EIDF cierra el ejercicio 2024 con pérdidas de 48 millones de euros, pero reduce un 54% la deuda
EIDF ha cerrado el ejercicio 2024 con un resultado consolidado negativo de -48 millones de euros, un crecimiento de su EBITDA hasta 4 millones y una cifra de negocio que se mantiene en 138 millones.

El resultado negativo de -48 millones es consecuencia de las operaciones extraordinarias realizadas durante el ejercicio, entre ellas la venta de ODF, la liquidación de 16 sociedades que carecían de operativa, las aportaciones realizadas a Kakuru —sociedad compartida entre EIDF y Atitlan—, el resultado financiero negativo derivado de la conversión de préstamos convertibles (que supondrá un incremento en fondos propios tras la aprobación por la Junta de Accionistas) y la desvalorización de activos provenientes de operaciones de años anteriores.
Durante 2024, el grupo ha llevado a cabo una serie de acciones encaminadas a sentar las bases de una nueva etapa de crecimiento ordenado y sostenido, con foco en la transparencia, la calidad y la sostenibilidad, según ha indicado. Así, EIDF cierra el ejercicio reduciendo en más de la mitad su deuda financiera hasta los 56 millones, un 54% menos respecto a los 120 millones de 2023. Del mismo modo, ha logrado incrementar en 33 millones sus fondos propios, que ascienden a 22,4 millones, y su fondo de maniobra, que se sitúa en los 4,7 millones.
“El resultado consolidado del ejercicio, si bien negativo, no debe opacar que estamos tomando las decisiones estratégicas y operativas correctas. Hemos llevado a cabo profundos cambios para garantizar la viabilidad del grupo y encauzarlo hacia una senda de solidez y crecimiento”, señala Joan Gelonch, CEO de EIDF. “La llegada a la presidencia de Eduard Romeu, el refuerzo de la cúpula directiva, así como el decidido apoyo de nuestros principales inversores y accionistas como Laurion Group, nos permitirán mantenernos en el liderazgo del mercado del autoconsumo industrial. Creemos que nuestras nuevas políticas de calidad, transparencia y buen gobierno conforman una sólida base sobre la que seguir construyendo un crecimiento sostenido”.
Durante el ejercicio, el grupo ha llevado a cabo la implantación de políticas de buen gobierno y control financiero. Esto ha conllevado la reexpresión de las cuentas de 2023 para reflejar un aumento del gasto en 15 millones, cifra que afecta al patrimonio neto del grupo. Este ajuste, derivado de "deficiencias de control" detectadas en los años 2022 y 2023, ha provocado que el auditor exprese una limitación al alcance porque, si bien se han enmendado a lo largo del ejercicio 2024, pudieran dar lugar, aún, a alguna contingencia no detectada.
En línea con lo expresado por Gelonch, EIDF ha efectuado cambios corporativos. El grupo ha reforzado su accionariado con la entrada de Azahar Inversiones Capital y ha realizado cambios en el Consejo de Administración, con el nombramiento de Eduard Romeu como presidente. Asimismo, ha puesto el acento en el buen desempeño, cumpliendo con "altos estándares de buena gobernanza, transparencia y cumplimiento normativo".
En este mismo sentido, EIDF ha implantado un nuevo sistema de compliance y ha obtenido el certificado ISO 9001 de calidad en el área corporativa, entre otros cambios relevantes.
Esta transformación ha continuado durante 2025. A lo largo de los primeros cuatro meses del año, por un lado, el grupo ha reestructurado su equipo directivo, incorporando profesionales con experiencia, alta especialización y autonomía en las diferentes áreas de trabajo, permitiendo a EIDF ampliar la oferta de servicios complementarios a la fotovoltaica, con nuevos sistemas híbridos y de eficiencia energética. Por otro lado, ha creado en su Consejo una Comisión Ejecutiva para reforzar y agilizar la toma de decisiones estratégicas. Además, el pasado marzo, presentó la renovación de su identidad corporativa, reflejo de esta nueva etapa orientada al crecimiento y a la creación de valor.