José Luis, el samaritano de la estación de autobuses que cambió moneda para ayudar a turistas a salir de Toledo
El lunes, día del gran apagón en España y Portugal, ha dejado múltiples anécdotas. En Toledo , ciudad turística por excelencia, muchos viajeros se quedaron atrapados en su regreso a Madrid al suspenderse la comunicación ferroviaria. Al no poder desplazarse en tren por el corte de luz, unos 800 viajeros, en su mayoría extranjeros, se agolparon en la estación de autobuses , donde esperaron hasta tres horas la salida de autocares. José Luis, propietario del comercio 'Rincón de Nayra' de la estación de autobuses de Toledo, fue el salvador de muchos turistas que debían llegar hasta el aeropuerto de Madrid. «Fui confiado y cambié moneda al precio que me decían» , asegura este comerciante que ahora tiene en su poder dólares americanos, canadienses y pesos mexicanos. « No tenían dinero en metálico y no funcionaban los cajeros, estaban necesitados y les eché una mano «, confiesa muy satisfecho de su papel en el día del apagón. También pagó dos billetes a Madrid a un matrimonio francés que prometieron hacerle una transferencia. Este martes, la estación de Toledo no parece la misma. Tranquilidad y calma es la tónica dominante, aunque algunas máquinas expendedoras de billetes de la compañía Alsa no funcionan al cien por cien.
El lunes, día del gran apagón en España y Portugal, ha dejado múltiples anécdotas. En Toledo , ciudad turística por excelencia, muchos viajeros se quedaron atrapados en su regreso a Madrid al suspenderse la comunicación ferroviaria. Al no poder desplazarse en tren por el corte de luz, unos 800 viajeros, en su mayoría extranjeros, se agolparon en la estación de autobuses , donde esperaron hasta tres horas la salida de autocares. José Luis, propietario del comercio 'Rincón de Nayra' de la estación de autobuses de Toledo, fue el salvador de muchos turistas que debían llegar hasta el aeropuerto de Madrid. «Fui confiado y cambié moneda al precio que me decían» , asegura este comerciante que ahora tiene en su poder dólares americanos, canadienses y pesos mexicanos. « No tenían dinero en metálico y no funcionaban los cajeros, estaban necesitados y les eché una mano «, confiesa muy satisfecho de su papel en el día del apagón. También pagó dos billetes a Madrid a un matrimonio francés que prometieron hacerle una transferencia. Este martes, la estación de Toledo no parece la misma. Tranquilidad y calma es la tónica dominante, aunque algunas máquinas expendedoras de billetes de la compañía Alsa no funcionan al cien por cien.
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