La caza, el pilar económico de estos pueblos Andalucía: «Le sacamos unos 60.000 euros al año. Doy bastantes jornales»

La caza no es solo una tradición en Andalucía, sino un motor económico clave para muchos municipios rurales . Su impacto va más allá del empleo directo, dinamizando sectores como la hostelería, el comercio y los servicios. Es más, la actividad cinegética resulta un atractivo clave para cazadores nacionales e internacionales, lo cual asegura ingresos esenciales para la economía local de diversas localidades , gracias a sus entornos rurales. Por otra parte, además de su relevancia económica, la caza contribuye a fijar población en el medio rural. Muchos vecinos encuentran en esta actividad y sus negocios asociados –desde guardas de coto hasta restauradores y gestores de fauna– una fuente de sustento. De ahí que muchos ayuntamientos hayan apostado por el turismo cinegético como parte de su estrategia de desarrollo, promoviendo la conservación de los cotos y facilitando la llegada de visitantes. Por cuestiones como estas, la caza es un pilar fundamental para la supervivencia de la Andalucía rural . Hornachuelos , en la provincia de Córdoba, es un claro ejemplo de cómo la caza sostiene la economía de muchos municipios rurales andaluces. Con una vasta extensión de terreno montañoso y una tradición cinegética profundamente arraigada, esta actividad genera empleo directo e indirecto en la zona, beneficiando a diversos sectores económicos. Así lo explica Mari Carmen Muñoz , concejala del Ayuntamiento de Hornachuelos: « Aquí la caza es un pilar fundamental . Primero, nada más hay que ver la cantidad de hectáreas que tiene el municipio, que la mayoría están en lo que es sierra. Y, después, la cantidad de puestos de trabajo que da en el pueblo y en la comarca; en tema de rehaleros, la empresa grande que tenemos de carne, el catering… Lo que es la montería en general». La caza mayor, en especial la montería, es la modalidad más reconocida , pero la caza menor también tiene un importante peso en la localidad. Además del impacto en el empleo, la caza también fomenta el turismo en Hornachuelos, aunque con un perfil muy específico: «Mueve bastante turismo; eso sí, es turismo de un día. Gente que viene para la montería, viene la noche de antes a dormir… Es un turismo de fin de semana, aunque mucha gente nos visita por el tema de la cacería ». Más allá de los cazadores, el atractivo del entorno natural también genera interés entre quienes buscan avistar especies emblemáticas como el jabalí o el venado . En este sentido, el vínculo entre la caza y la economía local es tan estrecho que resulta difícil encontrar una familia en la que nadie dependa, directa o indirectamente, de esta actividad. «Mucha gente vive de la caza. Es raro que una familia no tenga a alguien trabajando en algo relacionado con la cacería », señala Murillo, quien además no duda en destacar el potencial de Hornachuelos como destino cinegético y natural: « Para cualquier aficionado al mundo cinegético, esto es una maravilla . Tenemos un entorno privilegiado, con buena comida, buenos senderos, buenos animales, zona de caza, unos embalses con buenas vistas… No nos falta de nada». Otro municipio cuya economía se ve dinamizada por la caza es El Pedroso, en la provincia de Sevilla. Sergio Vela, alcalde del municipio , destaca que este «es un pueblo con muchas hectáreas y muchas de ellas son cinegéticas. Hay grandes superficies y terratenientes que se dedican a la cacería , tanto por hobby como por negocio». El impacto en el empleo es significativo, con fincas que pueden llegar a contar con 80 trabajadores en temporada de montería. « Da muchísimo trabajo . Todo el mundo dado de alta, con Seguridad Social… También hay empresas filiales de cárnicas», explica Vela. Aparte, el sector cinegético no solo genera puestos de trabajo directos en las fincas, sino que también dinamiza el comercio y la hostelería local. Y es que, durante las jornadas de caza, los bares y restaurantes del municipio experimentan un notable incremento en su actividad . Por ello, para el alcalde de El Pedroso, la caza es un pilar de la economía del municipio. « No tener caza, para el pueblo, sería un palo muy gordo a nivel laboral », afirma. Además, destaca el perfil del turismo cinegético que visita la zona: «Es un turismo de calidad. Cuando uno está de vacaciones, gasta dinero y, eso, genera riqueza». Como apunte, las modalidades más practicadas en El Pedroso abarcan tanto la caza mayor como la menor, con especies como el ciervo, el venado y el jabalí en las monterías, así como la perdiz con reclamo y los zorzales . «La cacería es parte de la industria de El Pedroso; es fundamental», concluye Vela. Aldeaquemada se erige como otro de los municipios andaluces donde la caza no solo es una actividad con una arraigada tradición, sino también un motor de desarrollo económico. Manuel Fernández, alcalde de esta localidad de Jaén , destaca el papel fundamental de esta actividad en la zona: «Sierra Morena es una de las zonas de España donde más caza hay y Aldeaquemada tiene tradición tanto de caza mayor com

Abr 22, 2025 - 16:11
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La caza, el pilar económico de estos pueblos Andalucía: «Le sacamos unos 60.000 euros al año. Doy bastantes jornales»
La caza no es solo una tradición en Andalucía, sino un motor económico clave para muchos municipios rurales . Su impacto va más allá del empleo directo, dinamizando sectores como la hostelería, el comercio y los servicios. Es más, la actividad cinegética resulta un atractivo clave para cazadores nacionales e internacionales, lo cual asegura ingresos esenciales para la economía local de diversas localidades , gracias a sus entornos rurales. Por otra parte, además de su relevancia económica, la caza contribuye a fijar población en el medio rural. Muchos vecinos encuentran en esta actividad y sus negocios asociados –desde guardas de coto hasta restauradores y gestores de fauna– una fuente de sustento. De ahí que muchos ayuntamientos hayan apostado por el turismo cinegético como parte de su estrategia de desarrollo, promoviendo la conservación de los cotos y facilitando la llegada de visitantes. Por cuestiones como estas, la caza es un pilar fundamental para la supervivencia de la Andalucía rural . Hornachuelos , en la provincia de Córdoba, es un claro ejemplo de cómo la caza sostiene la economía de muchos municipios rurales andaluces. Con una vasta extensión de terreno montañoso y una tradición cinegética profundamente arraigada, esta actividad genera empleo directo e indirecto en la zona, beneficiando a diversos sectores económicos. Así lo explica Mari Carmen Muñoz , concejala del Ayuntamiento de Hornachuelos: « Aquí la caza es un pilar fundamental . Primero, nada más hay que ver la cantidad de hectáreas que tiene el municipio, que la mayoría están en lo que es sierra. Y, después, la cantidad de puestos de trabajo que da en el pueblo y en la comarca; en tema de rehaleros, la empresa grande que tenemos de carne, el catering… Lo que es la montería en general». La caza mayor, en especial la montería, es la modalidad más reconocida , pero la caza menor también tiene un importante peso en la localidad. Además del impacto en el empleo, la caza también fomenta el turismo en Hornachuelos, aunque con un perfil muy específico: «Mueve bastante turismo; eso sí, es turismo de un día. Gente que viene para la montería, viene la noche de antes a dormir… Es un turismo de fin de semana, aunque mucha gente nos visita por el tema de la cacería ». Más allá de los cazadores, el atractivo del entorno natural también genera interés entre quienes buscan avistar especies emblemáticas como el jabalí o el venado . En este sentido, el vínculo entre la caza y la economía local es tan estrecho que resulta difícil encontrar una familia en la que nadie dependa, directa o indirectamente, de esta actividad. «Mucha gente vive de la caza. Es raro que una familia no tenga a alguien trabajando en algo relacionado con la cacería », señala Murillo, quien además no duda en destacar el potencial de Hornachuelos como destino cinegético y natural: « Para cualquier aficionado al mundo cinegético, esto es una maravilla . Tenemos un entorno privilegiado, con buena comida, buenos senderos, buenos animales, zona de caza, unos embalses con buenas vistas… No nos falta de nada». Otro municipio cuya economía se ve dinamizada por la caza es El Pedroso, en la provincia de Sevilla. Sergio Vela, alcalde del municipio , destaca que este «es un pueblo con muchas hectáreas y muchas de ellas son cinegéticas. Hay grandes superficies y terratenientes que se dedican a la cacería , tanto por hobby como por negocio». El impacto en el empleo es significativo, con fincas que pueden llegar a contar con 80 trabajadores en temporada de montería. « Da muchísimo trabajo . Todo el mundo dado de alta, con Seguridad Social… También hay empresas filiales de cárnicas», explica Vela. Aparte, el sector cinegético no solo genera puestos de trabajo directos en las fincas, sino que también dinamiza el comercio y la hostelería local. Y es que, durante las jornadas de caza, los bares y restaurantes del municipio experimentan un notable incremento en su actividad . Por ello, para el alcalde de El Pedroso, la caza es un pilar de la economía del municipio. « No tener caza, para el pueblo, sería un palo muy gordo a nivel laboral », afirma. Además, destaca el perfil del turismo cinegético que visita la zona: «Es un turismo de calidad. Cuando uno está de vacaciones, gasta dinero y, eso, genera riqueza». Como apunte, las modalidades más practicadas en El Pedroso abarcan tanto la caza mayor como la menor, con especies como el ciervo, el venado y el jabalí en las monterías, así como la perdiz con reclamo y los zorzales . «La cacería es parte de la industria de El Pedroso; es fundamental», concluye Vela. Aldeaquemada se erige como otro de los municipios andaluces donde la caza no solo es una actividad con una arraigada tradición, sino también un motor de desarrollo económico. Manuel Fernández, alcalde de esta localidad de Jaén , destaca el papel fundamental de esta actividad en la zona: «Sierra Morena es una de las zonas de España donde más caza hay y Aldeaquemada tiene tradición tanto de caza mayor como menor . Esa tradición es de siempre, con animales de aquí, como el ciervo o el jabalí ». La apuesta del Ayuntamiento por aprovechar los recursos cinegéticos ha sido clave para dinamizar la economía local. Fernández relata su propia experiencia al frente de una iniciativa que ha permitido transformar la riqueza natural del entorno en empleo y productos locales: «Cuando entré de alcalde, me busqué un socio; yo ponía los terrenos y él, el dinero. Montamos una fábrica para que la riqueza que se criaba en la zona se transformara en producto. De ahí una de las importancias de la caza». Desde entonces, la gestión cinegética ha crecido, y la finca municipal Desarrabalaceda, de 1.850 hectáreas, ha diversificado su fauna: «Había solamente ciervos y, ahora, ciervos, gamos y muflones. La carne la llevamos directamente a la fábrica. Aproximadamente, le sacamos unos 60.000 euros al año en caza ». En cuanto a la dimensión social de la caza en Aldeaquemada, su alcalde explica que « a la gente del pueblo le damos una montería por 200 euros ; ese día de convivencia es una maravilla». Además, la actividad cinegética genera empleo directo entre los habitantes del municipio ya que «contrato a personal del pueblo. Entonces, lo que paga el cazador, luego se le reparte a la gente. Lo que yo saco de la caza, lo invierto en la finca. Siembro para mejorar los pastos de los animales. T odo el dinero repercute en la finca y doy bastantes jornales ». El turismo cinegético también tiene un peso significativo en la economía local, atrayendo visitantes nacionales e internacionales. «En la finca de Desarrabalaceda tenemos una casa, la hemos recuperado. Es una casa rural donde vienen sobre todo americanos, alemanes, gente de Dinamarca, Noruega… Allí se alojan y, las comidas, las da un chico de aquí que las hace muy buenas», comenta Fernández. Además, la restauración de antiguos chozos de pastores ha añadido un atractivo más para los visitantes: «Los tenemos para fotografías. Todo eso es una repercusión económica para el pueblo ». Más allá de la relevancia de estos testimonios, la caza ha sido históricamente clave en el medio rural andaluz , no solo cultural y medioambientalmente, sino también como motor económico, ya que genera empleo, riqueza y contribuye a la conservación del entorno natural. Según un informe de Deloitte para la Fundación Artemisan (2016), la caza generó en España 6.475 millones de euros en PIB y 186.758 empleos. En Andalucía, su impacto es significativo, proporcionando ingresos a cazadores, guardas rurales y hosteleros, entre otros . Además, los gestores de cotos invierten 300 millones de euros anuales en conservación, lo que refuerza su papel en el desarrollo sostenible. En este sentido, Andalucía es un destino privilegiado por su diversidad de ecosistemas y clima, lo que la convierte en un referente cinegético. Destacan zonas como Sierra Morena, Cazorla o Los Alcornocales para la caza mayor, mientras que la campiña de Cádiz y Sevilla es ideal para la caza menor. Asimismo, especies emblemáticas como la cabra montés atraen cazadores de todo el mundo, y aunque la perdiz roja y las aves migratorias han visto reducido su número, siguen siendo relevantes en el sector. No obstante, uno de los principales desafíos que enfrenta la caza en Andalucía es la burocracia asociada a la obtención de licencias , tanto para cazadores nacionales como extranjeros. En este contexto, la incorporación de Andalucía a la licencia interautonómica de caza, anunciada por la Junta, facilitará el acceso a los cazadores de otras comunidades. Sin embargo, sigue siendo necesario agilizar también la convalidación de licencias extranjeras para potenciar aún más el turismo cinegético.