El hombre que luchó por hacer un Vaticano abierto y "recuperar la Iglesia de los pobres para los pobres"

Francisco se convirtió el 13 de marzo de 2013 en el nuevo papa tras la histórica renuncia de Benedicto XVI.

Abr 21, 2025 - 10:00
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El hombre que luchó por hacer un Vaticano abierto y "recuperar la Iglesia de los pobres para los pobres"

El papa Francisco, fallecido este lunes 21 de abril a los 88 años, supo desde que llegó a la silla de San Pedro hace doce años que su pontificado no sería nada fácil, pero estaba convencido de que quería dejar un legado que marcara un antes y un después en historia de la Iglesia. Tras convertirse el 13 de marzo de 2013 en el sucesor de Benedicto XVI, Francisco emprendió una reforma profunda de la Curia y apostó por el aperturismo, desafiando así a los sectores conservadores. Sin embargo, su pontificado se vio empañado por los casos de abusos y corrupción de la Iglesia. A pesar de eso, los expertos entrevistados por 20minutos consideran que Francisco supo hacerle frente a los retos que se le presentaron y valoran de manera positiva sus esfuerzos por volver a convertir la Iglesia en un lugar de servicio y refugio.

Para Pedro Fernández Castelao, profesor de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, uno de los mayores desafíos a los que se enfrentó el papa fue "recuperar la credibilidad pública" en la Iglesia tras los casos de abusos que comenzaron a revelarse desde los tiempos de Benedicto XVI. "Lo afrontó con valentía pidiendo perdón a las víctimas, intentando iniciar un camino de sanación y de recuperación", sostiene el experto. También destaca que Francisco se puso la meta de reformar la Curia [conjunto de ministerios que ayudan al papa en el gobierno de la Iglesia] con el fin de luchar contra el clericalismo.

El vaticanista Sergio Rodríguez López-Ros coincide con su colega y afirma que uno de los mayores retos del pontífice fue reformar la Curia, que "no funcionaba y se había convertido en un lugar de intereses". Tras convertirse en el máximo representante de la Iglesia católica, el papa "introdujo una nueva dinámica de transparencia, emprendió casos judiciales contra cardenales que malversaron dinero y destapó tramas de corrupción", afirma el también profesor de la Universitat Abat Oliba CEU y añade que, de esta forma, Francisco se enfocó que solucionar el centro del problema.

Entre los casos judiciales a los que se refiere Rodríguez López-Ros destaca el del cardenal Angelo Becciu, que fue condenado a cinco años y medio de cárcel por estafa y malversación de fondos. En concreto, el que fuera número 3 del Vaticano y persona de confianza del papa hizo inversiones millonarias para su propio beneficio con las donaciones de los fieles. Algunas de ellas incluso pusieron en peligro el patrimonio del Vaticano. De hecho, uno de los testigos del juicio llegó a afirmar que "los millones en el Vaticano volaban como si fueran cromos de Panini", recogió El País.

Una Iglesia acostumbrada a decir "no"

Otro de los retos de Francisco fue, según el vaticanista, "el cambiar una Iglesia que estaba acostumbrada a decir no a todo" y el abrir la puerta a una Iglesia distinta en la que se debata si puede haber diaconisas o si los sacerdotes se pueden casar. "El abrió puertas que sabe que va transitar su sucesor, porque estos cambios en una organización mundial de tantas sensibilidades y países no pueden hacerse de un día para otro. Son temas que tienen que madurar", indica el también experto en Historia y Derecho de la Iglesia y el Vaticano. "Esa es la grandeza de Francisco. Él no se llevará el mérito, sino que ha dejado sembrado el terreno", opina.

En este sentido, cabe destacar los esfuerzos que hizo el pontífice por darle una mayor presencia a las mujeres dentro de la Iglesia. Ejemplo de ello fueron los nombramientos de Sor Raffaella Petrini como la primera presidenta de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano —el órgano que ejerce el poder ejecutivo en la Santa Sede— y de Simona Brambilla como la primera prefecta [ministra] del Dicasterio para la Vida Consagrada. De hecho, en enero el pontífice aseguró que había que eliminar la mentalidad "clerical y machista" en el gobierno de la Iglesia y admitió que no hay suficientes monjas en puestos de responsabilidad.

Su lucha por las causas sociales fue una de sus mejores virtudes. De hecho, el profesor de la Universidad Pontificia Comillas considera que el mayor logro de Francisco fue darle voz a los que no la tienen. Es decir, "a los migrantes; a las mujer maltratadas, compradas y vendidas por mafias de trata de personas; a los olvidados de las cárceles; y a los refugiados de todas las guerras". Para Fernández, es indudable que Francisco "recuperó la Iglesia de los pobres para los pobres" a través de una reforma integral en la línea del Concilio Vaticano II, considero como una apertura al diálogo entre la Iglesia y el mundo moderno.

A los desafíos a los que se enfrentó el pontífice se sumó el de nombrar cardenales que estén presentes en la vida de las personas, que den testimonio en lugares donde hay pocos católicos y que no entiendan el cargo como un privilegio, sino como una responsabilidad. "Eso descolocó a muchos porque hasta ahora los puestos de cardenales iban asociados a ciudades importantes y Francisco decidió que debían estar vinculados a la labor que desempeñan", afirma Rodríguez López-Ros, que también es consultor del Consejo de Conferencias Episcopales de la Unión Europea.

Choques internacionales

A nivel internacional, el pontificado se vio envuelto en ocasiones en las tensiones de la época, como las guerras en Gaza y Ucrania. Francisco condenó ambos conflictos y defendió una paz negociada, porque creía que era mejor llegar a un acuerdo que continuar una guerra sin fin. "Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van bien, tienes que tener el coraje de izar la bandera blanca y negociar", indicó Francisco en declaraciones a la emisora suiza RSI con respecto a Ucrania. Ni Kiev ni algunos líderes europeos tomaron de buena manera esas palabras.

El pontífice también se caracterizó por su firme postura contra las políticas migratorias de Estados Unidos y de varios países europeos, incluyendo Italia. "[Una política de inmigración] no puede construirse a través del privilegio de unos y el sacrificio de otros. Lo que se construye a base de fuerza, y no a partir de la verdad sobre la igualdad de todo ser humano, mal comienza y mal terminará", advirtió el santo padre poco antes de haber sido ingresado en el hospital con respecto a las medidas tomadas por la Administración del presidente de EEUU, Donald Trump. "El Vaticano tiene un muro alrededor y nosotros no podemos tener uno alrededor de EEUU", le respondió a Francisco Tom Homan, responsable de inmigración, tras recomendarle que mejor se centrara en la Iglesia.

Durante su mandato el papa también tuvo que maniobrar para negociar con China y llegaron a un histórico acuerdo para el nombramiento de obispos católicos en el país asiático. El objetivo del pacto fue dar al pontífice la última palabra sobre los mismos y unificar a los católicos chinos, que desde la llegada del comunismo en 1949 deben elegir entre acudir a eventos religiosos supervisados por el Partido Comunista o a iglesias clandestinas apoyadas por el Vaticano. "La gente piensa que con ese acuerdo traicionó a la Iglesia clandestina de China, pero no es así", sostiene Rodríguez López-Ros.

Al ser preguntado por qué le criticaría al papa Francisco, Rodríguez López-Ros opina que uno de los defectos que tenía el argentino estaba relacionado con su espontaneidad. "Él a veces anunciaba cosas nuevas pero como no las legislaba no se convertían en ley", dice el profesor, y añade que se trata de algo que posteriormente el papa modificó. Además, considera que al pontífice le faltó más tiempo para llegar a un acuerdo con la Iglesia ortodoxa y "tender una unión más sólida" y para avanzar más en el tema de la mujer y del sacerdocio. No obstante, también es consciente de que "hacerlo muy rápido puede provocar una división".

"El papa ha sido la única voz cuerda en un mundo de locos"

Para Fernández, el papa Francisco ha sido "la única voz cuerda en un mundo de locos" y considera que cuando los católicos del mundo piensen en el recuerdo del primer pontífice jesuita y de origen latinoamericano se les vendrá a la mente un hombre bueno, misericordioso, entregado a los más necesitados y con cercanía a los pobres. "La historia lo recordará como un reformador de la Iglesia que intentó afrontar los retos heredados de los pontificados anteriores y como un arquitecto que puso en marcha mecanismos de transformación de la Iglesia".