata, en un parate de las grabaciones

Sin embargo, son Rosso y Lanata quienes cargaron con el desafío más importante: sus personajes son los únicos que van cambiando y mostrando nuevas facetas a lo largo de la historia, algo que es difícil de transmitir solo con la voz. Y si bien ella se hizo conocida y se llevó todos los elogios al interpretar a Alma, una niña autista que no podía hablar en la telenovela El elegido, acá logra demostrar una vez más su ductilidad y talento sin apelar a su mirada profunda ni a sus gestos.

“Yo había hecho una participación pequeña en Número oculto. Me llamaron para hacer un personaje que aparecía en el último capítulo, y el día que fui a grabar, justo era el último día de trabajo de todo el equipo y fuimos todos a tomar algo. Allí les dije que estaba buenísimo lo que hacían porque básicamente es como un radioteatro y me parecía muy entretenida la propuesta. Quedamos en contacto, y así fue como se dio la oportunidad de participar de esta nueva serie”, le contó Lanata a LA NACIÓN.

-¿Te sirvió aquella experiencia a la hora de encarar Dial?

-Esta segunda vez fue distinta porque mi personaje, Carolina, tiene continuidad. La otra vez fue solo una participación corta. Entonces, implicó un proceso de preparar el personaje y también de preparación de la voz para poder transmitir distintas cosas. Porque la voz tiene un valor distinto que en el formato audiovisual, donde podemos utilizar el cuerpo y valernos de los decorados, de la escenografía, del vestuario... Acá tenemos solo la voz y el desafío es poder transmitir sensaciones y sentimientos con esa única herramienta.

-Me imagino que otra de las herramientas fundamentales a la hora de crear una escena en este tipo de formatos es la imaginación.

-Sí, claro. Es mucha la imaginación que hay que poner y también son muchas las cuestiones técnicas que tenés que internalizar porque a la hora de grabar, al no contar con otros elementos, sentís que lo que estás haciendo es de alguna manera más ficticio. Al principio, me pedían que exagerara un poco más algunas líneas, y a mí me parecía poco genuino, pero después, al escucharlo, me daba cuenta de que tenían razón, porque si no se enfatizaban ciertas cosas, no se comprendían. Entonces, de alguna manera, el proceso es un poco menos “real”, pero creo que los oyentes van a experimentar al escucharnos una sensación parecida a la que produce leer una buena novela o un cuento: te abre mucho más el campo de la imaginación. Por eso, uno termina siendo, como oyente, el propio creador de lo que estás escuchando, porque en última instancia sos vos el que termina poniéndole imágenes a los sonidos que vas escuchando.

-El relato se apoya en algunas descripciones, sobre todo de ciertos espacios en los que transcurren las escenas, pero no abunda en detalles sobre escenarios e incluso sobre algunas criaturas que aparecen en la historia. ¿Hablaron entre ustedes sobre cómo los imaginaba cada uno?

-Sí, claro. Y también nos llevó todo el tiempo a pensar en cómo sonarían nuestras voces en distintos ámbitos en los que transcurren las escenas. Lo hablábamos todo el tiempo con el director. Le preguntábamos: “¿Acá tengo que proyectar más la voz porque estamos en pasillos muy largos?“ Todo el tiempo hablábamos de lo que imaginábamos para poder transmitirlo. Además, el diseño sonoro está buenísimo, lo inmersivo que resulta y cómo va propiciando que uno pueda ‘ver’ lo que escucha. En la serie Dial, Lanata se pone en la piel de una misteriosa mujer, llamada Carolina

-¿Tuvieron acceso al guion completo o iban conociendo las escenas a medida que las iban grabando, como ocurría con los viejos radioteatros?

-Por suerte, tuvimos desde el principio el guion completo. Eso nos ayudó a cambiar un poco los diálogos para que nos resultaran más sencillos y fluidos a la hora de interpretarlos. Y otra de las particularidades es que estuvimos todo el tiempo leyendo... Por eso, otro de los mayores desafíos fue que no se escuchara como si estuviéramos leyendo. Si llego a tener otra oportunidad de participar de un proyecto como este, me focalizaría más aún en eso.

-A partir de la convocatoria, ¿investigaste sobre el radioteatro?

-Sé que tuvo su cuna más prominente gracias al desarrollo pionero de la radio en nuestro país, con una rápida masificación y popularización. Yo estudio Comunicación Social e investigué mucho sobre la historia del género, sobre todo en cómo sirvió de plataforma para que Eva Duarte fuera conocida, antes de dedicarse a la política, y también sobre otras grandes figuras que hicieron historia dentro del género. Por eso, celebro que se abra esta oportunidad de revitalizar un formato que forma parte de nuestras tradiciones, y que comenzó con los payadores, con el circo criollo, con los melodramas mezclados con la comicidad. Poder mezclar todo eso con las nuevas tecnologías me parece buenísimo.

-En momentos en los que se valora muchísimo la imagen y en el que desde formatos híbridos como el streaming se habla por hablar, ¿apostar por las palabras es una toma de posición?

-Siento que ante tanta imagen y tanto contenido masticado y con poca información, está bueno volver a recuperar las raíces y resignificar la importancia de que el oyente tenga un rol activo. Quizá otro tipo de formatos lamentablemente no tienen tanto alcance masivo, pero por suerte los podcast y las audioseries están pegando mucho desde la pandemia. Y es un consumo que me parece que está buenísimo porque nos amplía la imaginación.