Lola Robles. Proyectogénesis.

Enclave de libros, 2018. 270 páginas. Incluye los siguientes relatos: María Angulo Ardoy: Summertime. Teresa P. Mira Echeverría: Madre Patria. Chus Álvarez: Barrigas. Concepción Regueiro Digón: Plásticos. Nieves Delgado: MOM. Cristina Jurado: Huevos. Que exploran diferentes aspectos de la ectogénesis, es decir, la gestación de embriones fuera del cuerpo materno y sus diferentes implicaciones. Desde un futuro post apocalíptico donde es fundamental para crear nuevas ciudades hasta uno donde es algo tan común que es tan natural como tener un resfriado. La calidad de los relatos no es que sea excelente. Los mejores los dos últimos, sobre todo Huevos, que está muy bien escrito y estructurado. El resto no está mal, pero pecan de demasiado explicativos y de poco conflicto. No basta plantear un futuro interesante, hay que contar alguna historia. Lo mejor, el prólogo de Lola Robles. Está bien. Siempre me ha fascinado la formación de la cáscara. Es como observar una bola de cristal con nieve dentro, de esas que se prodigan en Navidad, solo que no hay que agitarla para ver caer los copos de nieve. En este caso se trata de carbonato de calcio que precipita en la matriz proteica al contacto con el huevo y... The post Lola Robles. Proyectogénesis. first appeared on Cuchitril Literario.

May 13, 2025 - 06:13
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Lola Robles, Proyectogénesis
Enclave de libros, 2018. 270 páginas.

Incluye los siguientes relatos:

María Angulo Ardoy: Summertime.
Teresa P. Mira Echeverría: Madre Patria.
Chus Álvarez: Barrigas.
Concepción Regueiro Digón: Plásticos.
Nieves Delgado: MOM.
Cristina Jurado: Huevos.

Que exploran diferentes aspectos de la ectogénesis, es decir, la gestación de embriones fuera del cuerpo materno y sus diferentes implicaciones. Desde un futuro post apocalíptico donde es fundamental para crear nuevas ciudades hasta uno donde es algo tan común que es tan natural como tener un resfriado.

La calidad de los relatos no es que sea excelente. Los mejores los dos últimos, sobre todo Huevos, que está muy bien escrito y estructurado. El resto no está mal, pero pecan de demasiado explicativos y de poco conflicto. No basta plantear un futuro interesante, hay que contar alguna historia. Lo mejor, el prólogo de Lola Robles.

Está bien.


Siempre me ha fascinado la formación de la cáscara. Es como observar una bola de cristal con nieve dentro, de esas que se prodigan en Navidad, solo que no hay que agitarla para ver caer los copos de nieve. En este caso se trata de carbonato de calcio que precipita en la matriz proteica al contacto con el huevo y con ciertos estímulos químicos inducidos artificialmente. Al ovoide en suspensión, de un blanco sucio, se van adhiriendo pequeñas motas de calcio que parecen desprenderse de las paredes del oviducto.
Es hermosa la transformación de un producto amorfo en una estructura luminosa, y más cuando sabes que dentro del huevo hay un ser vivo. La sensación que te abraza es indescriptible. Estás siendo testigo de un portento, algo que permanece oculto al ojo humano pero que demuestra la belleza de la vida, su resistencia y su poder. Encerrada en esa forma ovoide, ajena a quienes miden sus constantes vitales y la estabilidad del medio, hay un persona que está creciendo y que algún día conquistará montañas o hallará la cura a lo incurable.
Podría pasarme horas admirando el acoplamiento a la membrana de esos fragmentos tan pequeños, surgidos de complejas reacciones que nunca
entenderé por mucho que lo intente. A cualquier observadora le parecería que surgen de la nada. Sé que se trata de un mero efecto óptico, el doctora Gin me lo ha explicado, pero sigue maravillándome.
Los componentes que alimentan al oviducto proceden de una impresora orgánica que está en periodo experimental y que ha desarrollado el profesora Gin en el Departamento de Investigación Cibergenética de la Universidad. Por eso aparece rauda cuando lo llamo y siempre tiene a mano a varios alumnas que lo ayudan durante todo el proceso. Se trata de un respetada cirujana con una sólida formación en sistemas pre-natales de soporte vital, como se suele llamar a los oviductos externos en el ámbito investigador. Quizás la tecnología más conocida para el público sean los sistemas postnatales de soporte vital, lo que conocemos como incubadoras, que ha permitido a muchas librarse de la tiranía del empo-llamiento, que no de la cloquera. Sin embargo, hoy en día los recursos gubernamentales se destinan a la búsqueda de maneras para responder de forma efectiva al alarmante descenso de la natalidad.

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