EEUU prohibirá ocho colorantes alimentarios de uso común, algunos permitidos en Europa: por qué se cree que son un riesgo
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (HHS y FDA, respectivamente, por sus siglas en inglés) han anunciado esta semana la determinación de eliminar el uso de hasta ocho colorantes sintéticos en la industria alimentaria del país, siguiendo así las directrices ya adelantadas por el secretario de salud, Robert F. Kennedy Jr. Se trata de ocho colorantes sintéticos derivados del petróleo ampliamente usados en todo tipo de alimentos y bebidas producidos por la industria alimentaria del país, especialmente presentes en ultraprocesados destinados a los niños, como cereales, caramelos, gominolas, chicles, chocolatinas, helados, dulces y refrescos, así como en algunos medicamentos. Esta acción forma parte de la estrategia global de salud y seguridad alimentaria fomentada por Kennedy, cuya política se ha identificado siempre con el activismo antivacunas y a quien la comunidad científica acusa de quimiofobia por culpar a supuestos entornos tóxicos de la prevalencia o aumento de ciertas enfermedades crónicas y condiciones médicas, como el autismo. Kennedy ha llegado a afirmar que hasta ahora se ha permitido a los fabricantes de alimentos "envenenar en masa" a los niños estadounidenses. La prohibición de ciertos colorantes en la industria estadounidense es algo que muchas asociaciones y expertos venían demandando desde hace tiempo, denunciando la debilidad de los protocolos y controles de los que adolece el sistema estadounidense frente a la legislación europea. Ya el pasado mes de enero, aún bajo la administración de Biden, la FDA publicó la prohibición del uso del colorante rojo 3 en medicamentos ingeridos, alimentos y bebidas; ahora el nuevo gobierno pide a la industria que se adelante la fecha límite de esa prohibición. Además, se ha anunciado la creación de cronograma de actuación nacional para poner en común la legislación y normativa de todo el país, pues actualmente hay un gran desequilibrio e incoherencias entre los diferentes estados. En Vitónica Aditivos alimentarios: qué son exactamente y cómo se regula su uso Los colorantes que Estados Unidos quiere eliminar Dentro del plan de acción presentado este martes por Robert F. Kennedy Jr y Marty Makary, recién nombrado comisionado de la FDA, se han establecido cuatro objetivos prioritarios: Establecer una norma nacional y un calendario para que la industria alimentaria sustituya los colorantes derivados del petróleo por alternativas naturales. Revocar las autorizaciones de los colorantes alimentarios sintéticos rojo cítrico 2 y naranja B en los próximos meses. Trabajar con la industria para eliminar los seis colorantes sintéticos derivados del petróleo restantes: colorante verde 3, colorante rojo 40, colorante amarillo 5, colorante amarillo 6, colorante azul 1 y colorante azul 2, antes de finales de 2026. Solicitar a las empresas alimentarias que eliminen el colorante rojo 3, ya prohibido, de sus productos antes del plazo actual de 2027-2028. En la legislación europea todos los aditivos alimentarios deben ser aprobados por la Unión Europea tras haber pasado una serie de procesos que puedan garantizar la seguridad. Esa seguridad se somete al control del Comité Científico de la Alimentación Humana (CCAH) o la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Cada sustancia se somete a ensayos y controles toxicológicos, y se debe justificar tecnológicamente su uso. La legislación especifica además la dosis permitida para que no suponga ningún riesgo para la salud, y su uso tampoco puede inducir a error en el consumidor. Además, la EFSA reevalúa la seguridad de los aditivos cada cierto tiempo para actualizar, en su caso, la normativa. En Estados Unidos preocupa especialmente el posible efecto en los niños, pues un consumo excesivo de ciertos colorantes puede causar hiperactividad, irritabilidad o trastornos del sueño, además de generar reacciones alérgicas o malestar digestivo en personas más sensibles. Algunos de los colorantes que quiere eliminar EEUU siguen estando permitidos en la UE, aunque hay países que los han prohibido, como sucede en el caso del E-110 (amarillo crepúsculo), vetado en Noruega. El azul brillante, E-133, está prohibido en Suiza, pero en Europa se sigue empleando tras establecerse que es inocuo si la ingesta máxima no excede los 12,5mg/kg/día. Pese a que algunos aditivos se han vinculado con el desarrollo de tumores en animales, ninguno de los permitidos en Europa han demostrado tal relación en Europa, ni siquiera en dosis mucho más altas de las que se consumen habitualmente. Los colorantes que pueden causar hiperactividad en los niños deben indicarlo así según la legislación europea, pero Estados Unidos ha optado ahora por eliminarlos por completo, poniendo en foco en las sustancias 'químicas' c

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (HHS y FDA, respectivamente, por sus siglas en inglés) han anunciado esta semana la determinación de eliminar el uso de hasta ocho colorantes sintéticos en la industria alimentaria del país, siguiendo así las directrices ya adelantadas por el secretario de salud, Robert F. Kennedy Jr.
Se trata de ocho colorantes sintéticos derivados del petróleo ampliamente usados en todo tipo de alimentos y bebidas producidos por la industria alimentaria del país, especialmente presentes en ultraprocesados destinados a los niños, como cereales, caramelos, gominolas, chicles, chocolatinas, helados, dulces y refrescos, así como en algunos medicamentos.
Esta acción forma parte de la estrategia global de salud y seguridad alimentaria fomentada por Kennedy, cuya política se ha identificado siempre con el activismo antivacunas y a quien la comunidad científica acusa de quimiofobia por culpar a supuestos entornos tóxicos de la prevalencia o aumento de ciertas enfermedades crónicas y condiciones médicas, como el autismo. Kennedy ha llegado a afirmar que hasta ahora se ha permitido a los fabricantes de alimentos "envenenar en masa" a los niños estadounidenses.
La prohibición de ciertos colorantes en la industria estadounidense es algo que muchas asociaciones y expertos venían demandando desde hace tiempo, denunciando la debilidad de los protocolos y controles de los que adolece el sistema estadounidense frente a la legislación europea.
Ya el pasado mes de enero, aún bajo la administración de Biden, la FDA publicó la prohibición del uso del colorante rojo 3 en medicamentos ingeridos, alimentos y bebidas; ahora el nuevo gobierno pide a la industria que se adelante la fecha límite de esa prohibición. Además, se ha anunciado la creación de cronograma de actuación nacional para poner en común la legislación y normativa de todo el país, pues actualmente hay un gran desequilibrio e incoherencias entre los diferentes estados.
Los colorantes que Estados Unidos quiere eliminar
Dentro del plan de acción presentado este martes por Robert F. Kennedy Jr y Marty Makary, recién nombrado comisionado de la FDA, se han establecido cuatro objetivos prioritarios:
- Establecer una norma nacional y un calendario para que la industria alimentaria sustituya los colorantes derivados del petróleo por alternativas naturales.
- Revocar las autorizaciones de los colorantes alimentarios sintéticos rojo cítrico 2 y naranja B en los próximos meses.
- Trabajar con la industria para eliminar los seis colorantes sintéticos derivados del petróleo restantes: colorante verde 3, colorante rojo 40, colorante amarillo 5, colorante amarillo 6, colorante azul 1 y colorante azul 2, antes de finales de 2026.
- Solicitar a las empresas alimentarias que eliminen el colorante rojo 3, ya prohibido, de sus productos antes del plazo actual de 2027-2028.

En la legislación europea todos los aditivos alimentarios deben ser aprobados por la Unión Europea tras haber pasado una serie de procesos que puedan garantizar la seguridad. Esa seguridad se somete al control del Comité Científico de la Alimentación Humana (CCAH) o la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Cada sustancia se somete a ensayos y controles toxicológicos, y se debe justificar tecnológicamente su uso. La legislación especifica además la dosis permitida para que no suponga ningún riesgo para la salud, y su uso tampoco puede inducir a error en el consumidor. Además, la EFSA reevalúa la seguridad de los aditivos cada cierto tiempo para actualizar, en su caso, la normativa.
En Estados Unidos preocupa especialmente el posible efecto en los niños, pues un consumo excesivo de ciertos colorantes puede causar hiperactividad, irritabilidad o trastornos del sueño, además de generar reacciones alérgicas o malestar digestivo en personas más sensibles.
Algunos de los colorantes que quiere eliminar EEUU siguen estando permitidos en la UE, aunque hay países que los han prohibido, como sucede en el caso del E-110 (amarillo crepúsculo), vetado en Noruega. El azul brillante, E-133, está prohibido en Suiza, pero en Europa se sigue empleando tras establecerse que es inocuo si la ingesta máxima no excede los 12,5mg/kg/día. Pese a que algunos aditivos se han vinculado con el desarrollo de tumores en animales, ninguno de los permitidos en Europa han demostrado tal relación en Europa, ni siquiera en dosis mucho más altas de las que se consumen habitualmente.
Los colorantes que pueden causar hiperactividad en los niños deben indicarlo así según la legislación europea, pero Estados Unidos ha optado ahora por eliminarlos por completo, poniendo en foco en las sustancias 'químicas' como el gran enemigo para mejorar la salud de la población, especialmente los niños.
Peter Lurie, presidente del Centro para la Ciencia en el Interés Público, aplaude la decisión de limitar y controlar mejor el uso de colorantes artificiales, pero cuestiona que sea la medida más eficaz o urgente para mejorar la salud de los estadounidenses. "Los colorantes alimentarios son una causa importante de morbilidad, pero no creo que sean, ni mucho menos, las mayores causas de enfermedades crónicas en este país", ha declarado a The Washington Post.
En Estados Unidos, además, existe la llamada Cláusula Delaney, según la cual cualquier sustancia que haya demostrado ser cancerígena en estudios con animales, no puede usarse en alimentación humana; en base a ella se ha prohibido el colorante rojo 3, porque algunos de los años 80 encontraron que producía cáncer en ratas macho a las que se les había eliminado parcialmente la glándula tiroides, y lo hacía con dosis mucho más altas de las que permiten las agencias de seguridad europeas para su uso en la industria alimentaria.
Como ya recordó la nutricionista y tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles en Maldita, en Europa no nos guiamos por listas de aditivos prohibidos como hacen en Estados Unidos, “ al contrario, se usa un sistema más restrictivo, que es el de emplear listas positivas: esto implica que solo los aditivos que estén evaluados, autorizados e incluidos en esa lista pueden ser usados en la cantidad y alimento para el que se establezca”.
En toxicología se distingue entre riesgo (risk) y peligro (hazard). Las autoridades y agencias de seguridad como la EFSA trabajar para minimizar los riesgos, las probabilidades de sufrir daños, exponiéndonos a las sustancias con las que convivimos, no solo sintéticas. Siguiendo el paradigma de Paracelso, “Todo es veneno y nada es veneno, solo la dosis hace el veneno”.
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EEUU prohibirá ocho colorantes alimentarios de uso común, algunos permitidos en Europa: por qué se cree que son un riesgo
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Directo al Paladar
por
Liliana Fuchs
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