Vale que el partido de hoy, ante
Osasuna, no se debería jugar hoy. Vale que
Osasuna llega con una racha pésima en 2025, con una sola victoria en las últimas 15 jornadas y algún día tendrá que ganar. Vale que
Flick no contará con
Raphinha que el martes vivió su peor noche del año en el Argentina 4 – Brasil 1. Pero nada de esto es excusa para que el Barça logre hoy los tres puntos, como sea, ante el primer rival que logró ganarle un encuentro de Liga al ilusionante entrenador alemán. La posibilidad de volver a recuperar el liderato en solitario y sacarle 3 puntos al Real Madrid, teniendo el ‘goal average’ a favor, le permitiría al Barça tener un tropiezo, de aquí a final de temporada. El principal peligro de esta noche, en Montjuïc, es el propio
Barça. Cuando sale al campo pensando demasiado y dosificándose para lo que vendrá, está pinchando. Pero, después, el peligro para hoy se llama Ante
Budimir. El espigado delantero croata, apodado el cisne de
Zenica, es el tercer mejor goleador de la Liga, solo superado por
Lewandowski y
Mbappé. Casi nada. Es, además, el mejor rematador de cabeza (4 goles) y marca casi el 50% de los goles de su equipo (15 de 33). Además, llega con la moral de haberse convertido en el mejor goleador de la historia de Osasuna. Eso sí, a los 33 años, quizá físicamente algo tocado por haber jugado, y perdido, el partido con prórroga contra Francia de la Nations League. Tras el partido de ida en Pamplona,
Budimir cambiaba de casa y demostró ser un futbolista atípico. En el ascensor, colgó una nota de dirigida a sus antiguos vecinos, para agradecerles lo bien que se había sentido en esa comunidad. No quedan muchos como
Budimir, ni en el remate ni en el tacto. Un cisne blanco.
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