Confidencial (Black Bag): El cine comercial y adulto todavía existe
Claro que ese espíritu sixties que mencionamos, y que tampoco le es ajeno a Soderbergh, se podría asimilar el personaje de Fassbender, frío pero polifacético como cualquiera de las incursiones de Michael Caine en el género allá por aquella década. Black Bag, sin embargo, no es un monumento a la nostalgia sino un thriller perfectamente... Leer más La entrada Confidencial (Black Bag): El cine comercial y adulto todavía existe aparece primero en Zenda.

Hasta aproximadamente la década de los 2010, una producción como Confidencial (Black Bag), con sus noventa acotados minutos, su espíritu adulto pero plenamente comercial, su irónica elegancia, podría haber representado un decente éxito de taquilla. Pero los tiempos son los que son, y solo cabe darse con un canto en los dientes de que el thriller dirigido por Steven Soderbergh, en su segunda película estrenada en pocas semanas en España tras la no menos interesante Presence, se pueda ver en los cines. Este sucedáneo de John le Carré, dicho sin acritud ninguna, puede presumir de un excelente reparto para una historia clásica de espías que sirve de perfecta metafora (o quizá sea al revés) de las relaciones de pareja, y que tiene a Michael Fassbender como una suerte de perfecta permutación del célebre George Smiley.
Claro que ese espíritu sixties que mencionamos, y que tampoco le es ajeno a Soderbergh, se podría asimilar el personaje de Fassbender, frío pero polifacético como cualquiera de las incursiones de Michael Caine en el género allá por aquella década. Black Bag, sin embargo, no es un monumento a la nostalgia sino un thriller perfectamente funcional e inteligente, aunque, eso sí, al margen de modas. Un film rapidísimo y tremendamente técnico, tanto en su trabajo de cámara (Soderbergh vuelve a ser director de fotografía bajo el pseudónimo de Peter Andrews) como en el despliegue de diálogos del nuevo mejor colega del director, el guionista David Koepp.
Koepp, que también escribió el citado cuento gótico Presence, basado en la pura jugada de la cámara subjetiva al estilo La dama del lago, pero esta vez haciendo de espíritu (¡!), traza el devenir de tres relaciones distintas que se traicionan y se aman de distintas maneras. Pequeña y elegante, pero bastante malvada en su trasfondo, la película depende al cien por cien de los diálogos, textos en los que Koepp parece asumir la identidad de algún guionista británico a la hora de trasladar los distintos niveles de subtexto de cada frase. La película, en este sentido, es la otra cara de la moneda de Presence, pero a la vez apuesta por un modelo de producción (presupuestos moderados, gran reparto, apuesta por géneros tradicionales bajo una perspectiva autoral) abandonado por una industria en crisis de identidad.
Lo que llama la atención de Confidencial (Black Bag) es lo poco que la película necesita indicar a su público que el mapa de intereses mutuos, convenidos u ocultos, de sus seis personajes principales (en realidad, siete: no nos olvidamos de Pierce Brosnan, ojo a su tête-à-tête con Cate Blanchett en un restaurante). El film no solo funciona como relato de espionaje moderno sino como analogía de las relaciones amorosas en tiempos de obsolescencia programada, no solo en la alta tecnología que utilizan los espías (por cierto, excelente la secuencia del satélite) sino también en el uso y disfrute mutuo de la otra persona. Este juego de superpotencias y sentimientos da por sentada la inteligencia del público, al igual que algunos de los implicados en el juego dan por sentado que se utilizan para espiarse mutuamente. Lo cual no anula que la cuestión sea algo puramente personal: Black Bag puede presumir de reparto (ya hemos citado a Fassbender y Blanchett), pero es quizá el pujante Tom Burke (Cormoran Strike) el que se lleva el gato al agua con una interpretación brillante pero para nada contenida.
La entrada Confidencial (Black Bag): El cine comercial y adulto todavía existe aparece primero en Zenda.