España volvió a ser en 2024 el último país de la OTAN en gasto en defensa

Es la principal conclusión del informe anual publicado este jueves por la Alianza Atlántica.

Abr 24, 2025 - 19:11
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España volvió a ser en 2024 el último país de la OTAN en gasto en defensa

En un tiempo en el que la inversión en defensa se ha vuelto una prioridad España se mantiene como el país de la OTAN que menos gasta en lo militar, con un 1,24% del PIB, según el informe anual publicado este jueves por la Alianza Atlántica. Eso sí, este mensaje se da dos días después de que el Gobierno anunciara una inversión adicional de 10.471 millones de euros para llegar al 2% del PIB en cuestiones defensivas ya este mismo, como un "compromiso con la seguridad de Europa", tal como explicó Pedro Sánchez en una comparecencia.

Esta cifra del 1,24%, inferior a la previsión de 1,28%, contrasta con el aumento del 19,4% del gasto militar entre los aliados occidentales, de los cuales 22 ya cumplen el objetivo del 2%. La OTAN debate ahora aumentar esa meta al 3% o incluso al 5%, según los mensajes del secretario general, Mark Rutte, o del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Como se preveía, Polonia lidera la clasificación de los aliados con una inversión del 4,07% del PIB, más del doble del objetivo actual -aunque ahora cambiante- de la OTAN, reflejando una respuesta firme a las tensiones geopolíticas en el este. Le siguen Estonia (3,41%), Letonia (3,39%) y Estados Unidos (3,19%), todos por encima del 3%. Lituania (3,11%) y Grecia (2,99%) también figuran entre los países más comprometidos. Estos datos confirman que las países más próximos a Rusia o con una fuerte tradición militar han acelerado significativamente su inversión en defensa: es decir, ven la guerra mucho más cerca.

En el grupo intermedio, muchos países alcanzan o se aproximan al umbral del 2%. Entre ellos se encuentran Dinamarca (2,35%), Reino Unido (2,33%), Finlandia (2,30%), Rumanía (2,26%), Suecia (2,25%), Noruega (2,21%) y Hungría (2,13%). También Alemania, Turquía, Chequia y Países Bajos se encuentran ligeramente por encima del 2%. Esta zona refleja una creciente alineación con los compromisos de la OTAN, aunque algunos países parten de cifras relativamente bajas en 2014 (cuando se fijó el objetivo del 2%) y han acelerado sus esfuerzos en la última década.

Sin embargo, países como Francia (2,03%), Bulgaria (2,04%) y Eslovaquia (2,00%) apenas alcanzan el umbral del 2%, lo que evidencia que, si bien han incrementado su gasto, su evolución ha sido más contenida. Otros países como Montenegro (1,86%), Italia (1,71%) o Portugal (1,50%) aún están por debajo, y sus incrementos respecto a 2014 han sido moderados. Esto plantea interrogantes sobre su voluntad política o sus limitaciones fiscales para alcanzar el objetivo común.

Finalmente, al fondo del ranking se encuentran junto a España (1,24%), Bélgica (1,29%), Luxemburgo (1,30%), Eslovenia (1,37%) y Canadá (1,45%). Estos países muestran los menores niveles de gasto en defensa como porcentaje del PIB. España, en particular, destaca por ser el último país en la lista, a pesar de su peso geopolítico dentro de la Alianza, reivindicado precisamente estos días por el Gobierno de Sánchez. Estos datos subrayan la presión que enfrentan estos gobiernos por parte de la OTAN y aliados para aumentar su inversión militar en el corto plazo, algo a lo que Sánchez dice responder, pero todos asumen que a España le queda mucho camino por recorrer.

Al final, todos los países van trabajando ya en sus planes para 2025, porque el aumento de la inversión en seguridad y defensa tiene que seguir. En ese escenario, la OTAN se divide en dos bloques en lo que a la inversión en defensa se refiere, y lo que marca esos bloques es "la cercanía de la guerra" en Ucrania: los bálticos trabajan en reforzar sus capacidades militares 'tradicionales' por así decir, aunque no obvian las amenazas híbridas; pero tienen que tener a sus ejércitos "preparados para la guerra", tal como han comentado varios dirigentes. En el sur, en cambio, España e Italia pide una definición de defensa más amplia, que no se centre solo en el rearme, un concepto que, además, tanto Pedro Sánchez como Giorgia Meloni han rechazado. Pero el objetivo de todos es el mismo: adaptarse a los nuevos tiempos, a la nueva era de la defensa.