Las 7 maravillas del mundo antiguo: solo una sigue en pie

Los templos, estatuas y jardines que deslumbraron a civilizaciones enteras... y que hoy solo podemos imaginarCuáles son las nuevas 7 maravillas del mundo Antes de que existieran las guías de viaje o los rankings turísticos, los griegos ya elaboraban sus propias listas de lugares imprescindibles. Las siete maravillas del mundo antiguo fueron, en su origen, una suerte de inventario de monumentos que merecía la pena conocer, más que un podio de belleza o perfección arquitectónica. A lo largo de los siglos, esa lista se fue puliendo hasta que en el siglo XVI, el pintor neerlandés Maerten van Heemskrerck la popularizó a través de una serie de cuadros. Las obras eran tan míticas como sus nombres: la Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa en Éfeso, la Estatua de Zeus en Olimpia, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría. Hoy, solo una sigue en pie. La Gran Pirámide de Guiza: eterna entre ruinas Construida hacia el año 2570 a. C. en honor al faraón Keops, la pirámide egipcia es la más antigua y la única maravilla que ha llegado hasta nuestros días. A pesar del desgaste natural, se mantiene en pie tras más de 4.500 años, con una altura original de 146 metros (hoy algo menor) y una perfección geométrica que sigue fascinando a arqueólogos y arquitectos. Su sola presencia recuerda la magnitud del Egipto faraónico y el poder de una civilización que supo levantar monumentos para la eternidad. Jardines Colgantes de Babilonia: la maravilla que quizás no existió Ubicados, según las crónicas, en la antigua ciudad de Babilonia (actual Irak), estos jardines eran descritos como un prodigio de ingeniería: terrazas ajardinadas que parecían flotar en el aire. Fueron atribuidos a Nabucodonosor II (siglo VI a. C.), pero no existen restos arqueológicos claros que confirmen su existencia. De hecho, es la maravilla cuya veracidad se pone más en duda. ¿Fue solo un mito? Puede ser. Pero un mito de los que aún hacen soñar. Templo de Artemisa en Éfeso: el favorito de los griegos Ubicado en lo que hoy es Turquía, este templo se construyó en honor a la diosa Artemisa. Fue descrito por Antípatro de Sidón —el autor que fijó una de las listas más influyentes— como “la más impresionante de todas”. Destruido por un incendio en el año 356 a. C. y más tarde reconstruido por orden de Alejandro Magno, solo sobreviven restos arqueológicos. Pero su legado como obra maestra del arte jónico perdura. Estatua de Zeus en Olimpia: la divinidad tallada por Fidias Esculpida hacia el año 430 a. C., la estatua se encontraba dentro del templo de Zeus en Olimpia y fue una de las grandes obras del escultor Fidias. Medía unos 12 metros de alto y estaba hecha de marfil y oro. Se desconoce su destino final, aunque se cree que pudo ser trasladada a Constantinopla, donde se perdió en un incendiosiglos después. Hoy solo queda la fascinación por una figura que encarnó la grandeza de los dioses griegos. Mausoleo de Halicarnaso: origen de una palabra Entre los años 353 y 350 a. C., Artemisia II mandó construir este monumento funerario para su esposo Mausolo, gobernador persa de Caria. Fue tan grandioso que dio origen al término “mausoleo” y destacó por su altura, su color blanco y sus esculturas. Un terremoto acabó con él en la Edad Media. Hoy sus restos pueden verse en el Museo Británico. Coloso de Rodas: gigante de bronce Se alzó entre los años 294 y 282 a. C. como homenaje al dios Helios tras una victoria militar. Esta estatua de bronce medía más de 30 metros y fue considerada una proeza técnica. Duró solo 56 años: un terremoto la derribó en el año 226 a. C. Sus restos fueron vendidos como chatarra siglos después. Aún así, su imagen como guardián del puerto ha alimentado leyendas hasta hoy. Faro de Alejandría: la luz que guiaba al mundo Construido entre el 285 y el 247 a. C. en la isla de Faros, en Egipto, fue uno de los faros más imponentes de la Antigüedad, con más de 100 metros de altura. Durante siglos, guió a los barcos que llegaban al puerto de Alejandría, y su fama lo convirtió en modelo para los faros del futuro. Fue destruido por varios terremotos entre los siglos X y XIV. Solo una sigue en pie De las siete maravillas del mundo antiguo, solo la pirámide de Keops en Guiza sigue resistiendo al tiempo. El resto vive en los textos, los cuadros y las recreaciones virtuales. Pero todas, aunque desaparecidas, siguen despertando la misma admiración que hace más de dos mil años. Y es que hay ruinas —y listas— que nunca pasan de moda.

Abr 27, 2025 - 11:11
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Las 7 maravillas del mundo antiguo: solo una sigue en pie

Las 7 maravillas del mundo antiguo: solo una sigue en pie

Los templos, estatuas y jardines que deslumbraron a civilizaciones enteras... y que hoy solo podemos imaginar

Cuáles son las nuevas 7 maravillas del mundo

Antes de que existieran las guías de viaje o los rankings turísticos, los griegos ya elaboraban sus propias listas de lugares imprescindibles. Las siete maravillas del mundo antiguo fueron, en su origen, una suerte de inventario de monumentos que merecía la pena conocer, más que un podio de belleza o perfección arquitectónica.

A lo largo de los siglos, esa lista se fue puliendo hasta que en el siglo XVI, el pintor neerlandés Maerten van Heemskrerck la popularizó a través de una serie de cuadros.

Las obras eran tan míticas como sus nombres: la Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa en Éfeso, la Estatua de Zeus en Olimpia, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría.

Hoy, solo una sigue en pie.

La Gran Pirámide de Guiza: eterna entre ruinas

Construida hacia el año 2570 a. C. en honor al faraón Keops, la pirámide egipcia es la más antigua y la única maravilla que ha llegado hasta nuestros días.

A pesar del desgaste natural, se mantiene en pie tras más de 4.500 años, con una altura original de 146 metros (hoy algo menor) y una perfección geométrica que sigue fascinando a arqueólogos y arquitectos. Su sola presencia recuerda la magnitud del Egipto faraónico y el poder de una civilización que supo levantar monumentos para la eternidad.

Jardines Colgantes de Babilonia: la maravilla que quizás no existió

Ubicados, según las crónicas, en la antigua ciudad de Babilonia (actual Irak), estos jardines eran descritos como un prodigio de ingeniería: terrazas ajardinadas que parecían flotar en el aire.

Fueron atribuidos a Nabucodonosor II (siglo VI a. C.), pero no existen restos arqueológicos claros que confirmen su existencia. De hecho, es la maravilla cuya veracidad se pone más en duda. ¿Fue solo un mito? Puede ser. Pero un mito de los que aún hacen soñar.

Templo de Artemisa en Éfeso: el favorito de los griegos

Ubicado en lo que hoy es Turquía, este templo se construyó en honor a la diosa Artemisa. Fue descrito por Antípatro de Sidón —el autor que fijó una de las listas más influyentes— como “la más impresionante de todas”.

Destruido por un incendio en el año 356 a. C. y más tarde reconstruido por orden de Alejandro Magno, solo sobreviven restos arqueológicos. Pero su legado como obra maestra del arte jónico perdura.

Estatua de Zeus en Olimpia: la divinidad tallada por Fidias

Esculpida hacia el año 430 a. C., la estatua se encontraba dentro del templo de Zeus en Olimpia y fue una de las grandes obras del escultor Fidias. Medía unos 12 metros de alto y estaba hecha de marfil y oro.

Se desconoce su destino final, aunque se cree que pudo ser trasladada a Constantinopla, donde se perdió en un incendiosiglos después. Hoy solo queda la fascinación por una figura que encarnó la grandeza de los dioses griegos.

Mausoleo de Halicarnaso: origen de una palabra

Entre los años 353 y 350 a. C.Artemisia II mandó construir este monumento funerario para su esposo Mausolo, gobernador persa de Caria.

Fue tan grandioso que dio origen al término “mausoleo” y destacó por su altura, su color blanco y sus esculturas. Un terremoto acabó con él en la Edad Media. Hoy sus restos pueden verse en el Museo Británico.

Coloso de Rodas: gigante de bronce

Se alzó entre los años 294 y 282 a. C. como homenaje al dios Helios tras una victoria militar. Esta estatua de bronce medía más de 30 metros y fue considerada una proeza técnica.

Duró solo 56 años: un terremoto la derribó en el año 226 a. C. Sus restos fueron vendidos como chatarra siglos después. Aún así, su imagen como guardián del puerto ha alimentado leyendas hasta hoy.

Faro de Alejandría: la luz que guiaba al mundo

Construido entre el 285 y el 247 a. C. en la isla de Faros, en Egipto, fue uno de los faros más imponentes de la Antigüedad, con más de 100 metros de altura.

Durante siglos, guió a los barcos que llegaban al puerto de Alejandría, y su fama lo convirtió en modelo para los faros del futuro. Fue destruido por varios terremotos entre los siglos X y XIV.

Solo una sigue en pie

De las siete maravillas del mundo antiguo, solo la pirámide de Keops en Guiza sigue resistiendo al tiempo. El resto vive en los textos, los cuadros y las recreaciones virtuales.

Pero todas, aunque desaparecidas, siguen despertando la misma admiración que hace más de dos mil años. Y es que hay ruinas —y listas— que nunca pasan de moda.

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