El pueblo con bonitas calas entre rocas y dunas y un castillo erigido sobre una villa romana
Este enclave del litoral andaluz alberga vestigios de la antigüedad, una fortaleza del siglo XVIII y tramos de costa accesibles con baja densidad turística durante gran parte del añoEl pueblo de Valencia con un castillo centenario y una bonita ruta de piscinas naturales Ubicado en la Costa del Sol Occidental, Manilva es un municipio que se distingue por su singular equilibrio entre tradición histórica y belleza natural. Conocido por su litoral lleno de calas escondidas, acantilados y dunas, así como por su valioso patrimonio arqueológico, Manilva atrae a quienes buscan un destino turístico tranquilo pero lleno de encanto. Este pintoresco pueblo malagueño se extiende a lo largo de más de ocho kilómetros de costa, donde sus playas de aguas cristalinas y sus formaciones rocosas se fusionan con la tranquilidad del entorno natural. A solo unos kilómetros de la ciudad de Estepona, Manilva se ha mantenido como un refugio menos saturado de turistas en comparación con otros puntos más populares de la Costa del Sol. En Manilva, el pasado romano se mezcla con el presente a través de su rico patrimonio histórico. Entre los vestigios más notables se encuentran el Castillo de la Duquesa, que fue construido en el siglo XVIII sobre los restos de una villa romana, y el yacimiento arqueológico que rodea la fortaleza. Esta fusión de historia y belleza paisajística lo convierte en un lugar ideal para aquellos que desean disfrutar de unas vacaciones que combinen relajación en sus playas con un contacto con la historia y la cultura local. Las calas entre rocas, las dunas, y las formaciones rocosas dotan al municipio de un entorno único, que atrae tanto a los amantes de la naturaleza como a los apasionados de la arqueología. Un patrimonio que respira historia La historia de Manilva se remonta a tiempos prehistóricos, pero es la época romana la que deja una huella más significativa en la región. La villa romana es uno de los yacimientos más relevantes de la zona. Esta villa, de la que se conservan restos de termas, una necrópolis y una factoría de salazón, revela la importancia del mar en la vida de los antiguos habitantes de la región. Los vestigios encontrados demuestran que la pesca y la salazón fueron dos pilares fundamentales de la economía romana en la zona. El Castillo de la Duquesa, situado sobre los restos de la villa romana, también forma parte fundamental de este recorrido histórico. Castillo de la Duquesa. Construido en 1767, este castillo fue erigido con fines defensivos, con el objetivo de proteger el fondeadero cercano a Gibraltar. A lo largo de los siglos, el castillo ha sufrido diferentes restauraciones, pero mantiene intacta su estructura original, que combina elementos defensivos con materiales reutilizados de la antigua villa. Su atractivo no solo reside en su historia, sino también en su entorno natural, que combina perfectamente con su patrimonio cultural. Las playas del municipio, como la Playa de la Duquesa - El Castillo, que son ideales para quienes buscan relajarse y disfrutar del sol en un entorno tranquilo y menos concurrido que otros destinos más turísticos de la Costa del Sol. La Playa de la Duquesa, situada cerca del puerto deportivo del mismo nombre, es una de las más populares de la zona, ofreciendo aguas tranquilas y una vistas de las colinas circundantes. Sin embargo, las calas más alejadas ofrecen una experiencia más solitaria y cercana a la naturaleza. Además de sus playas, Manilva destaca por sus dunas, que son una característica distintiva del municipio. Las dunas de la Playa de Punta Chullera, por ejemplo, ofrecen un paisaje único que atrae tanto a los turistas como a los ecólogos interesados en la preservación de estos ecosistemas. Las dunas no solo contribuyen a la belleza del lugar, sino que también cumplen un papel ecológico esencial al proteger la costa de la ero

Este enclave del litoral andaluz alberga vestigios de la antigüedad, una fortaleza del siglo XVIII y tramos de costa accesibles con baja densidad turística durante gran parte del año
El pueblo de Valencia con un castillo centenario y una bonita ruta de piscinas naturales
Ubicado en la Costa del Sol Occidental, Manilva es un municipio que se distingue por su singular equilibrio entre tradición histórica y belleza natural. Conocido por su litoral lleno de calas escondidas, acantilados y dunas, así como por su valioso patrimonio arqueológico, Manilva atrae a quienes buscan un destino turístico tranquilo pero lleno de encanto.
Este pintoresco pueblo malagueño se extiende a lo largo de más de ocho kilómetros de costa, donde sus playas de aguas cristalinas y sus formaciones rocosas se fusionan con la tranquilidad del entorno natural. A solo unos kilómetros de la ciudad de Estepona, Manilva se ha mantenido como un refugio menos saturado de turistas en comparación con otros puntos más populares de la Costa del Sol.
En Manilva, el pasado romano se mezcla con el presente a través de su rico patrimonio histórico. Entre los vestigios más notables se encuentran el Castillo de la Duquesa, que fue construido en el siglo XVIII sobre los restos de una villa romana, y el yacimiento arqueológico que rodea la fortaleza.
Esta fusión de historia y belleza paisajística lo convierte en un lugar ideal para aquellos que desean disfrutar de unas vacaciones que combinen relajación en sus playas con un contacto con la historia y la cultura local. Las calas entre rocas, las dunas, y las formaciones rocosas dotan al municipio de un entorno único, que atrae tanto a los amantes de la naturaleza como a los apasionados de la arqueología.
Un patrimonio que respira historia
La historia de Manilva se remonta a tiempos prehistóricos, pero es la época romana la que deja una huella más significativa en la región. La villa romana es uno de los yacimientos más relevantes de la zona. Esta villa, de la que se conservan restos de termas, una necrópolis y una factoría de salazón, revela la importancia del mar en la vida de los antiguos habitantes de la región.
Los vestigios encontrados demuestran que la pesca y la salazón fueron dos pilares fundamentales de la economía romana en la zona. El Castillo de la Duquesa, situado sobre los restos de la villa romana, también forma parte fundamental de este recorrido histórico.
Construido en 1767, este castillo fue erigido con fines defensivos, con el objetivo de proteger el fondeadero cercano a Gibraltar. A lo largo de los siglos, el castillo ha sufrido diferentes restauraciones, pero mantiene intacta su estructura original, que combina elementos defensivos con materiales reutilizados de la antigua villa.
Su atractivo no solo reside en su historia, sino también en su entorno natural, que combina perfectamente con su patrimonio cultural. Las playas del municipio, como la Playa de la Duquesa - El Castillo, que son ideales para quienes buscan relajarse y disfrutar del sol en un entorno tranquilo y menos concurrido que otros destinos más turísticos de la Costa del Sol.
La Playa de la Duquesa, situada cerca del puerto deportivo del mismo nombre, es una de las más populares de la zona, ofreciendo aguas tranquilas y una vistas de las colinas circundantes. Sin embargo, las calas más alejadas ofrecen una experiencia más solitaria y cercana a la naturaleza.
Además de sus playas, Manilva destaca por sus dunas, que son una característica distintiva del municipio. Las dunas de la Playa de Punta Chullera, por ejemplo, ofrecen un paisaje único que atrae tanto a los turistas como a los ecólogos interesados en la preservación de estos ecosistemas. Las dunas no solo contribuyen a la belleza del lugar, sino que también cumplen un papel ecológico esencial al proteger la costa de la erosión.
Manilva es un destino que ofrece lo mejor de dos mundos: un patrimonio histórico que habla de las civilizaciones que han habitado la región durante miles de años y un entorno natural que invita a la relajación y al disfrute de la costa.
Su mezcla hace de este pintoresco pueblo un lugar perfecto para aquellos que desean escapar del turismo masificado. Ya sea explorando sus ruinas romanas, disfrutando de sus playas vírgenes o paseando por sus calles tranquilas, Manilva invita a los viajeros a descubrir un rincón en el sur de España.