La incógnita del Palacio de la Música de Madrid se despeja cerca de su centenario: la ansiada reforma llega en "corto plazo"

El proyecto de rehabilitación de la histórica sala de conciertos y de cine en Gran Vía recibió el visto bueno del Ayuntamiento en 2020, pero los trabajos todavía no han comenzado. La Fundación Montemadrid, su propietaria, dice disponer "desde hace unos meses" de las licencias necesarias para ejecutar la obraVictoria para la cultura madrileña: el Palacio de la Música reabrirá como teatro El Palacio de la Música empezó haciendo honor a su nombre. Durante años, desde su inauguración en 1926, funcionó como una sala de conciertos. Más de mil metros cuadrados que se convirtieron en un gran polo de atracción en la incipiente Gran Vía de Madrid. Una influencia que mantuvo cuando comenzó a albergar proyecciones cinematográficas. Ya había sido la sede de varios estrenos con anterioridad, desde que el mismo año de su apertura acogiese un pase de La venus americana, joya del cine mudo dirigida por Frank Tuttle. Pero su esplendor llegó cuando en 1933 pasó a dedicarse casi exclusivamente a esta actividad. Fue el cine donde muchos madrileños descubrieron Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939). Ahora, sin embargo, ese título ilustra la incierta situación del edificio. El recinto está cerrado desde el 22 de junio de 2008. Convertido en una enorme mole falta de vida, su aspecto desangelado desentona con el bullicio de los alrededores, aunque para percibirlo es necesario parar y mirar en una calle donde las prisas y la multitud suelen poner muy difícil eso de detenerse. El único vestigio de vida lo aporta un mural de azulejos elaborado por el dúo artístico Los Bravú y encargado por La Casa Encendida, centro cultural perteneciente a la Fundación Montemadrid (actual propietaria del inmueble). El frenazo de la actividad llegó apenas un año después de que en 2007 el palacio fuera adquirido por la Fundación Cajamadrid para “rehabilitarlo y devolverlo a su uso original de sala de conciertos”. El primer proyecto presentado después de esa compra, que no fue adelantado hasta 2013 y posteriormente detallado en 2015, apostaba por dedicar el primer piso del edificio y los sótanos a superficie comercial. Las plantas superiores se utilizarían para locales de restauración. Distintos sectores del mundo cultural y patrimonial de la ciudad se movilizaron para frenar ese enfoque. En un acto de la plataforma Madrid Ciudadanía y Patrimonio, todos los partidos políticos salvo el PP se comprometieron a su protección y a impedir cualquier intento por transformar el palacio en una gran tienda. Después de este tanteo infructuoso, la Fundación Montemadrid y el Ayuntamiento de la ciudad alcanzaron un acuerdo que parecía devolver la llama al lugar. Así, el Palacio de la Música comenzó a ver la luz al final del cierre en 2020, doce años después de su clausura. Fue entonces cuando el proyecto para reabrirlo como teatro obtuvo luz verde del área de Desarrollo Urbano, entonces liderada por Mariano Fuentes (Ciudadanos). El plan aprobado fue bien recibido desde diversos ámbitos socioculturales de la capital, sobre todo por el contraste respecto al proyecto previo. La intervención artística de Los Bravú en el Palacio de la Música, después de su instalación en 2021: 170 metros cuadrados de azulejos en plena Gran Vía. La idea era que se sumara a la ristra de espacios escénicos de Gran Vía. “Su reapertura está prevista para 2026, año del centenario de su inauguración”, recoge al respecto el portal de información turística del Consistorio. Sin embargo, a meses de esa efeméride, en el edificio no se perciben transformaciones de calado ni obras, al menos en su fachada. Desde Fundación Montemadrid, en declaraciones a Somos Madrid, afirman que en los últimos años se han focalizado en “licenciar un proyecto de rehabilitación de acuerdo con las instituciones madrileñas”. Un proceso que “ha culminado hace unos meses de forma muy satisfactoria, recibiendo la licencia definitiva del proyecto de reh

Abr 10, 2025 - 05:54
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La incógnita del Palacio de la Música de Madrid se despeja cerca de su centenario: la ansiada reforma llega en "corto plazo"

La incógnita del Palacio de la Música de Madrid se despeja cerca de su centenario: la ansiada reforma llega en "corto plazo"

El proyecto de rehabilitación de la histórica sala de conciertos y de cine en Gran Vía recibió el visto bueno del Ayuntamiento en 2020, pero los trabajos todavía no han comenzado. La Fundación Montemadrid, su propietaria, dice disponer "desde hace unos meses" de las licencias necesarias para ejecutar la obra

Victoria para la cultura madrileña: el Palacio de la Música reabrirá como teatro

El Palacio de la Música empezó haciendo honor a su nombre. Durante años, desde su inauguración en 1926, funcionó como una sala de conciertos. Más de mil metros cuadrados que se convirtieron en un gran polo de atracción en la incipiente Gran Vía de Madrid. Una influencia que mantuvo cuando comenzó a albergar proyecciones cinematográficas. Ya había sido la sede de varios estrenos con anterioridad, desde que el mismo año de su apertura acogiese un pase de La venus americana, joya del cine mudo dirigida por Frank Tuttle. Pero su esplendor llegó cuando en 1933 pasó a dedicarse casi exclusivamente a esta actividad. Fue el cine donde muchos madrileños descubrieron Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939). Ahora, sin embargo, ese título ilustra la incierta situación del edificio.

El recinto está cerrado desde el 22 de junio de 2008. Convertido en una enorme mole falta de vida, su aspecto desangelado desentona con el bullicio de los alrededores, aunque para percibirlo es necesario parar y mirar en una calle donde las prisas y la multitud suelen poner muy difícil eso de detenerse. El único vestigio de vida lo aporta un mural de azulejos elaborado por el dúo artístico Los Bravú y encargado por La Casa Encendida, centro cultural perteneciente a la Fundación Montemadrid (actual propietaria del inmueble).

El frenazo de la actividad llegó apenas un año después de que en 2007 el palacio fuera adquirido por la Fundación Cajamadrid para “rehabilitarlo y devolverlo a su uso original de sala de conciertos”. El primer proyecto presentado después de esa compra, que no fue adelantado hasta 2013 y posteriormente detallado en 2015, apostaba por dedicar el primer piso del edificio y los sótanos a superficie comercial. Las plantas superiores se utilizarían para locales de restauración. Distintos sectores del mundo cultural y patrimonial de la ciudad se movilizaron para frenar ese enfoque. En un acto de la plataforma Madrid Ciudadanía y Patrimonio, todos los partidos políticos salvo el PP se comprometieron a su protección y a impedir cualquier intento por transformar el palacio en una gran tienda.

Después de este tanteo infructuoso, la Fundación Montemadrid y el Ayuntamiento de la ciudad alcanzaron un acuerdo que parecía devolver la llama al lugar. Así, el Palacio de la Música comenzó a ver la luz al final del cierre en 2020, doce años después de su clausura. Fue entonces cuando el proyecto para reabrirlo como teatro obtuvo luz verde del área de Desarrollo Urbano, entonces liderada por Mariano Fuentes (Ciudadanos). El plan aprobado fue bien recibido desde diversos ámbitos socioculturales de la capital, sobre todo por el contraste respecto al proyecto previo.

La intervención artística de Los Bravú en el Palacio de la Música, después de su instalación en 2021: 170 metros cuadrados de azulejos en plena Gran Vía.

La idea era que se sumara a la ristra de espacios escénicos de Gran Vía. “Su reapertura está prevista para 2026, año del centenario de su inauguración”, recoge al respecto el portal de información turística del Consistorio. Sin embargo, a meses de esa efeméride, en el edificio no se perciben transformaciones de calado ni obras, al menos en su fachada.

Desde Fundación Montemadrid, en declaraciones a Somos Madrid, afirman que en los últimos años se han focalizado en “licenciar un proyecto de rehabilitación de acuerdo con las instituciones madrileñas”. Un proceso que “ha culminado hace unos meses de forma muy satisfactoria, recibiendo la licencia definitiva del proyecto de rehabilitación”. Este hecho, adelantan, “permitirá acometer la obra a corto plazo”.

La institución no aclara si la rehabilitación llegará a tiempo para el centenario, algo que parece complicado cuando todavía no ha sido adjudicada: “Actualmente, el Patronato de la Fundación Montemadrid está estudiando y valorando diferentes opciones y ofertas de agentes y empresas interesadas en acometer el proyecto de rehabilitación y la futura gestión del edificio, para garantizar así que el Palacio de la Música vuelva a ser un referente cultural y de ocio en la capital de España”, exponen desde la entidad.

El lento avance de un proyecto complejo, pero consensuado

Achacan la demora en el procedimiento a que se trata de “un edificio singular y se debe cumplir con las exigencias legales y patrimoniales que supone intervenir en un edificio de tan alto nivel de protección”. El Palacio de la Música, sin embargo, no goza de la máxima protección patrimonial posible, ya que la Comunidad de Madrid nunca ha llegado a catalogarlo como Bien de Interés Cultural pese a reiteradas peticiones de fuerzas políticas y entidades en defensa del patrimonio.

Fuentes del área de Cultura y Turismo del actual Gobierno municipal, departamento que dirige Marta Rivera de la Cruz, indican que en efecto “el proyecto pasó la tramitación urbanística y recibió el visto bueno de la Comisión Local de Patrimonio Histórico”. Matizan, eso sí, que “el Palacio de la Música es propiedad privada y, por tanto, el Ayuntamiento no participa de este proyecto, de tal forma que no tenemos planes para ese espacio”.

Pero fue el propio Ejecutivo de José Luis Martínez-Almeida el que desgranó los pormenores de la rehabilitación, en una nota remitida en abril de 2020. La licencia municipal permitió que la Fundación Montemadrid emprendiese la recuperación de este palacio y su reconversión en un equipamiento de primer orden en el corazón de la ciudad. Una vez completada, el edificio reabriría sus puertas como espacio cultural para diversos espectáculos, con una sala multiusos en la última planta enfocada a servicios de restauración asociados al teatro.

La Fundación confirma a este periódico que, aun con las demoras, la reforma que se llevará a cabo será la ya aprobada. Fue ideada por RCCyP, estudio de arquitectura y urbanismo que también avala la inminente ejecución de su diseño. Desde dicha compañía apelan a sus “compromisos de confidencialidad” para no dar más detalles, pero deslizan que “está totalmente activa” y que “en proyectos tan complejos como este son normales momentos en los que desde fuera puede parecer que nada ocurre”.

Respeto al patrimonio en una apuesta teatral con mucho que concretar

En cuanto a las obras exteriores que se llevarían a cabo, la nota del Consistorio destacaba la recuperación de las puertas originales de acceso a la sala y la restauración de fachadas con acabados iguales a los originales, de forma que retoman su protagonismo las molduras y elementos decorativos.

En lo que respecta al interior, el proyecto preveía restaurar los materiales de acabado originales en los vestíbulos, con solados de mármol, así como la restauración de los elementos decorativos de la sala, incluyendo falsos techos, rosetones, pilastras, barandillas y petos del anfiteatro. También la escalera de acceso a plantas desde el vestíbulo y la boca del escenario, entre otros aspectos. Es decir, teniendo como base la conservación del edificio original, la idea consiste en actualizar los usos y necesidades para convertir el Palacio de la Música en un espacio cultural referente del siglo XXI. Todo ello a la vez que se respeta la concepción original del espacio, a diferencia del polémico plan previo.

99 de años entre el esplendor y las dificultades

La tortuosa historia del Palacio de la Música, ideado por el arquitecto bilbaíno Secundino Zuazo (quien dejó su impronta en distintos rincones de la capital), incluye un incendio que en 1932 arrasó el escenario. Paradójicamente, la tragedia dio pie a su época dorada, dedicada íntegramente al cine. Luego llegaría la Guerra Civil y la dictadura franquista, que entre 1942 y 1956 obligó a dedicar de nuevo parte de la programación a la música. En concreto, a conciertos de la Orquesta Nacional de España.

Una vez recuperada la programación netamente cinematográfica, el palacio continuó esta senda. No en vano, una reforma de 1982 dividió el teatro en dos salas distintas. Mantuvo esa estructura hasta su lamentado cierre, en 2008. Infinitos vaivenes que confluyen en un centenario inminente para el que todavía cuesta imaginar una celebración a la altura de su esplendor pasado.

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