La vivienda se está poniendo tan cara que en Reino Unido ya hay gente optando por un plan B: vivir en barcos
En Reino Unido hay cientos de personas que no viven en casas, edificios ni urbanizaciones. Tampoco tienen vecinos. No al menos en el sentido convencional. En un país que ha visto cómo la vivienda se encarecía hasta volverse privativa, hay quienes optan por residir en canales fluviales y ríos. Lo hacen a bordo de barcazas de varios metros que, si bien no son baratas y acarrean sus propios costes, siguen siendo bastante más asequibles que los apartamentos de las grandes ciudades. Y hay motivos para pensar que con los años su número ha ido aumentando. Viviendo entre patos y peces. Suena romántico, pero ese es el estilo de vida por el que han optado miles de británicos que residen a bordo de barcazas. Y hay algunos datos que sugieren que su número ha aumentado a lo largo de los últimos años. Hace unos meses The Economist publicó un artículo en el que recuerda que el último censo de Canals and Rivers Trust (CRT) muestra que al menos en 2022 había 35.000 embarcaciones con licencia para operar en 3.200 km de vías fluviales repartidos por Inglaterra y Gales, un tercio más que en las últimas dos décadas. El caso de Londres. Es más, en Londres, donde destacan los "navegantes" de entre 25 y 34 años, su número casi se ha duplicado en cuestión de una década. En su reportaje The Economist no concreta cuántas de esas barcazas se utilizan como residencia principal, pero desliza que probablemente sea una buena parte. En 2021 The Guardian iba un poco más allá y apuntaba que las encuestas de Canals and Rivers Trust muestran que, al menos por entonces, la proporción de personas que vivían a bordo de sus embarcaciones rondaba el 25% a nivel nacional (en 2011 eran algo menos, el 15%), aunque el porcentaje sería mayor en Londres. ¿Hay más datos? Sí. Y aunque las cifras varían en función de la fuente que se consulte siempre apuntan en la misma dirección. Si bien los británicos que han decidido cambiar los apartamentos y casas convencionales por barcazas siguen representando una minoritario, en febrero Sky News situaba su número en cerca de 15.000. Y creciendo. Según Boats.com el número sería incluso superior. Sus datos estiman el censo de residentes permanentes en barcazas atracadas en los ríos, canales y costas del Reino Unido en alrededor de 30.000 personas. Cuestión de precios. La gran pregunta es… ¿Por qué? ¿Por qué cambiar las comodidades de un apartamento en el centro de Bristol, Manchester o Londres por una embarcación amarrada a un canal? Los analistas responder a esas preguntas con varias claves, pero hay una que suele repetirse con frecuencia: el precio. Una barcaza estrecha y en buenas condiciones con la que moverse por las vías fluviales del país puede costar cerca de 50.000 libras. Es una cifra considerable (por supuesto las hay mucho más económicas), pero que se queda muy lejos de lo que cuesta de media un apartamento en las metrópolis de Reino Unido. Repasando cifras. Según los datos oficiales, en enero el precio medio de una vivienda en el país era de 268.500 libras. Si hablamos de Londres esa referencia se dispara hasta rozar las 600.000 libas por una vivienda de una habitación, lo que convierte a la capital británica en una de las ciudades más caras del planeta para convertirse en propietario, en base a los datos de Global Property Guide. En 2023 el alcalde londinense hablaba directamente de "crisis de la vivienda" y tachaba de "escándalo" que hubiese decenas de casas y pisos sin uso. En Xataka No hay que ser millonario para vivir en un crucero, pero sí trabajar en él: un empleado confiesa cuánto cuesta vivir en uno ¿Es barato vivir en un barco? Depende. Sí, si se compara el coste de comprar una barcaza con el de adquirir un apartamento en Londres. Pero eso no significa que cambiar las calles, urbanizaciones y bloques por los canales esté al alcance de todos los bolsillos. Primero porque sus dueños pagan licencias de navegación. Segundo, porque una embarcación lleva aparejada ciertos gastos. Hace poco la inquilina de una barcaza de Reino Unidos confesaba a la cadena Sky News que gasta alrededor de 4.500 libras anuales en facturas, incluido el seguro, bombonas, carbón, combustible y permisos de navegación. Si quiere mantener su hogar en buenas condiciones cada tres o cuatro años debe además sacarla del agua y pintar el casco, lo que le cuesta aproximadamente otras 1.200 libras. Dinero… y algo más. Aunque el dinero es un factor clave no es el único que explica que en Reino Unido haya miles de personas pasando (al menos) la mayor parte del año a bordo de barcas. En juego entran otros, como la influencia de la pandemia, el auge del teletrabajo, el interés por viajar por las costas británicas o una simple cuestión de gustos, bien como opción vital permanente o temporal. Al fin y al cabo en la vida a bordo de una barcaza no todo son momentos idílicos. "Quería tanto un barco que no me importab

En Reino Unido hay cientos de personas que no viven en casas, edificios ni urbanizaciones. Tampoco tienen vecinos. No al menos en el sentido convencional. En un país que ha visto cómo la vivienda se encarecía hasta volverse privativa, hay quienes optan por residir en canales fluviales y ríos. Lo hacen a bordo de barcazas de varios metros que, si bien no son baratas y acarrean sus propios costes, siguen siendo bastante más asequibles que los apartamentos de las grandes ciudades.
Y hay motivos para pensar que con los años su número ha ido aumentando.
Viviendo entre patos y peces. Suena romántico, pero ese es el estilo de vida por el que han optado miles de británicos que residen a bordo de barcazas. Y hay algunos datos que sugieren que su número ha aumentado a lo largo de los últimos años. Hace unos meses The Economist publicó un artículo en el que recuerda que el último censo de Canals and Rivers Trust (CRT) muestra que al menos en 2022 había 35.000 embarcaciones con licencia para operar en 3.200 km de vías fluviales repartidos por Inglaterra y Gales, un tercio más que en las últimas dos décadas.
El caso de Londres. Es más, en Londres, donde destacan los "navegantes" de entre 25 y 34 años, su número casi se ha duplicado en cuestión de una década. En su reportaje The Economist no concreta cuántas de esas barcazas se utilizan como residencia principal, pero desliza que probablemente sea una buena parte.
En 2021 The Guardian iba un poco más allá y apuntaba que las encuestas de Canals and Rivers Trust muestran que, al menos por entonces, la proporción de personas que vivían a bordo de sus embarcaciones rondaba el 25% a nivel nacional (en 2011 eran algo menos, el 15%), aunque el porcentaje sería mayor en Londres.

¿Hay más datos? Sí. Y aunque las cifras varían en función de la fuente que se consulte siempre apuntan en la misma dirección. Si bien los británicos que han decidido cambiar los apartamentos y casas convencionales por barcazas siguen representando una minoritario, en febrero Sky News situaba su número en cerca de 15.000. Y creciendo. Según Boats.com el número sería incluso superior. Sus datos estiman el censo de residentes permanentes en barcazas atracadas en los ríos, canales y costas del Reino Unido en alrededor de 30.000 personas.
Cuestión de precios. La gran pregunta es… ¿Por qué? ¿Por qué cambiar las comodidades de un apartamento en el centro de Bristol, Manchester o Londres por una embarcación amarrada a un canal? Los analistas responder a esas preguntas con varias claves, pero hay una que suele repetirse con frecuencia: el precio.
Una barcaza estrecha y en buenas condiciones con la que moverse por las vías fluviales del país puede costar cerca de 50.000 libras. Es una cifra considerable (por supuesto las hay mucho más económicas), pero que se queda muy lejos de lo que cuesta de media un apartamento en las metrópolis de Reino Unido.
Repasando cifras. Según los datos oficiales, en enero el precio medio de una vivienda en el país era de 268.500 libras. Si hablamos de Londres esa referencia se dispara hasta rozar las 600.000 libas por una vivienda de una habitación, lo que convierte a la capital británica en una de las ciudades más caras del planeta para convertirse en propietario, en base a los datos de Global Property Guide. En 2023 el alcalde londinense hablaba directamente de "crisis de la vivienda" y tachaba de "escándalo" que hubiese decenas de casas y pisos sin uso.
¿Es barato vivir en un barco? Depende. Sí, si se compara el coste de comprar una barcaza con el de adquirir un apartamento en Londres. Pero eso no significa que cambiar las calles, urbanizaciones y bloques por los canales esté al alcance de todos los bolsillos. Primero porque sus dueños pagan licencias de navegación. Segundo, porque una embarcación lleva aparejada ciertos gastos.
Hace poco la inquilina de una barcaza de Reino Unidos confesaba a la cadena Sky News que gasta alrededor de 4.500 libras anuales en facturas, incluido el seguro, bombonas, carbón, combustible y permisos de navegación. Si quiere mantener su hogar en buenas condiciones cada tres o cuatro años debe además sacarla del agua y pintar el casco, lo que le cuesta aproximadamente otras 1.200 libras.
Dinero… y algo más. Aunque el dinero es un factor clave no es el único que explica que en Reino Unido haya miles de personas pasando (al menos) la mayor parte del año a bordo de barcas. En juego entran otros, como la influencia de la pandemia, el auge del teletrabajo, el interés por viajar por las costas británicas o una simple cuestión de gustos, bien como opción vital permanente o temporal.
Al fin y al cabo en la vida a bordo de una barcaza no todo son momentos idílicos. "Quería tanto un barco que no me importaba vivir sin ducha, usar un cubo como inodoro los primeros meses ni pasar frío", recuerda Elizabeth Earle, escritora e ilustradora freelance que optó por abandonar las comodidades de un apartamento para vivir en una barcaza. Ahora reside en una casa flotante centenaria de unos 20 metros. "No tengo a nadie que me moleste y si quiero irme de este lugar puedo hacerlo mañana. Estás siempre cubierto de moratones y hollín, y hay mucho barro, pero también piensas ‘vaya, puedo hacer fuego’ y cargar 25 kg de carbón".
Una opción con desafíos. La navegación, el mantenimiento o los aprovisionamiento no son los únicos retos que afrontan los inquilinos de las barcazas. Elizabeth no paga amarre como tal, pero eso tiene su 'cara B': al optar por el "continuos cruiser" su casa flotante debe cambiar de ubicación cada cierto tiempo. En una situación similar se ven el resto de navegantes británicos que no tienen derecho (ni pagan) amarres permanentes y se ven obligados a desplazarse entre plazas a lo largo de un mismo río, o más allá, cada 14 días.
"Pagamos una licencia que no equivale a un alquiler, sino más bien al impuesto municipal", comenta a la BBC Alian Gough-Olaya, que reside también en una barcaza y que trabaja como enfermero en Hackney. A cambio de unas 1.600 libras al año tiene acceso a ciertos servicios, como contenedores y puestos de bombeo de desechos, y cada varias semanas se desplaza por el río Lea. El problema es que el estatus que le permite mantener esa dinámica puede cambiar en breve.
"Plantea desafíos". En enero el CRT reconocía a la cadena británica que el número de embarcaciones se ha duplicado a lo largo de las últimas tres décadas y también ha aumentado la cantidad de personas que residen en los canales. "Eso los ha revitalizado, pero también plantea desafíos sobre cómo gestionar un gran número de embarcaciones y garantizar que sea justo para todos", explica.
Quienes residen en barcazas se enfrentan a la posibilidad de que su modo de vida se altere por un aumento de costes para quienes no tienen amarres permanentes, una opción que les obligará a aumentar sus gastos y es más difícil de conseguir.
Imágenes | Elliott Brown (Flickr) y David Merrett (Flickr)
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La noticia
La vivienda se está poniendo tan cara que en Reino Unido ya hay gente optando por un plan B: vivir en barcos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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