El fundador de la Compañía Sevillana de Zarzuela, Javier Sánchez-Rivas, entra en la Real Academia de Bellas Artes

Una alabanza a la zarzuela que sigue siendo su gran pasión y a la que ha dedicado (y piensa seguir haciéndolo) horas y horas de trabajo. Así ha sido el discurso de ingreso como miembro correspondiente por Gines en la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla de J avier Sánchez-Rivas, vicedecano de Relaciones Institucionales de la facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla y fundador y gerente de la Compañía Sevillana de Zarzuela con la que ha realizado giras nacionales e internacionales. Durante su discurso, en el que estuvieron presentes numerosas autoridades académicas, Sánchez Rivas, que se considera sevillano de adopción tras 23 años en Sevilla, recordó como se ha «mimetizado» con la ciudad y con el modo «tan especial de ver la vida» de los sevillanos y destacó «el color, la luz, el embrujo, el romanticismo que se respira en el ambiente sevillano» que, a su juicio es « una eclosión de arte que invade cualquier rincón arquitectónico o incluso antropológico de la personalidad de la sevillanía, que sin duda ha sido y será inspiración de los grandes creadores que han pasado por esta tierra«. Sánchez-Rivas proclamó que ha hecho de Sevilla un referente en el rescate, la conservación y la puesta en valor de la Zarzuela«, algo que se ha convertido en un objetivo de vida personal. La recuperación del Patrimonio de las Artes Escénicas relacionada con la zarzuela, que estaba destinado a perderse ha hecho que Sevilla sea poseedora de un vestuario histórico que perteneció a Tamayo, Amengual, Guerrero, la maestra Marco o Nieves Fernández de Sevilla; ha hecho que en Sevilla se hayan podido recuperar más de treinta escenografías y obras zarzuelas, algunas de ellas totalmente fuera de cartelera comercial , como será Gloria y Peluca del Maestro Barbieri; y sobre todo ha provocado, que la divulgación del conocimiento sobre la zarzuela se materialice gracias a las Conferencias-Conciertos que patrocina la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y a las dos asignaturas especializadas que imparte en el Aula de la Experiencia de la Universidad de Sevilla, Tras hacer un repaso histórico, el académico quiso pararse en las notas musicales de «una cadencia de armonía perfecta que estaba por estrenarse a través de nuestro Género Lírico Nacional, la Zarzuela». Sánchez-Rivas se centró en Sevilla, como una ciudad de escenarios teatrales de la zarzuela en los siglos XIX y XX y en el hecho de que la zarzuela se convirtió en uno de los principales productos culturales de referencia. En el siglo XVIII, después de varios años sin espectáculos, Sevilla contaba con dos Academias de música sitas en las calles Santa María de Gracia y San Eloy. Luego, tras otros proyectos fracasados, se inició la reconstrucción de un nuevo espacio interpretativo que sería inaugurado en 1834, bajo el nombre del Teatro Principal (esquina de la Calle Pedro Caravaca con Velázquez). A partir de esta fecha, se sucederá la construcción, en muchos de los antiguos solares desamortizados, de numerosos teatros a la italiana de planta de herradura, con estancias novedosas y muy europeas como los suntuosos vestíbulos, las escalinatas, los salones de baile y, en muchos casos, liceos, cafés y casinos. Los entretenimientos escénicos serán cada más populares con la intención empresarial de aumentar los beneficios en base a un producto cultural cercano al pueblo llano. Este hecho provocó una crisis operística que alejó del teatro a las clases más adineradas de la ciudad, pero que enriquecieron la representación de las antiguas tonadillas o zarzuelas previas a la llegada de la Gran Zarzuela de los años cincuenta de Barbieri, Arrieta, Oudrid o Gaztambide. Es la clave empresarial de la zarzuela, como producto cultural de éxito. Los primeros estrenos de zarzuelas serían El tío Caniyitas de los maestros Mariano Soriano y José Pérez, en 1849, además de puesta en escena de otras piezas de enorme importancia para el momento como La venta del Puerto o La Pradera del Canal, ambas en la temporada en 1850. Una generación posterior, Sevilla verá la inauguración en 1869 del Teatro del Duque, levantado en el solar de la Iglesia de San Miguel, y que al calor del éxito que estaba cosechando el Género Chico de la Zarzuela, tanto en Madrid como en Sevilla, acabaría por implantar en 1883, el «teatro por horas», En el Teatro del Duque, llegó a existir una compañía propia de manera estable para la mayor parte de la temporada de zarzuela , que interpretaba entre 3 y 5 funciones diarias, incluida la «cuarta del Duque», a las doce menos cuarto de la noche, con la escenificación de piezas subidas de tono, moral, y no musical, donde las vicetiples eran las protagonistas. Aquí estrenaron los Hnos. Álvarez Quintero, su segunda zarzuela en 1898, junto al compositor Vicente Gómez Zarzuela, El Peregrino¡ o ¡A los toros de Sevilla!, Sainete 10 lírico-crítico-taurino en un acto, de Luis Olmedo y música de Emilio López del Toro. La Dictadura de Primo de Rivera fue la que ofreció may

Abr 29, 2025 - 20:13
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El fundador de la Compañía Sevillana de Zarzuela, Javier Sánchez-Rivas, entra en la Real Academia de Bellas Artes
Una alabanza a la zarzuela que sigue siendo su gran pasión y a la que ha dedicado (y piensa seguir haciéndolo) horas y horas de trabajo. Así ha sido el discurso de ingreso como miembro correspondiente por Gines en la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla de J avier Sánchez-Rivas, vicedecano de Relaciones Institucionales de la facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla y fundador y gerente de la Compañía Sevillana de Zarzuela con la que ha realizado giras nacionales e internacionales. Durante su discurso, en el que estuvieron presentes numerosas autoridades académicas, Sánchez Rivas, que se considera sevillano de adopción tras 23 años en Sevilla, recordó como se ha «mimetizado» con la ciudad y con el modo «tan especial de ver la vida» de los sevillanos y destacó «el color, la luz, el embrujo, el romanticismo que se respira en el ambiente sevillano» que, a su juicio es « una eclosión de arte que invade cualquier rincón arquitectónico o incluso antropológico de la personalidad de la sevillanía, que sin duda ha sido y será inspiración de los grandes creadores que han pasado por esta tierra«. Sánchez-Rivas proclamó que ha hecho de Sevilla un referente en el rescate, la conservación y la puesta en valor de la Zarzuela«, algo que se ha convertido en un objetivo de vida personal. La recuperación del Patrimonio de las Artes Escénicas relacionada con la zarzuela, que estaba destinado a perderse ha hecho que Sevilla sea poseedora de un vestuario histórico que perteneció a Tamayo, Amengual, Guerrero, la maestra Marco o Nieves Fernández de Sevilla; ha hecho que en Sevilla se hayan podido recuperar más de treinta escenografías y obras zarzuelas, algunas de ellas totalmente fuera de cartelera comercial , como será Gloria y Peluca del Maestro Barbieri; y sobre todo ha provocado, que la divulgación del conocimiento sobre la zarzuela se materialice gracias a las Conferencias-Conciertos que patrocina la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y a las dos asignaturas especializadas que imparte en el Aula de la Experiencia de la Universidad de Sevilla, Tras hacer un repaso histórico, el académico quiso pararse en las notas musicales de «una cadencia de armonía perfecta que estaba por estrenarse a través de nuestro Género Lírico Nacional, la Zarzuela». Sánchez-Rivas se centró en Sevilla, como una ciudad de escenarios teatrales de la zarzuela en los siglos XIX y XX y en el hecho de que la zarzuela se convirtió en uno de los principales productos culturales de referencia. En el siglo XVIII, después de varios años sin espectáculos, Sevilla contaba con dos Academias de música sitas en las calles Santa María de Gracia y San Eloy. Luego, tras otros proyectos fracasados, se inició la reconstrucción de un nuevo espacio interpretativo que sería inaugurado en 1834, bajo el nombre del Teatro Principal (esquina de la Calle Pedro Caravaca con Velázquez). A partir de esta fecha, se sucederá la construcción, en muchos de los antiguos solares desamortizados, de numerosos teatros a la italiana de planta de herradura, con estancias novedosas y muy europeas como los suntuosos vestíbulos, las escalinatas, los salones de baile y, en muchos casos, liceos, cafés y casinos. Los entretenimientos escénicos serán cada más populares con la intención empresarial de aumentar los beneficios en base a un producto cultural cercano al pueblo llano. Este hecho provocó una crisis operística que alejó del teatro a las clases más adineradas de la ciudad, pero que enriquecieron la representación de las antiguas tonadillas o zarzuelas previas a la llegada de la Gran Zarzuela de los años cincuenta de Barbieri, Arrieta, Oudrid o Gaztambide. Es la clave empresarial de la zarzuela, como producto cultural de éxito. Los primeros estrenos de zarzuelas serían El tío Caniyitas de los maestros Mariano Soriano y José Pérez, en 1849, además de puesta en escena de otras piezas de enorme importancia para el momento como La venta del Puerto o La Pradera del Canal, ambas en la temporada en 1850. Una generación posterior, Sevilla verá la inauguración en 1869 del Teatro del Duque, levantado en el solar de la Iglesia de San Miguel, y que al calor del éxito que estaba cosechando el Género Chico de la Zarzuela, tanto en Madrid como en Sevilla, acabaría por implantar en 1883, el «teatro por horas», En el Teatro del Duque, llegó a existir una compañía propia de manera estable para la mayor parte de la temporada de zarzuela , que interpretaba entre 3 y 5 funciones diarias, incluida la «cuarta del Duque», a las doce menos cuarto de la noche, con la escenificación de piezas subidas de tono, moral, y no musical, donde las vicetiples eran las protagonistas. Aquí estrenaron los Hnos. Álvarez Quintero, su segunda zarzuela en 1898, junto al compositor Vicente Gómez Zarzuela, El Peregrino¡ o ¡A los toros de Sevilla!, Sainete 10 lírico-crítico-taurino en un acto, de Luis Olmedo y música de Emilio López del Toro. La Dictadura de Primo de Rivera fue la que ofreció mayor número de funciones de Zarzuela, ya que se organizaron 3.548 representaciones, suponiendo más del 80% del teatro lírico en Sevilla. También de finales del siglo XIX, en 1887 concretamente, será inaugurado el Teatro Eslava, un espacio para público más selecto y adinerado. Ocupaba parte de los jardines del antiguo Palacio de San Telmo. Con el nuevo siglo los espectáculos de variedades, entre los que se encontraba la Zarzuela, traerán la inauguración de nuevos espacios escénicos de nuestra ciudad como el Teatro Portela, construido como «teatro de verano» en 1900. Por un lado, estaba al Teatro Coliseo, que estaba previsto llamarse Teatro Reina Mercedes, seguido de la redenominación de Teatro Reina Victoria Eugenia para finalmente inaugurarse, el 3 de diciembre de 1931, como Cine Coliseo España. Por otro, la Exposición del 29 legará la gran joya escénica de Sevilla que llega hasta nuestros días, el Teatro Lope de Vega, que verá estrenar en la ciudad el 28 de octubre, la zarzuela El huésped del sevillano, del Maestro Jacinto Guerrero y libreto de Enrique Reoyo y Juan Ignacio Luca de Tena, Por último, el antiguo Teatro Álvarez Quintero, actual Espacio Turina, que se proyecta en la década de los años cuarenta. Gozó de una amplia programación de zarzuela durante 30 años, hasta que cerró y fue reinaugurado en 1999 por la Fundación El Monte para posteriormente pasar a convertirse en uno de los espacios escénicos más importantes de la ciudad. Actualmente acoge la temporada estable de la Compañía Zarzuela de Sevilla, con la interpretación y rescate de obras de formato pequeño. El académico puso hincapié en Sevilla , como un escenario para la inspiración literaria y de composición musical de los creadores. «Las situaciones escénicas de las zarzuelas sevillanas serán también un reflejo de la sociedad desigual del momento donde se muestran escenas de infidelidad, pobreza, picaresca, zalamería, intriga, etc. y cuya máxima expresión, desde un punto de vista del enriquecimiento literario será llevado a cabo por los Hnos. Álvarez Quintero, quienes elevan de categoría a los personajes, pero sin perder el gracejo propio de la sevillanía de sus libretos», dijo sin olvidarse de las composiciones relacionadas con la tauromaquia. E hizo un repaso por nombres ligados a la zarzuela como Gustavo Adolfo Bécquer, los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, Luis Fernández García, y también citó a alumnos de Derecho que fueron grandes libretistas como José María Gutiérrez de Alba, Felipe Pérez y González, José Luis Montoto de Sedas, Joaquín Guichot Barrera y otros libretistas destacados además de compositores renombrados.