Justicia para María Patiño: la activista animalista asesinada en Culiacán
María Patiño no solo rescataba animales, también sembraba esperanza. Esa luz fue apagada de la forma más brutal. La activista sinaloense fue asesinada en Culiacán el pasado 9 de mayo. Su cuerpo fue encontrado horas después de haber sido secuestrada por un grupo armado. Las autoridades investigan su asesinato como feminicidio. El caso ha levantado […]

María Patiño no solo rescataba animales, también sembraba esperanza. Esa luz fue apagada de la forma más brutal. La activista sinaloense fue asesinada en Culiacán el pasado 9 de mayo. Su cuerpo fue encontrado horas después de haber sido secuestrada por un grupo armado. Las autoridades investigan su asesinato como feminicidio. El caso ha levantado una ola de indignación, no solo en Sinaloa, sino en todo el país. María era una figura muy querida y respetada, fundadora de TRAC Protectora de Animales A.C. y la Unidad de Cuidado Animal Huellitas de la Calle, dos organizaciones que han salvado miles de vidas de animales abandonados en las calles de Culiacán.
¿Quién era María Patiño?
No era política. No era influencer. No tenía enemigos. María era una mujer que entregó más de 20 años de su vida a rescatar perros y gatos maltratados o abandonados, a promover campañas de esterilización, de adopción responsable, de empatía con seres vivos que no tienen voz. Y eso la convirtió en una heroína cotidiana para muchas personas. Su vida estaba marcada por el activismo, no por conflictos personales ni por deudas con nadie. Pero como muchas mujeres en México, su historia terminó en violencia. Fue secuestrada por hombres armados mientras preparaba el desayuno en casa de una amiga. Su hija fue la primera en dar la alerta en redes sociales. Pidió ayuda, compartió su ficha de búsqueda y narró lo ocurrido con desesperación: “Su única arma siempre ha sido el amor”.
Horas después, su cuerpo fue hallado atado de manos, con la cabeza cubierta y con impactos de bala. Abandonado como si no valiera nada. Como si su vida, su lucha y su legado no importaran. Pero sí importa. Nos duele. Nos indigna.
Las autoridades investigan, pero la comunidad exige justicia
La Fiscalía General del Estado de Sinaloa confirmó que se investiga como feminicidio. Se manejan dos líneas de investigación y hay antecedentes que podrían ser relevantes: María había denunciado violencia familiar previamente, aunque no hay constancia de que recibiera atención especializada ni refugio por parte de los Centros de Justicia para las Mujeres. También se reconoció que hay una crisis de violencia en Sinaloa desde septiembre de 2024, con más de mil homicidios registrados hasta marzo de este año. En ese contexto de impunidad y riesgo constante, el caso de María no es un hecho aislado. Pero sí es un grito fuerte de alarma. ¿Qué tan peligrosa puede ser la empatía en un país como el nuestro?
Su muerte no puede ser en vano
La comunidad animalista está de luto, pero también está en pie de lucha. Se han compartido mensajes, listones de luto, ilustraciones con perritos rescatados, frases de María y anécdotas de quienes la conocieron. En redes sociales, decenas de usuarios prometen que su legado no se apagará. Que los animales que ella protegía seguirán siendo cuidados. Que no habrá olvido. Su hija menor, que hoy queda huérfana, será apoyada con el programa estatal “Infancias con Futuro”. Además, se ha ofrecido atención psicológica a la familia. Pero nada de eso borra el hecho de que una mujer que solo quería hacer el bien fue asesinada con saña.
¿Qué podemos hacer desde nuestra trinchera?
Denunciar, compartir su historia, no dejar que el caso se enfríe. Presionar a las autoridades para que haya justicia real. También podemos honrar su memoria ayudando a organizaciones de rescate animal, adoptando en lugar de comprar, o simplemente siendo más conscientes del maltrato normalizado hacia los animales (y hacia quienes los defienden).
El asesinato de María Patiño es una herida abierta en Culiacán. Una mujer que vivía por los animales fue silenciada en un acto de violencia brutal, dejando a Sinaloa de luto y a los animales sin su defensora. Pero su legado no muere: cada perrito rescatado, cada ley impulsada, lleva su nombre. Porque al final, la causa de María es también una causa por humanidad. Y en tiempos oscuros, lo más revolucionario que podemos hacer es cuidar, resistir y no quedarnos callados.