Diego Barba, con discapacidad intelectual y un padre feliz: "Es lo más bonito que te puede dar la vida"
Este joven onubense desmonta los prejuicios sobre la paternidad y la discapacidad intelectual.

A sus 32 años, Diego Barba ha demostrado que la determinación y el esfuerzo no entienden de etiquetas. Funcionario de la Junta de Andalucía tras superar unas exigentes oposiciones y varias veces campeón de España en natación, Diego afronta ahora el reto más importante de su vida: ser padre. Junto a su mujer sin discapacidad, Sara, cría a su hijo Aitor, que en mayo cumplirá dos años. Con una discapacidad intelectual, su historia es un testimonio de superación y una respuesta contundente a quienes cuestionan la capacidad de las personas con discapacidad para formar una familia.
En una conversación cercana con 20minutos, Diego nos cuenta cómo ha cambiado su vida desde la llegada de Aitor, cómo ha encontrado en su familia y en su trabajo la estabilidad para afrontar la paternidad y qué le diría a quienes siguen viendo la discapacidad como una barrera insalvable.
Una rutina organizada y compartida en familia
Desde que nació su hijo, Diego ha ajustado su día a día para compaginar su trabajo en la Delegación Territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía en Huelva con su papel como padre. Su jornada comienza temprano en la oficina y, tras salir sobre las dos y media, dedica la tarde a su familia antes de acudir a sus entrenamientos de natación. "Por la noche, toca el baño, la cena y un rato de desconexión en casa. Y al día siguiente, vuelta a empezar", explica.
Los fines de semana, si el tiempo lo permite, aprovechan para salir al parque, a la playa o simplemente pasear. “Aitor es un torbellino, así que buscamos actividades para que se desfogue”, dice entre risas. A veces, encuentran tiempo para una cena fuera, aunque también disfrutan de planes caseros, viendo películas o jugando juntos.
"Ser padre ha sido lo más grande que me ha pasado"
Aunque tanto él como su pareja tenían claro que querían formar una familia, Diego confiesa que la noticia de que iba a ser padre le impactó. "Es una alegría inmensa, pero sabes que tu vida cambia al instante". Sin embargo, para él, el verdadero punto de inflexión llegó cuando tuvo a su hijo en brazos. "Ese fue el día más feliz de mi vida", afirma.
Consciente de la responsabilidad que implica criar a un hijo, Diego decidió esperar a contar con una estabilidad laboral antes de dar el paso. "Quería tener un trabajo fijo para poder ofrecerle lo mejor a mi familia", asegura. Su esfuerzo por conseguirlo fue titánico: trabajó y estudió a la vez durante dos años hasta lograr su plaza en la administración pública.
¿Acaso todas las personas sin discapacidad están capacitadas para ser padres? Yo he conocido a muchas que no lo están
Derribando prejuicios sobre la paternidad y la discapacidad
A pesar de que su experiencia ha sido mayoritariamente positiva, Diego es consciente de que todavía existen muchos prejuicios sobre la capacidad de las personas con discapacidad intelectual para ser padres. Su respuesta ante quienes cuestionan su papel es clara: “¿Acaso todas las personas sin discapacidad están capacitadas para ser padres? Yo he conocido a muchas que no lo están”.
Para él, la paternidad no depende de un diagnóstico, sino de valores como la responsabilidad y la empatía. “Me considero completamente capacitado para criar a mi hijo, igual que cualquier otro padre. Hay personas sin discapacidad que no serían capaces ni de cuidar una mascota, pero nadie les cuestiona por querer formar una familia”.
En su caso, su entorno ha sido un gran apoyo. Su pareja, Sara, es su pilar fundamental, y juntos han aprendido a repartirse las tareas y a apoyarse en los momentos más difíciles, como cuando Aitor se pone enfermo y las noches de sueño se vuelven intermitentes. "Nos organizamos bien y, cuando uno necesita descansar, el otro se encarga", explica. También destaca el respaldo de su familia y de Plena Inclusión, la organización que le ayudó en su camino hacia la estabilidad laboral y personal.
"Si quieres ser padre, lucha por ello"
Para Diego, la clave está en dejar de dividir a la sociedad entre personas con y sin discapacidad. “A quienes no tienen discapacidad, les diría que sean más empáticos y que no prejuzguen sin conocer. Y a quienes tienen discapacidad y quieren ser padres, que luchen por ello, porque es posible. Ser padre es lo más bonito que te puede dar la vida”.
Este será su segundo Día del Padre, y aunque aún no tiene planes concretos, sabe que lo celebrará con su familia. "Supongo que Aitor me traerá algo de la guardería y haremos algo especial. Todavía llevo la ‘L’ en esto", bromea.
Diego Barba es la prueba de que los límites los marca la sociedad y no las personas. Su historia es un testimonio de perseverancia, amor y una lección para aquellos que aún dudan de que la paternidad es, ante todo, una cuestión de compromiso.