El spa capilar con terapia japonesa de Málaga abrirá 300 centros en diez países
Las próximas aperturas previstas serán en Europa (en París y en Roma).

La empresa malagueña de balnearios o spa capilares, que aplica una terapia japonesa milenaria basada en pequeños chorros de agua sobre la cabeza para paliar la presión laboral y mejorar la salud del cabello, ha anunciado la apertura de unos 300 centros en diez países antes del final de este año.
Esta compañía de belleza denominada Japanese Head Spa ha arrancado en abril su proceso de internacionalización y aborda el pase de negocio viral al lanzamiento de una franquicia mundial, tras lograr su expansión gracias a las redes sociales a partir de la apertura de su primer local en Málaga en diciembre de 2023.
El primer centro de su internacionalización está en la ciudad brasileña de Sao Paulo y las próximas aperturas previstas serán en Europa (en París y en Roma).
Emprendedora de 27 años
Una emprendedora de 27 años es la artífice de la iniciativa, que ha popularizado la terapia japonesa de masaje en el cuero cabelludo para favorecer no solo la salud capilar, sino también la relajación, según ha explicado la propia fundadora y directora, Aída García.
La firma, perteneciente al Grupo Instituto Europeo de Belleza (IEBE) creado por ella, cuenta en la actualidad con 27 centros en España, en su mayoría centros propios.
El concepto de "spa capilar urbano" desembarcó en España de la mano de esta empresaria asentada en Málaga y natural de Aranda de Duero (Burgos), que tomó la idea en un viaje a Estados Unidos con motivo de una feria internacional de la industria del cuidado personal.
Masaje craneal e hidroterapia
El servicio se implantó en España como experiencia de bienestar a partir de un masaje craneal combinado con hidroterapia tumbado en una camilla. "El spa capilar es originario de Japón, pero en Asia el concepto está muy enfocado al cuidado capilar. Aquí no se orienta tanto al cuidado capilar, sino más al bienestar personal", ha precisado García.
Empezó a popularizarse a través de redes sociales hasta convertirse en moda viral y cuenta actualmente con más de un centenar de empleados en España y factura en torno a medio millón de euros anuales.
Pese a su juventud, García acumula una década de experiencia como empresaria, ya que con 17 años creó una agencia de inmersión lingüística durante sus estudios de Traducción, que con la pandemia de la covid tuvo que cerrar para reinventarse a sus 23 años.
Creó su segunda firma, Maderoterapia, incursión en el mundo de la belleza con sedes en una docena de países para formación y distribución de utensilios de técnicas de belleza aplicadas con madera y, a lo largo de su trayectoria, también fundó la primera escuela europea de alto rendimiento de Estética y Belleza, el Grupo IEBE.