El alimento que más se tira a la basura en los hogares españoles: "Es una pena"
En España se desperdician kilos de comida al día, y el yogur es el producto que más se tira a la basura debido a la falta de información sobre la diferencia entre la fecha de consumo preferente y la de caducidad.
En España, donde el desperdicio alimentario es un problema creciente, uno de los productos que más se tira en los hogares es el yogur. Aunque parezca sorprendente, este lácteo, que forma parte de la dieta de muchas familias, se desecha por la confusión con su fecha de consumo preferente.
Desde que en su etiquetado se reemplazó la "fecha de caducidad" por "fecha de consumo preferente", muchas personas lo tiran a la basura en cuanto ven que ha pasado el día impreso en el envase, sin plantearse si sigue siendo apto para el consumo. Pero, ¿es necesario tirar un producto que podría seguir siendo seguro? Según expertos en seguridad alimentaria, en la mayoría de los casos no hay ningún peligro en comer un yogur que ha pasado su fecha, siempre que se haya conservado correctamente.
¿Caduca realmente un yogur?
El mito de que el yogur se vuelve peligroso una vez supera su fecha impresa ha sido desmentido en múltiples ocasiones por especialistas en seguridad alimentaria. Así, durante una entrevista en el canal de TikTok Microbiota Desde Cero, el técnico en dietética Miodrag Borges señaló que el yogur es "el producto que más se tira a la basura y que más gasto genera a las familias". Ante esta afirmación, el otro experto en seguridad alimentaria, José Antonio Barroso, respondió sin dudar: "Es una pena".
El problema está en que muchos consumidores confunden "fecha de caducidad" con "fecha de consumo preferente". La primera indica el límite hasta el cual un alimento puede consumirse con garantías de seguridad, mientras que la segunda solo señala el punto a partir del cual el producto podría perder algunas propiedades.
Sin embargo, esto no significa que sea inseguro. En el caso del yogur, lo peor que puede pasar es que esté un poco más ácido de lo normal debido a la acción de las bacterias lácticas, pero esto no supone ningún riesgo para la salud. De hecho, algunas personas con intolerancia a la lactosa pueden encontrarlo incluso más digestivo.
¿Por qué se tiran los yogures?
Como ya se ha comentado arriba, el desperdicio de yogures en los hogares tiene mucho que ver con la falta de información sobre cómo funcionan las fechas de los alimentos envasados.
Tal como ha explicado en otras ocasiones Barroso, la seguridad alimentaria de estos productos está garantizada mucho antes de que se acerque su fecha de consumo preferente. "Ningún alimento envasado puede contener bacterias patógenas vivas. Si algo estuviera contaminado, se detectaría y se retiraría del mercado mucho antes de que alcance su fecha límite", aseguró en otra entrevista para YouTube.
Aun así, el temor a intoxicaciones alimentarias lleva a muchos consumidores a ser demasiado precavidos y tirar a la basura productos que siguen siendo perfectamente aptos para el consumo. Para evitar esta pérdida innecesaria, lo ideal es confiar en los sentidos: si el yogur no tiene mal olor ni aspecto, está buen estado.
Cómo aprovechar los yogures
De todas formas, si no convence la idea de comerse un yogur después de su fecha de consumo preferente, y tampoco apetece comérselo solo, una buena salida es aprovecharlo de otra forma antes de que llegue ese día. Lo bueno que tienen es que son súper versátiles y pueden usarse en un gran abanico de recetas, desde pasteles, bizcochos y magdalenas hasta salsas para ensaladas o marinados para carnes.
Además, también se pueden hacer batidos con frutas frescas, mezclarlo con avena para un desayuno saludable o incluso congelarlo para hacer helados durante las épocas de calor. De esta manera, se evita el desperdicio, se pone en práctica la cocina de aprovechamiento y se disfruta de un producto que está lleno de beneficios para la salud.
