El Manzanares y su atípica galerna

Ha tenido que caerse el cielo para que Madrid sea una capital de río y agua. Andan los peces despistados, aturdidos, ahogados de tanto caudal. Se ven arrastrados por una corriente que les hace salir a flote, no entienden nada de lo que ocurre. Ellos, acostumbrados a nadar de espaldas, se ven ahora envueltos entre mareas y olas que ni el Sena ni el Támesis. Cuando el alcalde Almeida repobló de peces el seco Manzanares, no tuvo la delicadeza de contarle a los peces que quizá, algún día, tendrían que aprender a nadar a braza o a crol, pero eso ya es tarde. Por eso, si se fijan estos días, se darán cuenta de la cantidad de animales que se... Ver Más

Mar 23, 2025 - 04:46
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El Manzanares y su atípica galerna
Ha tenido que caerse el cielo para que Madrid sea una capital de río y agua. Andan los peces despistados, aturdidos, ahogados de tanto caudal. Se ven arrastrados por una corriente que les hace salir a flote, no entienden nada de lo que ocurre. Ellos, acostumbrados a nadar de espaldas, se ven ahora envueltos entre mareas y olas que ni el Sena ni el Támesis. Cuando el alcalde Almeida repobló de peces el seco Manzanares, no tuvo la delicadeza de contarle a los peces que quizá, algún día, tendrían que aprender a nadar a braza o a crol, pero eso ya es tarde. Por eso, si se fijan estos días, se darán cuenta de la cantidad de animales que se... Ver Más