Entrevista a Txus Vidorreta: «En Tenerife es la segunda vez que encuentro mi lugar en el mundo»
Con apenas 15 años, en los Maristas de Bilbao, le vieron cualidades y personalidad y le propusieron coger la pizarra y dirigir a sus compañeros del colegio. Ahí empezó la carrera en los banquillos de Txus Vidorreta (Bilbao, 1966), el quinto entrenador con más partidos en la historia de la ACB solo por detrás de […] La entrada Entrevista a Txus Vidorreta: «En Tenerife es la segunda vez que encuentro mi lugar en el mundo» aparece en Gigantes del Basket.

Con apenas 15 años, en los Maristas de Bilbao, le vieron cualidades y personalidad y le propusieron coger la pizarra y dirigir a sus compañeros del colegio. Ahí empezó la carrera en los banquillos de Txus Vidorreta (Bilbao, 1966), el quinto entrenador con más partidos en la historia de la ACB solo por detrás de Aíto García Reneses, Pedro Martínez, Luis Casimiro y Manel Comas. “En realidad, he sido entrenador desde siempre”, cuenta con naturalidad y orgullo el técnico que ha sacado lustre al proyecto del CB Canarias, ahora La Laguna Tenerife, que regresó a la Liga Endesa en 2012 y ya suma cinco títulos en la élite: dos Basketball Champions League (2017 y 2022) y tres Intercontinentales (2017, 2020 y 2023), cuatro de ellos con el entrenador vasco. Un apasionado del Athletic que dejó en su día el oficio de periodista pero, desde su llegada al equipo tiñerfeño hace ya una década, está firmando sus mejores crónicas con una fórmula baloncestística tan sólida como contracultural.
Gigantes: Desde hace años su vínculo con Tenerife es el de quien ha encontrado su lugar en el mundo.
Txus Vidorreta: Es la segunda vez que encuentro mi lugar en el mundo. La primera tuve la fortuna de que fuera en Bilbao, la ciudad donde nací y donde desarrollé la mitad de mi carrera. Y, ahora, la segunda vez, ha sido en Tenerife. Los de Bilbao nacemos donde queremos y nos hacemos de donde nos quieren. Y yo me hice de Tenerife porque todo confluye. Tenemos una afición extraordinaria y un club sensacional en el que además de buenas personas hay buenos gestores… así es más fácil tener buenos resultados. Estoy en el club en el que quiero estar y donde además quieren que esté. Por eso me renovaron hasta 2028.
G: Estuvo dos temporadas en su primera etapa (2015-2017), lleva siete desde su vuelta (2018-2025) y completaría 12 años en ese 2028. Una estabilidad de otros tiempos.
T. V. : En este club esa continuidad es una seña de identidad. Alejandro Martínez estuvo 12 temporadas (2003-2015). En mi caso, en el Bilbao Basket estuve nueve temporadas y ligado a equipos de mi ciudad más de 15 años. Por tanto, hemos coincidido una organización y una persona que creemos en la lealtad y en el trabajo en equipo. Esa es la clave para estar juntos y el éxito de la estabilidad que marcan Félix Hernández y Aniano Cabrera.
G: ¿Después de 43 años en los banquillos como se reinventa uno?
T. V. : A los 58 años y con esas 43 temporadas de experiencia ya no se trata de reinventarte sino de tener muy claras las virtudes y los valores que debes transmitir a tus jugadores para que rindan al máximo. Ya no tengo nada que inventar. A nivel táctico lo que tenía que aportar ya está en el ADN del baloncesto que juegan mis equipos. Lo que funciona, ¿para qué tocarlo? La mayor evolución de un entrenador está en la relación con sus jugadores, en saber transmitirles tu experiencia, hacerlo sencillo y prescindir de lo superfluo. Y lo que me ha hecho tener éxito de forma continuada ha sido la capacidad de conectar con los jugadores, de hacerles sentirse cómodos con el estilo. La mentalidad individual y colectiva es fundamental. El baloncesto es un deporte de precisión y si la cabeza no está bien es muy difícil que la pelota entre.
G: Cuando uno crea un vínculo de tantos años como el que tiene con Marcelinho y, en menor medida, con Shermadini, ¿cómo es la relación entrenador-jugador?
T. V. : Cuando conocí a Gio él ya tenía cuatro hijos, el año pasado tuvo la quinta, pero es que cuando conocí a Marce, hace 20 años, ni él ni yo teníamos hijos. Desde el principio me fue sencillo intimar con él, nos íbamos a cenar juntos, teníamos charlas de baloncesto larguísimas… Ahora tenemos tres hijos cada uno y nos conocemos tanto que ya no necesitamos reforzar nuestra complicidad personal y deportiva como al principio. Ahora una mirada, un gesto o una palabra con Marce sirven de tanto como hace años servían esas cenas que se alargaban siempre con un par de copas.
G: ¿Se conocen de memoria?
T. V. : Sí. Tenemos mecanismos para todo y para todos. Es difícil que no encontremos rápido una solución a un tipo de defensa que nos plantee un rival. Otra cosa es luego el acierto que tengamos… Pero siempre confiamos en encontrar soluciones, por eso somos tan competitivos. Tengo un base que es un ayudante de entrenador en la cancha. La conexión entre mi baloncesto y el suyo fue como un flechazo. Desde el principio encontré hueco para su imaginación en mi sistema y la fórmula sigue funcionando muchos años después.
G: ¿Cómo definiría su idea de baloncesto?
T. V. : Mis equipos intentan siempre ser sólidos atrás, independientemente del nivel defensivo que tengamos. Y esa es la base de este CB Canarias. Tenemos un estilo muy definido, nos gusta dar importancia a la posesión, intentamos que cada tiro sea un buen tiro, nos gusta compartir la pelota, jugar en equipo sin depender de un jugador exclusivamente y, a la vez, dar libertad al talento. Por eso Kramer puede sorprender con su capacidad para anotar de tres o Marcelinho lograr su tope de anotación con 40 años.
G: ¿Dónde está el límite para jugadores como Marcelinho o Shermadini?
T. V. ; Marce es un jugador de 1,90m y 80 kilos y Gio, en cambio, tiene 2,16m y ciento y pico kilos, y mover ese cuerpo durante tantos años no es fácil. Además, Gio salió de casa con apenas 15 años y Marce con 21, y esos seis años de diferencia también se notan. Los dos tienen mucho talento y sufren la intensidad y la agresividad defensiva de los rivales, pero Gio se lleva más golpes. Marce ha podido controlar más las lesiones.
G: ¿Cómo se compagina la exigencia competitiva, con la necesidad de condurar a dos referentes veteranos en un baloncesto tan físico y de tanto ritmo?
T. V. : A nosotros no nos resulta difícil. Nuestros mejores partidos son ante los rivales que juegan a un mayor número de posesiones. Para nosotros es más sencillo castigar los malos tiros que sacar ventaja contra equipos que juegan con mucho control. El estilo de juego al que se está apuntando una mayoría de equipos en las últimas temporadas nos está viniendo fantástico. Ahora es cuando más partidos estoy ganando en mi carrera, de largo.
G: ¿Y cuál es la clave para mantener una identidad tan marcada a lo largo de los años y en contra de la tendencia de juego dominante?
Txus Vidorreta: La base han sido Marce y Gio fundamentalmente. También lo fue Salin hasta su salida el año pasado, y lo es Doornekamp, que se marchó conmigo a Valencia y luego regresó también. A nivel físico, ese núcleo de jugadores es fortísimo y siguen estando a tope, no hay nada más que ver su rendimiento. Y mientras estén a tope no vamos a mirar el DNI. Cada año incorporamos jugadores con esa vocación de permanencia, pero para poder mantenerlos en el tiempo tenemos que buscar un perfil concreto de hombres, porque los jóvenes muchas veces tienen ambición de jugar la Euroliga o de firmar grandes contratos. Es más fácil que se lleven a Kramer que a Thomas Scrubb. Nuestra hoja de ruta es clara: jugadores con experiencia, ilusión y vocación de estabilidad. Ese es además el deporte en el que yo me he criado. Yo soy del Athletic y allí se busca tener a los jugadores muchísimos años en el equipo.
G: Hablamos de la ambición de los jugadores, ¿y cuáles son sus ambiciones?
T. V. : Cuando firmas un contrato largo es porque estas a gusto y puedes desarrollar tu trabajo al 100%. Ya he estado en muchos sitios, en unos he podido estar bien y en otros no tanto… Ahora mi ambición es cumplir ese contrato hasta 2028 y el reto es seguir ganando más partidos de los que perdamos con el CB Canarias. Luego ya se verá. Empecé siendo el joven entrenador bilbaíno y ya soy el experimentado técnico vasco, cuando acabe mi actual contrato tendré 62 o 63 años.
G: Esa edad es la que tiene ahora el seleccionador, Sergio Scariolo.
Txus Vidorreta: Yo tengo la sensación de que Sergio va a llegar a los 80 años siendo seleccionador nacional. Yo me habré retirado antes (risas). He dicho en alguna ocasión que me gustaría entrenar a una selección para vivir como primer entrenador esa sensación, que ya viví como ayudante, de disputar un Mundial o unos Juegos. Pero no hablaba de la selección española en exclusiva. Es algo que nos llega de manera natural a los entrenadores cuando nos hacemos mayores porque las selecciones tienen una carga menor de partidos. Es algo que puedo visualizar en el horizonte de 2030, por ejemplo, en la selección que me diera la oportunidad.
G: ¿En qué entrenadores se ha fijado a lo largo de su carrera?
T. V. : Para todos los que le conocimos en los Maristas de Bilbao, Ignacio Platero es el primer referente. Después, me he fijado en muchos entrenadores en mi carrera, pero siempre he destacado a Lolo [Sainz] y a Aíto [García Reneses]. Fueron básicos en mi formación. A nivel táctico, de mentalidad y de gestión de grupos han sido mis referentes. Cuando era un chaval veía a Lolo como un ídolo. También me gustaba mucho Manel Comas y tengo ilusión por igualarle en partidos en la ACB. Y, sin duda, Sergio Scariolo ha sido fundamental para mi. Los dos veranos que trabajé con él [2015 y 2016] me hicieron mejor entrenador. Luego, me encanta fijarme en los jugadores y aprender de ellos… me fascinaba Michael Jordan, disfruté como un enano viendo la película de Stephen Curry, y me sigue emocionando ver jugar a Marcelinho cada día.
G: ¿Le gusta la NBA?
T. V. : Bueeeno. Ha habido épocas en las que no me gustaba nada la NBA, y otras en las que me gustaba algo más. Ahora, al tener hijos adolescentes, la sigo más y le encuentro cierto encanto, sobre todo en los playoffs.
G: Fueron muy polémicos y comentados sus gestos a lo NBA tras el partido ante el Hiopos Lleida.
T. V. : No vivo mucho las polémicas. Desde que nació Twitter decidí que no quería saber nada de redes sociales, y menos ahora que se llama X y es propiedad de un ultraderechista. Las redes son como los antiguos foros y los entrenadores huíamos de los foros, y de X también huyo. Aquello fue una reacción a un empujón que recibí. Si me veo después pues no estoy muy contento de lo que hice. Pero, en cualquier caso, esos gestos para mí son muy naturales porque mis hijos se los ven a sus ídolos y los hacen constantemente.
G: ¿Hay una coreografía estudiada de los entrenadores en las protestas a los árbitros, en los tiempos muertos o a la hora de lanzar mensajes en sala de prensa? ¿Juega con eso?
T. V. : Al revés. Yo he sido así siempre. Voy a las ruedas de prensa y digo lo que pienso, aunque luego me arrepienta o me hagan arrepentirme… pero acabaré no diciendo nada. Se trocea todo, solo se busca la inmediatez, la polémica en bucle y sin contexto, y no interesa la verdad. Me gustaban las entrevistas porque las veía como un medio para que la gente me conociera un poco más. Pero con esta tendencia ya casi no hago entrevistas. Siento que en el mundo del baloncesto español la gente no se preocupa nada en absoluto por conocerme. Soy un gran desconocido. Habré dado 60 ruedas de prensa esta temporada y solo he dado que hablar en una… por eso llegas a la conclusión de que es mejor no decir lo que piensas. Por eso triunfan los tópicos.
G: Como periodista ¿cómo analiza la situación actual del periodismo?
Txus Vidorreta: El periodismo está muy mal. Desde la irrupción de las redes sociales, con el avance de los bulos y la desinformación, quedó claro que los tiempos del rigor y la objetividad ya no volverán. Lo duro va a ser para nuestros hijos, porque van a estar muy poco acostumbrados a lo que es un medio de comunicación honesto y fiable, de esos que se preocupan por el tratamiento de las noticias, no por la ideología o los intereses. Esa deriva se ve también en otros ámbitos como la política. Cómo puede ser que el presidente de Estados Unidos sea alguien que pudo acabar con 200 años de democracia y sea elegido en unas elecciones libres. Cómo puede ser que todo el mundo mire para otro lado con lo que está ocurriendo en Gaza. Vivimos en un mundo falso que se parece mucho más al de hace 100 años que al de hace 40. La suerte que hemos tenido nosotros es haber vivido en democracia, sin dictadores, sin autócratas… no sé qué legado se van a encontrar nuestros hijos cuando sean mayores.
G: Y a usted, ¿qué le gustaría ser de mayor?
T. V. : Escritor. Es un oficio en el que puedo unir el periodismo y el baloncesto. Y tengo historias de sobra para publicar una buena novela, allá para 2040.
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