Nadie puede decir que haya escuchado al presidente del Madrid decir la palabra Negreira ni nadie puede pensar que no conoce cómo fueron y qué supusieron aquellos pagos. Nadie puede creer que el presidente del Real Madrid no es consciente de las andanzas del presidente del Barcelona; y si Laporta es hoy presidente, y el Barça ha tenido acceso a crédito suficiente para pagar las obras del Camp Nou y sostener su economía aunque sea con pinzas, y Dani Olmo está inscrito, es gracias a decisiones empresariales y gubernamentales sugeridas y algo más por el eterno rival. El modo empresarial de entender el fútbol, en que Barça y Madrid no son enemigos sino los primerísimos aliados en el mejor espectáculo...
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