Los ‘paleoartistas’ españoles que mejor imaginan a los animales que poblaron una vez la Tierra
Considerados a sí mismos como artistas a la par que paleontólogos, varios españoles están a la cabeza de este tipo de ilustración científica cuyas obras se pueden observar en diversos museos de todo el mundoHemeroteca - Tres niños descubren un raro fósil de 'Tyrannosaurus rex' juvenil, un hallazgo científico ‘de película’ Cuando uno visita un museo arqueológico o paleontológico, seguramente quede impresionado por los esqueletos de los grandes animales que poblaron la Tierra hace millones de años. Desde hace décadas, a los llamativos y colosales huesos se les unen los dibujos de estos animales prehistóricos, claves para entender la apariencia de aquellos seres vivos ya extintos. En España, varias personas se dedican a esta labor de recomposición científica y sus obras forman parte de exposiciones en diversos museos del mundo. ¿Cómo sabemos de qué color eran esos animales? ¿Podemos llegar a saber qué músculos tenían? ¿De qué forma se movían? Mauricio Antón es uno de los nombres más conocidos en este peculiar sector. Desde hace tres décadas colabora con el departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, en Madrid, donde se pueden apreciar muchas de sus reconstrucciones. “Tendría unos siete años cuando me empecé a fijar en las ilustraciones de animales prehistóricos que aparecían en revistas por fascículos o en libros de divulgación”, recuerda. Este trabajador autónomo desde 1989 que ha logrado vivir de sus dibujos científicos estudió Bellas Artes en Caracas. Ni siquiera se planteaba la posibilidad de dedicarse a la ilustración paleontológica hasta que un golpe de suerte, una casualidad, una serendipia, le marcó el camino. “Yo hacía exposiciones con mis obras de tinte surrealista. Era 1987 y exponía en una conocida galería de arte ligada a la Movida Madrileña cuando unos estudiantes de biológicas se pararon ante uno de mis cuadros a debatir qué clase de animal había representado”. Le hablaron de su profesor de Paleontología, el reconocido José Luis Sanz, referente en dinosaurios, y se puso en contacto con él. Medición de un hueso de un animal que vivió hace millones de años para poder dibujarlo. Avanzar por capas Así fue cómo este bilbaíno nacido en 1961 comenzó su andadura en el mundo de la ilustración paleontológica. “Lo primero que hacemos es un estudio minucioso de la anatomía de los animales, analizamos los esqueletos y poco a poco añadimos todo lo que se ha perdido, como el tejido blando no conservado en el registro fósil”, enuncia. Es una labor muy detallista en la que la comparación con otros animales actuales juega un papel determinante: “La idea es ir añadiendo capas hasta que llegamos a una hipótesis de cómo era ese animal. Después podemos hacer diferentes representaciones de él en distintas posturas y actitudes”. Lo primero que hacemos es un estudio minucioso de la anatomía de los animales, analizamos los esqueletos, y poco a poco añadimos todo lo que se ha perdido Mauricio Antón — Paleoartista del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC Antón ha reproducido dibujos de animales que vivieron hace unos 500 millones de años, en el Precámbrico y Cámbrico, y ha ganado el premio Lanzendorf-National Geographic Paleoart, uno de los reconocimientos a nivel mundial más importantes en este campo. Sus obras abordan casi toda la historia geológica del planeta hasta el final del Pleistoceno, hace unos 10.000 años, y se pueden observar en museos como el Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid en Alcalá de Henares, el Museo Nacional de Altamira y el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, en Cuenca. Sus dibujos también han viajado internacionalmente y sus obras se han disfrutado en ciudades como Washington, en Estados Unidos, o Dar es-Salam, en Tanzania. Mu

Considerados a sí mismos como artistas a la par que paleontólogos, varios españoles están a la cabeza de este tipo de ilustración científica cuyas obras se pueden observar en diversos museos de todo el mundo
Hemeroteca - Tres niños descubren un raro fósil de 'Tyrannosaurus rex' juvenil, un hallazgo científico ‘de película’
Cuando uno visita un museo arqueológico o paleontológico, seguramente quede impresionado por los esqueletos de los grandes animales que poblaron la Tierra hace millones de años. Desde hace décadas, a los llamativos y colosales huesos se les unen los dibujos de estos animales prehistóricos, claves para entender la apariencia de aquellos seres vivos ya extintos. En España, varias personas se dedican a esta labor de recomposición científica y sus obras forman parte de exposiciones en diversos museos del mundo. ¿Cómo sabemos de qué color eran esos animales? ¿Podemos llegar a saber qué músculos tenían? ¿De qué forma se movían?
Mauricio Antón es uno de los nombres más conocidos en este peculiar sector. Desde hace tres décadas colabora con el departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, en Madrid, donde se pueden apreciar muchas de sus reconstrucciones. “Tendría unos siete años cuando me empecé a fijar en las ilustraciones de animales prehistóricos que aparecían en revistas por fascículos o en libros de divulgación”, recuerda.
Este trabajador autónomo desde 1989 que ha logrado vivir de sus dibujos científicos estudió Bellas Artes en Caracas. Ni siquiera se planteaba la posibilidad de dedicarse a la ilustración paleontológica hasta que un golpe de suerte, una casualidad, una serendipia, le marcó el camino. “Yo hacía exposiciones con mis obras de tinte surrealista. Era 1987 y exponía en una conocida galería de arte ligada a la Movida Madrileña cuando unos estudiantes de biológicas se pararon ante uno de mis cuadros a debatir qué clase de animal había representado”. Le hablaron de su profesor de Paleontología, el reconocido José Luis Sanz, referente en dinosaurios, y se puso en contacto con él.
Avanzar por capas
Así fue cómo este bilbaíno nacido en 1961 comenzó su andadura en el mundo de la ilustración paleontológica. “Lo primero que hacemos es un estudio minucioso de la anatomía de los animales, analizamos los esqueletos y poco a poco añadimos todo lo que se ha perdido, como el tejido blando no conservado en el registro fósil”, enuncia. Es una labor muy detallista en la que la comparación con otros animales actuales juega un papel determinante: “La idea es ir añadiendo capas hasta que llegamos a una hipótesis de cómo era ese animal. Después podemos hacer diferentes representaciones de él en distintas posturas y actitudes”.
Lo primero que hacemos es un estudio minucioso de la anatomía de los animales, analizamos los esqueletos, y poco a poco añadimos todo lo que se ha perdido
Antón ha reproducido dibujos de animales que vivieron hace unos 500 millones de años, en el Precámbrico y Cámbrico, y ha ganado el premio Lanzendorf-National Geographic Paleoart, uno de los reconocimientos a nivel mundial más importantes en este campo. Sus obras abordan casi toda la historia geológica del planeta hasta el final del Pleistoceno, hace unos 10.000 años, y se pueden observar en museos como el Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid en Alcalá de Henares, el Museo Nacional de Altamira y el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, en Cuenca. Sus dibujos también han viajado internacionalmente y sus obras se han disfrutado en ciudades como Washington, en Estados Unidos, o Dar es-Salam, en Tanzania.
Mucho antes de los dinosaurios
Roc Olivé vive en Sabadell y también se dedica profesionalmente al paleoarte. En su caso, desde pequeño fue un amante de los dinosaurios. Nacido en 1981, terminó estudiando Bellas Artes “porque no era muy buen alumno y no pude cursar paleontología”, admite. Desde entonces se dedica a dibujar la ciencia: animales y plantas, ya estén extintos o sean actuales. Más tarde cursó un máster en Paleontología y ahora estudia Biología en la UNED.
Antes de los dinosaurios existieron unos animales que ahora nos parecerían rarísimos. Para llegar a las partes blandas de estos animales te puedes volver loco
Su primer encargo le llegó a través de un profesor de ilustración. “Me dijo que buscaban a alguien en el Aquarium de Barcelona para dibujar algunos animales. Estuve una década colaborando con ellos. Luego me salió otra oportunidad ya ligada al paleoarte al entrar en contacto con el Instituto Catalán de Paleontología”, recuerda. En esta institución Olivé ha ido perfeccionando la técnica. “Realmente antes de los dinosaurios existieron unos animales que ahora nos parecerían rarísimos, con formas muy bizarras. Para llegar a las partes blandas de estos animales te puedes volver loco”, introduce.
El color sale de las moléculas
Por eso, el dibujante intenta ser “muy conservador” a la hora de ilustrar estas partes que no se pueden apreciar en los fósiles. En cuanto al color, los grandes avances científicos también han ayudado a encontrar células pigmentarias gracias a los microscopios de barrido. En este sentido, Óscar Sanisidro apunta que existe una rama de la paleontología, la paleontología molecular, que analiza los restos de moléculas de estos animales que permiten hallar pistas sobre el color de los animales extintos.
Existen unos pequeños orgánulos, los melanosomas, como bolitas que están en las plumas, que les dan color. Según su tamaño, orientación y forma, en comparación con los pájaros actuales, podemos saber sus colores
Él es profesor de Ecología en la Universidad de Alcalá (UAH) y en sus incursiones en la naturaleza, desde pequeño, dibujaba en acuarela los animales que se encontraba. Cuando estudiaba Biología en la Universidad de Valencia le llegó el primer encargo. “Un profesor me dijo que necesitaba una ilustración de unos lagartos, y así comencé”, comenta a sus 42 años antes de volver sobre cómo conocer el color de animales que vivieron hace millones de años. “Existen unos pequeños orgánulos, los melanosomas, como bolitas que están en las plumas, que les dan color. Según su tamaño, orientación y forma, en comparación con los pájaros actuales, podemos saber sus colores”.
En cambio, en el caso del color de los mamíferos, Sanisidro señala que la única información de la que disponen actualmente procede de las pinturas rupestres. “Hablamos de una antigüedad de cientos de miles de años en los que hemos perdido gran parte del árbol de la vida de estos animales”, apuntilla.
De lo analógico a lo tridimensional
El método de creación, dice Antón, ha variado a lo largo del tiempo, sobre todo con la llegada de la tecnología. En una época en la que todo era analógico, no existía otra forma de preparar los dibujos que basándose en fotografías y la observación directa de los fósiles. “Yo viajaba a los museos de historia natural del mundo armado con mi libreta para tomar todas las medidas precisas de los fósiles”, ilustra. Así, primero realizaba un dibujo anatómico en el que quedaban articulados todos los huesos del animal. Después, a través de capas superpuestas con papel semitransparente, añadía los tejidos blandos hasta llegar a la piel.
Sanisidro, también ganador del premio Lanzendorf-National Geographic Paleoart Prize y cuyas obras pueblan las paredes de museos en Alemania, Estados Unidos y Japón, añade que más de la mitad del tiempo que ocupa la elaboración de un dibujo se dedica a conocer la anatomía del animal, compararlo con distintas especies y tener información del árbol de familia, ya que dependiendo de dónde se ubique en ese árbol los músculos irán de una forma u otra, ejemplifica. Los avances tecnológicos han posibilitado que la reconstrucción del animal pueda llevarse a cabo mediante un modelado tridimensional, añade el profesor de la UAH, que permite la posibilidad de observar al animal en movimiento.
Maravillas del patrimonio
Antón considera que su labor es especialmente importante para los más pequeños, que “todavía tienen esa fantasía en la que no se distingue lo científico y lo artístico”. A través de los dibujos, este artista bilbaíno considera que los niños y las niñas pueden llegar a interesarse por “todas las maravillas de nuestro patrimonio natural y paleontológico”.
Después de haber viajado por numerosos yacimientos paleontológicos, Sanisidro recalca que la península ibérica alberga algunos de los más importantes del mundo. “Ese patrimonio está localizado en zonas del interior, despobladas, dejadas de lado por el turismo de masas”, comenta. Por eso, concluye al decir que “esta es una oportunidad perfecta para revitalizar estas regiones que necesitan atractivos de otro tipo, porque debemos destacar que tenemos el patrimonio suficiente para continuar siendo pioneros de Europa”.