El país donde más vino se bebe es el más pequeño del mundo: se consumen hasta 74 litros por persona
En El Vaticano se consumen una media de 98 botellas de vino per cápita, lo que le encabeza en el ranking de consumo de esta bebida.

Aunque España, Italia y Francia son los tres países que más vino producen, cosa que no nos sorprende ya que en los tres países mediterráneos hay una cultura exquisita en vinicultura, ninguna de estas nacionales es la que más consume este zumo de uva. Y es que es probable que el estado que encabeza la lista de más litros consumidos per cápita, seguramente no te lo esperes.
Tal y como ha recogido un estudio del Instituto del Vino en California, El Vaticano es el país que más vino consume por habitante, con un promedio de 74 litros de vino en el año 2012, lo que equivale a 98 botellas al año por persona. Esta cifra supone el doble que en Italia y Francia y el triple que en Reino Unido, tal y como recoge el estudio.
Según informan desde el Instituto del Vino, el resultado de esta estadística se puede deber al pequeño tamaño de la Ciudad Estado del Vaticano -que tiene menos de 800 habitantes- y por la edad media de la población, ya que se trata del país del mundo en el que viven menos niños, por lo que el consumo de vino por persona es mayor.
La primera bodega proveedora de El Vaticano es española
En la localidad de Reus, en Tarragona, se encuentra De Muller, una bodega fundada en 1851 que poco después de su creación consiguió el Certificado Eclesiástico de Pureza Litúrgica, consiguiendo convertirse en la primera bodega en el mundo con el título de Proveedores Pontificios de la Santa Sede hasta que en 1959, en el Concilio Vaticano II, se decidió abolir este título de proveedores de materiales eclesiásticos.
A día de hoy De Muller sigue produciendo vino de misa que vende en todo el mundo. Se trata de su 'vino de misa dulce superior' que según aseguran, "se elabora siguiendo las prescripciones de la Sagrada Congregación Romana, y por ello se nos concede en 1883 el Certificado Eclesiástico de pureza litúrgica".
Es un vino elaborado con las uvas de la finca que mayor exposición solar tienen, tal y como aseguran porque de esta manera tienen una concentración mayor de azúcar.
Los requisitos para ser un vino de misa
Tal y como aseguran desde La Vinatería, "los vinos de misa deben cumplir con estándares de pureza y calidad exigidos por la Iglesia". "Por lo general, los vinos de misa tienen una graduación alcohólica baja, generalmente en el rango de 12% o menos. Esto permite su consumo durante la celebración litúrgica sin generar efectos adversos en quienes lo consumen. Dado que los vinos de misa se utilizan en rituales religiosos, se requiere que sean estables y puedan conservarse en buenas condiciones durante períodos prolongados. Esto implica que deben tener una buena capacidad de almacenamiento y resistencia al deterioro".
Esto se traduce en que, tal y como recoge Concilio de Florencia de 1438, estos vinos deben ser naturales y no pueden llevar azúcares, clarificantes, conservantes ni colorantes, pero sí está permitido añadir antioxidantes y orujo de vino siempre y cuando la graduación total no supere los 18º.