Granada entra en la semana de la Cruces, su fiesta autóctona más esperada

Granada tiene una feria, que no llaman feria sino Corpus porque siempre coincide con el jueves en el que se celebra el Corpus Christi. Pero no deja de ser una feria como otras muchas, con sus casetas, sus atracciones para niños –que aquí reciben el nombre de columpios- sus barracas de tiro y todos sus avíos. O sea, que no es realmente una fiesta autóctona, como sí lo es la de las Cruces de Mayo , una tradición que en Granada se lleva celebrando desde el siglo XVII. Se tiene constancia, en ese sentido, de que el 3 de mayo de1625 se instaló en la ciudad una cruz para conmemorar el día en el que se encontró la cruz donde murió Jesús. Mucho han cambiado las cosas desde entonces, es natural, pero la costumbre, en esencia, se mantiene. En prácticamente todos los barrios de la ciudad, asociaciones de vecinos, comerciantes y demás colectivos exhiben en las calles las cruces que con mucho esmero han elaborado durante semanas y hasta meses . Lo importante es la cruz, claro, pero los adornos son los que marcan la diferencia. Llevan siempre elementos que las hacen reconocibles como granadinas : las piezas de taracea, una cerámica local, plantas típicas de los patios, como los geranios, mantones bordados, piezas de cobre… y en la parte inferior, normalmente, unas tijeras clavadas en una manzana. ¿Por qué esto último? Pues ya se sabe que el humor granadino es muy peculiar y esa es la forma que tienen los que han confeccionado la cruz de adelantarse a las críticas que su trabajo pueda despertar. El significado vendría a ser éste: después de lo que me ha costado montar esto, como le pongas un pero (o lo que es lo mismo, una manzana), te las clavo. Las cruces se exponen en plazas, escaparates, colegios y patios. Y no sólo se muestran, sino que compiten en un concurso que organiza el ayuntamiento y que premia a las mejores de cada una de las modalidades. Este año habrá 64 cruces repartidas por toda la ciudad. Aunque la fiesta central es el 3 de mayo, que cae en sábado, el viernes por la tarde ya habrá bastante actividad y muchísima gente en la calle. El termómetro llegará el viernes a los 27 grados, pero eso no arredrará a casi nadie. Distinto es que se cumplan a rajatabla las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología y llueva, algo que se espera que suceda tanto el viernes como el sábado. El caso es que el viernes, aunque no es festivo, muchos se lo van a tomar como tal. Los colegios y los institutos no tienen clases. Los que trabajan, o buena parte de ellos, tienen fijado por la fuerza de la costumbre una especie de pacto tácito y a eso de las dos de la tarde las oficinas tienden a despoblarse. A partir de entonces habrá llegado la hora de echarse a la calle. Hasta el año 2007 había barras en las calles, al lado de las cruces, pero aquello se prohibió porque a algunos les dieron un dedo y se tomaron un brazo y el centro, exagerando un poco, se convirtió en una especie de botellón que olía bastante mal, porque no había urinarios para tanta gente. Ahora vuelve a haber barras, pero en lugares cerrados, para evitar desmanes. Para esta edición se han autorizado un total de 34, que podrán estar funcionando hasta la una de la madrugada . En esos sitios se escucharán sevillanas, pero también sonará La Reja, baile típico granadino que, por suerte, se resiste a desaparecer.

Abr 28, 2025 - 11:37
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Granada entra en la semana de la Cruces, su fiesta autóctona más esperada
Granada tiene una feria, que no llaman feria sino Corpus porque siempre coincide con el jueves en el que se celebra el Corpus Christi. Pero no deja de ser una feria como otras muchas, con sus casetas, sus atracciones para niños –que aquí reciben el nombre de columpios- sus barracas de tiro y todos sus avíos. O sea, que no es realmente una fiesta autóctona, como sí lo es la de las Cruces de Mayo , una tradición que en Granada se lleva celebrando desde el siglo XVII. Se tiene constancia, en ese sentido, de que el 3 de mayo de1625 se instaló en la ciudad una cruz para conmemorar el día en el que se encontró la cruz donde murió Jesús. Mucho han cambiado las cosas desde entonces, es natural, pero la costumbre, en esencia, se mantiene. En prácticamente todos los barrios de la ciudad, asociaciones de vecinos, comerciantes y demás colectivos exhiben en las calles las cruces que con mucho esmero han elaborado durante semanas y hasta meses . Lo importante es la cruz, claro, pero los adornos son los que marcan la diferencia. Llevan siempre elementos que las hacen reconocibles como granadinas : las piezas de taracea, una cerámica local, plantas típicas de los patios, como los geranios, mantones bordados, piezas de cobre… y en la parte inferior, normalmente, unas tijeras clavadas en una manzana. ¿Por qué esto último? Pues ya se sabe que el humor granadino es muy peculiar y esa es la forma que tienen los que han confeccionado la cruz de adelantarse a las críticas que su trabajo pueda despertar. El significado vendría a ser éste: después de lo que me ha costado montar esto, como le pongas un pero (o lo que es lo mismo, una manzana), te las clavo. Las cruces se exponen en plazas, escaparates, colegios y patios. Y no sólo se muestran, sino que compiten en un concurso que organiza el ayuntamiento y que premia a las mejores de cada una de las modalidades. Este año habrá 64 cruces repartidas por toda la ciudad. Aunque la fiesta central es el 3 de mayo, que cae en sábado, el viernes por la tarde ya habrá bastante actividad y muchísima gente en la calle. El termómetro llegará el viernes a los 27 grados, pero eso no arredrará a casi nadie. Distinto es que se cumplan a rajatabla las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología y llueva, algo que se espera que suceda tanto el viernes como el sábado. El caso es que el viernes, aunque no es festivo, muchos se lo van a tomar como tal. Los colegios y los institutos no tienen clases. Los que trabajan, o buena parte de ellos, tienen fijado por la fuerza de la costumbre una especie de pacto tácito y a eso de las dos de la tarde las oficinas tienden a despoblarse. A partir de entonces habrá llegado la hora de echarse a la calle. Hasta el año 2007 había barras en las calles, al lado de las cruces, pero aquello se prohibió porque a algunos les dieron un dedo y se tomaron un brazo y el centro, exagerando un poco, se convirtió en una especie de botellón que olía bastante mal, porque no había urinarios para tanta gente. Ahora vuelve a haber barras, pero en lugares cerrados, para evitar desmanes. Para esta edición se han autorizado un total de 34, que podrán estar funcionando hasta la una de la madrugada . En esos sitios se escucharán sevillanas, pero también sonará La Reja, baile típico granadino que, por suerte, se resiste a desaparecer.