Israel bombardea el sur de Líbano, en respuesta al primer ataque en cuatro meses
Después de cuatro meses de alto el fuego, se reinician las hostilidades entre Israel y Líbano. El ejército del país hebreo ha lanzado un ataque contra la ciudad libanesa de Khiam, en el sur del país, tras interceptar tres cohetes disparados desde esa zona contra la localidad israelí de Metula. Se trata del primer ataque transfronterizo desde el mes de diciembre. El ministerio de Salud de Líbano ha confirmado dos fallecidos, entre ellos una niña, por el bombardeo de Israel sobre Toulin, en el municipio de Nabatiye, que ha dejado además ocho heridos. Hezbolá, la milicia chií contra la que Israel lucha en Líbano, ha negado toda implicación en el lanzamiento de los tres cohetes contra territorio israelí, del que no hay constancia que haya víctimas. El ejército libanés ha desmantelado tres primitivas lanzaderas de madera y asegurado a Israel que está haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad en la zona. El presidente de Líbano, Joseph Aoun, y su primer ministro, Nawaf Salam, han realizado este sábado al unísono un llamamiento inmediato a la calma en la frontera con Israel ante la reanudación de los enfrentamientos y los cruces de bombardeos. "Lo ocurrido hoy en el sur constituye un ataque persistente contra Líbano y socava el plan de rescate acordado por todos los libaneses", ha avisado el mandatario, quien ha instado a "todas las fuerzas pertinentes en la zona" a "seguir lo que está sucediendo con la máxima seriedad para evitar cualquier repercusión". El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el general Eyal Zamir, avisó al comienzo del ataque que sus fuerzas responderán "con severidad" y recordado al Gobierno libanés que tiene el deber de preservar el alto el fuego alcanzado en noviembre entre Israel y las milicias de Hezbolá. Salam, por su parte, ha avisado que la actividad militar en la frontera sur del Líbano "podría arrastrar al país a una nueva y devastadora guerra" y anunciado contactos con el ministro de Defensa del país, Michel Mansi, para que garantice, en velada referencia a Hezbolá, que "solo el Estado libanés tiene la autoridad sobre la guerra y la paz". El cese de hostilidades implicaba que tanto Israel como Hezbolá debían retirar sus efectivos del sur de Líbano. Sin embargo, el Ejército israelí no se ha retirado por completo y ha mantenido cinco puestos en territorio de su país vecino, esgrimiendo que las milicias todavía permanecen activas en la zona. Súmate a Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos. hazte socio
Después de cuatro meses de alto el fuego, se reinician las hostilidades entre Israel y Líbano. El ejército del país hebreo ha lanzado un ataque contra la ciudad libanesa de Khiam, en el sur del país, tras interceptar tres cohetes disparados desde esa zona contra la localidad israelí de Metula. Se trata del primer ataque transfronterizo desde el mes de diciembre. El ministerio de Salud de Líbano ha confirmado dos fallecidos, entre ellos una niña, por el bombardeo de Israel sobre Toulin, en el municipio de Nabatiye, que ha dejado además ocho heridos. Hezbolá, la milicia chií contra la que Israel lucha en Líbano, ha negado toda implicación en el lanzamiento de los tres cohetes contra territorio israelí, del que no hay constancia que haya víctimas. El ejército libanés ha desmantelado tres primitivas lanzaderas de madera y asegurado a Israel que está haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad en la zona. El presidente de Líbano, Joseph Aoun, y su primer ministro, Nawaf Salam, han realizado este sábado al unísono un llamamiento inmediato a la calma en la frontera con Israel ante la reanudación de los enfrentamientos y los cruces de bombardeos. "Lo ocurrido hoy en el sur constituye un ataque persistente contra Líbano y socava el plan de rescate acordado por todos los libaneses", ha avisado el mandatario, quien ha instado a "todas las fuerzas pertinentes en la zona" a "seguir lo que está sucediendo con la máxima seriedad para evitar cualquier repercusión". El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el general Eyal Zamir, avisó al comienzo del ataque que sus fuerzas responderán "con severidad" y recordado al Gobierno libanés que tiene el deber de preservar el alto el fuego alcanzado en noviembre entre Israel y las milicias de Hezbolá. Salam, por su parte, ha avisado que la actividad militar en la frontera sur del Líbano "podría arrastrar al país a una nueva y devastadora guerra" y anunciado contactos con el ministro de Defensa del país, Michel Mansi, para que garantice, en velada referencia a Hezbolá, que "solo el Estado libanés tiene la autoridad sobre la guerra y la paz". El cese de hostilidades implicaba que tanto Israel como Hezbolá debían retirar sus efectivos del sur de Líbano. Sin embargo, el Ejército israelí no se ha retirado por completo y ha mantenido cinco puestos en territorio de su país vecino, esgrimiendo que las milicias todavía permanecen activas en la zona. Súmate a Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos. hazte socio
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