La Hiena Murciana, el Amado Líder y otros argumentos ad hominem

Todos estáis al tanto de los sucesivos terremotos que ha sufrido Menéame a raíz de 1) la censura de una noticia que se limitaba a informar de que Martin Varsavsky, contertulio de Iker Jiménez y dueño de parte de la web entre otras cosas, aparecía en la agenda de Epstein, y 2) la prohibición impuesta por Varsavsky de que cualquier meneante pida el fin del Estado criminal de Israel, bajo pena de baneo.Pues bien, aparte de mis críticas en forma de artículos a semejantes cacicadas, el usuario @elgude redactó este artículo en el que proponía crear un nuevo Menéame www.meneame.net/m/Artículos/un-nuevo-meneame Dado el peligro cierto de que nuestra querida web acabe convertida en una cárcel ideológica impuesta por Varsavsky, apoyé la iniciativa y abrí un canal de telegram para que se debatiese t.me/nuevomeneame Creí que no más de 20 personas se registrarían, pero ya hemos alcanzado los 1000 miembros.Pese a que el "padre" de la propuesta fue @elgude, ese mismo día Benjamí, otro de los dueños de Menéame, empezó a insultar a los usuarios que veían con buenos ojos el proyecto diciendo que eran los "monos voladores" de la "hiena murciana" (yo soy murciano) que lo había promovido. Si metéis "hiena murciana" en el buscador de notas y comentarios, veréis que le ha cogido el gusto al insulto.En el otro extremo de internet, mediatize (web que nació como clon de Menéame) se frotaba las manos ante los cientos de nuevos usuarios que podrían venirle gracias a la crisis de Varsavsky. Y les tocó mucho las narices que, en el grupo de telegram, yo dijese que mediatize no me parecía un lugar donde construir nada mientras permitiesen que trolls de ultraderecha escribiesen cosas del tipo "los policías sí que saben actuar contra las denuncias falsas por violencia de género" comentando una noticia sobre el número de mujeres de policías asesinadas por sus maridos. Una de sus cabezas visibles se vanaglorió de esta permisividad diciendo que, como su web está ubicada en Chile, pueden garantizar la libertad de expresión frente a la "Europa totalitaria" (para él, es totalitarismo prohibir que alguien diga "habría que ahorcar a todos los moros" o "las matan por putas"). Acto seguido, escribió un artículo donde me ponía verde calificándome como el "Amado Líder" que guiaba el proyecto de crear un nuevo Menéame. Fue divertido que dos de los usuarios de Menéame que más odian a mediatize, subiesen y votasen el artículo en nuestra web simplemente porque a mí me tienen aún más tirria.En definitiva, pese a acusárseme arbitrariamente de ser el líder del nuevo proyecto de Menéame, no soy mas que un usuario que, aportando más bien poco (les aconsejo sobre algún tema legal como la forma que debería tener la persona jurídica que se hiciese cargo de la nueva web) se siente esperanzado por la movilización de 1000 personas en una causa tan necesaria. Pero carezco de toda influencia y, de hecho, yo era partidario de montar un clon de Menéame, pero por allí parece estar triunfando la idea de una página de diseño y funcionamiento bastante diferente. Resulte lo que resulte, estará avalado por el voto de la mayoría de usuarios del grupo, e implicará el trabajo desinteresado de decenas de informáticos, lo cual es muy hermoso (y más en los tiempos que corren), y además parece una garantía de calidad bastante sólida. Y se habrá llevado a cabo sin que yo ejerza liderazgo alguno, y con una aportación por mi parte bastante raquítica.¿Entonces por qué me imputan falsamente ese papel principal? Puede que sea porque, debido a mi manía de criticar lo que no me gusta y a las múltiples enemistades que esto me ha granjeado, piensan que vincular el proyecto a mi persona lo desacredita. Me parece la opción más factible. Aunque tal vez confundan reivindicar con ansiar dirigir. Y no pueden estar más equivocados. Quienes opinamos sobre conductas de autoridades y sobre las autoridades mismas no solemos pretender suplantarlas, sino simplemente la corrección de lo injusto y la sustitución de los déspotas por buenos gobernantes y gestores...que no tenemos por qué ser nosotros, siendo nuestra única pretensión dar argumentos al resto para que se movilicen y arrimar el hombro dentro de nuestras posibilidades en el marco del trabajo colectivo. Eso nos diferencia de los serviles que lamen las botas de la autoridad siempre a cambio de un futuro beneficio personal.En cualquier caso, todo esto es síntoma de una enfermedad social que arrastramos desde hace siglos. Está mal visto por los que mandan, pero también por parte de la población, que alguien defienda contundentemente sus ideas, que exhiba públicamente sus opiniones, que critique lo que no le gusta o que muestre abiertamente sus sentimientos ante desconocidos. Te acusan de exhibicionista, pequeño dictador, buscador de casito, conflictivo...cuando, en realidad, el miedo a hablar en público es lo anómalo, lo que nos coarta, lo que permite que los peores dominen lo público ante el silencio de la mayoría, lo que nos hace sentir solos y aislad

Mar 11, 2025 - 09:55
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La Hiena Murciana, el Amado Líder y otros argumentos ad hominem

Todos estáis al tanto de los sucesivos terremotos que ha sufrido Menéame a raíz de 1) la censura de una noticia que se limitaba a informar de que Martin Varsavsky, contertulio de Iker Jiménez y dueño de parte de la web entre otras cosas, aparecía en la agenda de Epstein, y 2) la prohibición impuesta por Varsavsky de que cualquier meneante pida el fin del Estado criminal de Israel, bajo pena de baneo.

Pues bien, aparte de mis críticas en forma de artículos a semejantes cacicadas, el usuario @elgude redactó este artículo en el que proponía crear un nuevo Menéame www.meneame.net/m/Artículos/un-nuevo-meneame Dado el peligro cierto de que nuestra querida web acabe convertida en una cárcel ideológica impuesta por Varsavsky, apoyé la iniciativa y abrí un canal de telegram para que se debatiese t.me/nuevomeneame Creí que no más de 20 personas se registrarían, pero ya hemos alcanzado los 1000 miembros.

Pese a que el "padre" de la propuesta fue @elgude, ese mismo día Benjamí, otro de los dueños de Menéame, empezó a insultar a los usuarios que veían con buenos ojos el proyecto diciendo que eran los "monos voladores" de la "hiena murciana" (yo soy murciano) que lo había promovido. Si metéis "hiena murciana" en el buscador de notas y comentarios, veréis que le ha cogido el gusto al insulto.

En el otro extremo de internet, mediatize (web que nació como clon de Menéame) se frotaba las manos ante los cientos de nuevos usuarios que podrían venirle gracias a la crisis de Varsavsky. Y les tocó mucho las narices que, en el grupo de telegram, yo dijese que mediatize no me parecía un lugar donde construir nada mientras permitiesen que trolls de ultraderecha escribiesen cosas del tipo "los policías sí que saben actuar contra las denuncias falsas por violencia de género" comentando una noticia sobre el número de mujeres de policías asesinadas por sus maridos. Una de sus cabezas visibles se vanaglorió de esta permisividad diciendo que, como su web está ubicada en Chile, pueden garantizar la libertad de expresión frente a la "Europa totalitaria" (para él, es totalitarismo prohibir que alguien diga "habría que ahorcar a todos los moros" o "las matan por putas"). Acto seguido, escribió un artículo donde me ponía verde calificándome como el "Amado Líder" que guiaba el proyecto de crear un nuevo Menéame. Fue divertido que dos de los usuarios de Menéame que más odian a mediatize, subiesen y votasen el artículo en nuestra web simplemente porque a mí me tienen aún más tirria.

En definitiva, pese a acusárseme arbitrariamente de ser el líder del nuevo proyecto de Menéame, no soy mas que un usuario que, aportando más bien poco (les aconsejo sobre algún tema legal como la forma que debería tener la persona jurídica que se hiciese cargo de la nueva web) se siente esperanzado por la movilización de 1000 personas en una causa tan necesaria. Pero carezco de toda influencia y, de hecho, yo era partidario de montar un clon de Menéame, pero por allí parece estar triunfando la idea de una página de diseño y funcionamiento bastante diferente. Resulte lo que resulte, estará avalado por el voto de la mayoría de usuarios del grupo, e implicará el trabajo desinteresado de decenas de informáticos, lo cual es muy hermoso (y más en los tiempos que corren), y además parece una garantía de calidad bastante sólida. Y se habrá llevado a cabo sin que yo ejerza liderazgo alguno, y con una aportación por mi parte bastante raquítica.

¿Entonces por qué me imputan falsamente ese papel principal? Puede que sea porque, debido a mi manía de criticar lo que no me gusta y a las múltiples enemistades que esto me ha granjeado, piensan que vincular el proyecto a mi persona lo desacredita. Me parece la opción más factible. Aunque tal vez confundan reivindicar con ansiar dirigir. Y no pueden estar más equivocados. Quienes opinamos sobre conductas de autoridades y sobre las autoridades mismas no solemos pretender suplantarlas, sino simplemente la corrección de lo injusto y la sustitución de los déspotas por buenos gobernantes y gestores...que no tenemos por qué ser nosotros, siendo nuestra única pretensión dar argumentos al resto para que se movilicen y arrimar el hombro dentro de nuestras posibilidades en el marco del trabajo colectivo. Eso nos diferencia de los serviles que lamen las botas de la autoridad siempre a cambio de un futuro beneficio personal.

En cualquier caso, todo esto es síntoma de una enfermedad social que arrastramos desde hace siglos. Está mal visto por los que mandan, pero también por parte de la población, que alguien defienda contundentemente sus ideas, que exhiba públicamente sus opiniones, que critique lo que no le gusta o que muestre abiertamente sus sentimientos ante desconocidos. Te acusan de exhibicionista, pequeño dictador, buscador de casito, conflictivo...cuando, en realidad, el miedo a hablar en público es lo anómalo, lo que nos coarta, lo que permite que los peores dominen lo público ante el silencio de la mayoría, lo que nos hace sentir solos y aislados, lo que nos impide organizarnos para mejorar la realidad, lo que magnifica nuestros problemas ante la falsa idea de que sólo nosotros los sufrimos y nada podemos hacer frente a ellos.

La libertad nace del conocimiento sobre uno mismo y sobre lo que le rodea. Y ese conocimiento se adquiere mediante la palabra, empezando por esos millones de palabras valiosas que se quedan apresadas en los labios y los dedos por el miedo a la crítica o la represalia. Nunca tengáis miedo a hablar, ni aquí ni en la vida real. Así se rompen los muros más altos y se encuentran los mayores tesoros. Estoy seguro de que sacaremos algo muy bueno de todo esto. Es tan cierto como que Israel es un Estado genocida que debe desaparecer.

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