Ernesto Samper Pizano*: Progresismo vs fascismo
América Latina lleva un peligroso camino de derechización que puede comprometer logros fundamentales ya conseguidos en materia de democracia y acentuar sus problemas de desigualdad social y crecimiento. Los equilibrios pactados después de la Segunda Guerra Mundial que incluían la construcción del nuevo Sistema de Naciones Unidas, un esquema para la resolución de pacífica de conflictos y un modelo de desarrollo keynesiano con participación equilibrada del Estado y el mercado que se están resquebrajando, afectando de manera particular a regiones como América Latina. Como resultado de esta ruptura se nota el debilitamiento de los partidos políticos tradicionales y el avance de unos poderes fácticos como: grupos económicos y comunicacionales, gremios y ONG internacionales que están ocupando sus espacios como actores sin responsabilidad política frente a los ciudadanos. La concentración económica en manos de unas pocas manos y el consiguiente aumento de la desigualdad social que nos ha caracterizado como la región más asimétrica del mundo y ha alimentado y agudizado este desequilibrio fundamental.
