Kilmar Ábrego, el salvadoreño que EEUU deportó "por error" y que ha desatado otra tormenta entre los jueces y Trump
Según la Casa Blanca es "un terrorista extranjero", pero ni tiene antecedentes penales ni fue procesado.

En otro golpe a las políticas migratorias impulsadas en Estados Unidos por el Gobierno de Donald Trump, una jueza federal ha dictaminado que la Administración no puede retirar de forma abrupta las medidas de protección de las que se benefician más de medio millón de personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. ¿Va a cambiar eso el proceder del Gobierno estadounidense con los inmigrantes? No parece.
Que se lo digan a Kilmar Armando Ábrego García, un ciudadano salvadoreño que Washington ha enviado por error a la megacárcel del país centroamericano, esto es, ha sido deportado ilegalmente. Trump y su gabinete no están dispuestos a asumir las consecuencias del que han llamado "error administrativo". La Casa Blanca dijo este martes que no va a facilitar su vuelta pese a la orden judicial que así lo exige; que Ábrego deberá enfrentarse a la Justicia en su país; y que deportarlo a El Salvador "siempre iba a ser el resultado final".
¿Terrorista o víctima de las pandillas?
Según la portavoz presidencial, Karoline Leavitt, Ábrego es "un terrorista extranjero" que ingresó ilegalmente en EEUU. Según ella, "es miembro de la pandilla MS-13 y se dedicaba a la trata de personas". Dice Leavitt que nunca habrá un mundo en el que esta persona "pueda vivir en paz en Maryland porque es un terrorista extranjero y miembro de la pandilla MS-13".
Pero Ábrego no es un terrorista; ni siquiera, según parece, un delincuente de poca monta. Nació en San Salvador, El Salvador. Tiene 29 años y es hijo de un policía y una trabajadora de un puesto de comida. Casado desde 2019, tiene un hijo y dos hijastros, y en su país era aprendiz de chapista.
El salvadoreño ha contado cómo la pandilla Barrio 18 intentó extorsionar a su madre en su negocio de comida, amenazándola con obligar a sus hijos a unirse a su pandilla si no pagaba, informa Newsweek. La Pandilla 18 es una organización criminal transnacional multiétnica, que comenzó como una pandilla callejera en Los Ángeles (EEUU).
Ante el continuo hostigamiento de las pandillas, sus padres y hermanas emigraron a Guatemala, aunque allí siguieron siendo acosados por el 18, como recoge un memorandum del Departamento de Justicia estadounidense. Ábrego hizo lo propio y dejó El Salvador en 2011. Con sólo 16 años entró ilegalmente en EEUU.
En marzo de 2019, la policía del condado de Prince George, en Maryland, arrestó a Ábrego, junto a otros tres hombres, en una tienda de bricolaje. Buscaban trabajo como jornaleros para trabajar sin papeles y cobrando en negro. Uno de los hombres le acusó de ser un "pandillero". Sin embargo, no ofreció ninguna prueba y la policía no le creyó, según cuenta The Atlantic. De modo que Ábrego nunca fue acusado de ningún delito en relación con dicho arresto.
Calificado de pandillero, sin pruebas
Sin embargo, los agentes hicieron lo que correspondía: entregarlo al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) para su deportación. Y aunque no había prueba alguna de su relación con maras y grupos similares, en la causa, las autoridades le calificaron de miembro de la pandilla MS-13. La razón: que "llevaba una gorra de los Chicago Bulls y una sudadera con capucha". Eso y que un informante confidencial afirmó que Ábrego militaba en un grupo MS-13 con sede en Nueva York.
Para el juez de migración la afirmación del informante era prueba suficiente para denegar la solicitud de fianza de Ábrego. El magistrado de apelaciones confirmó ese fallo, declarando que la afirmación de que Ábrego pertenecía a la pandilla MS-13 no era claramente errónea, detalla The Washington Post.
Mientras estaba detenido por el ICE, Ábrego solicitó asilo. Aunque la solicitud le fue denegada (se puede solicitar en un plazo de un año después de entrar en el país), el juez le otorgó el estatus de "suspensión de deportación". De ese modo, no podía ser deportado a Guatemala, donde vivía la familia de joven en ese momento.
La decisión judicial bloqueaba también su deportación a El Salvador debido a la amenaza que las pandillas representarían para él, encontrando que "era más probable que sufriera daño si era devuelto a El Salvador", según la NPR (Radio Pública de EEUU). Lo cierto es que se le concedió un permiso de trabajo.
Arrestado y deportado tres días después
Todo iba bien para él hasta que Trump regresó al despacho oval. El pasado 12 de marzo, al salir de su trabajo, Ábrego recogió a su hijo de casa de su abuela. Minutos después fue detenido por agentes de Migración, que le explicaron que su estatus había cambiado. Lo arrestaron y lo trasladaron a un centro de detención en Texas. Según su abogado, desde que Ábrego fue liberado hasta su detención en marzo, sus únicos encuentros con la policía fueron sus visitas anuales obligatorias a Migración.
Tres días después, el 15 de marzo, EEUU deportó a Ábrego a El Salvador. Dado que las administración estadounidense se empeña en considerarlo pandillero, el joven ha sido enviado al Centro de Confinamiento del Terrorismo creado por el presidente Nayib Bukele. La familia de Ábrego ya no ha tenido contacto con él.
En suma, Kilmar Ábrego ha sido deportado ilegalmente, pero ahora la Casa Blanca no piensa readmitirlo. Claro que su caso no es único. Más de 200 personas, en su mayoría venezolanos presuntamente vinculados a otra banda, el Tren de Aragua, fueron deportados en virtud de la Ley de Extranjeros Enemigos de 1798.
Esta norma otorga al presidente una amplia autoridad para expulsar de EEUU a migrantes a los que defina como "enemigos extranjeros", en casos de guerra o invasión. Quienes impugnan el uso de esta ley de 227 años de antigüedad han argumentado que otras personas inocentes también fueron deportadas injustamente.
Reacciones
Mientras tanto, un juez federal ha iniciado este miércoles un proceso para declarar al Gobierno de Donald Trump en desacato por la expulsión de migrantes a El Salvador, según recoge El Mundo. El juez asegura que la actual Administración estadounidense ignoró con "completo menosprecio" su decisión de prohibir la deportación. Por su parte, la Casa Blanca ha anunciado que recurrirá.
Asimismo, el senador estadounidense Chris Van Hollen (demócrata) pidió este jueves a los gobiernos de Estados Unidos y de El Salvador que se lleve a cabo un debido proceso al salvadoreño Kilmar Ábrego.
El demócrata llegó el miércoles a El Salvador con el objetivo de verificar el estado de Ábrego y este jueves intentó sin éxito visitarlo en la prisión de máxima seguridad donde están encarcelados líderes de las pandillas Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18. Van Hollen dijo este jueves en una conferencia de prensa en San Salvador que Ábrego "tiene derecho a un debido proceso" y aseguró que el salvadoreño "fue sacado ilegalmente, raptado y traído a El Salvador".
"Él (Ábrego) tiene derecho a sentarse frente a un juez y que se lleve a cabo un debido proceso, porque si esto no funciona para él va a llegar un momento en que no va a funcionar para ningún miembro de la sociedad americana", manifestó el senador. Aseguró que va "a seguir en esto mientras el señor Ábrego García no tenga su debido proceso" porque "las cortes de los Estados Unidos han establecido que fue raptado ilegalmente y que tiene que regresar a los Estados Unidos".