Detectives de aguas residuales para adelantarse a las crisis: "En el caso del VRS, los niveles se elevaban antes de que se produjera un pico en la clínica"

Medicina Preventiva y Salud Pública saradomingo Dom, 20/04/2025 - 08:00 Explosión tras la covid-19 Se abre la tapa de la alcantarilla, y bajo nuestros pies vemos -y sobre todo olemos- cómo fluye un nauseabundo río de desechos. La mezcla de orines, heces, restos orgánicos y otras inmundicias baja rápido por este colector que encontramos en una calle de Valencia, pero que es igual al que está junto a cualquier edificio.Aunque no reparemos en ella, la agüita amarilla, ya lo decían 'Los Toreros Muertos', "pasa por debajo de tu casa, pasa por debajo de tu familia, pasa por debajo de tu lugar de trabajo". Y contiene mucha información sobre nosotros y sobre los riesgos a los que nos exponemos.Lo sabe bien Gloria Sánchez, que lleva años analizando los microorganismos presentes en aguas residuales y su papel en la vigilancia epidemiológica. Donde la mayoría solo ve una hedionda cloaca, está científica del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos de Valencia (IATA), que pertenece al CSIC, contempla una mina de información que no solo nos ayuda a saber qué patógenos están circulando cerca de nosotros, sino que también podría alertarnos de la próxima pandemia antes que cualquier otro centinela."La epidemiología basada en las aguas residuales es una potente herramienta que puede proporcionar mucho conocimiento para vigilar la salud de una población", señala la investigadora, que dirige el Laboratorio de Virología Ambiental y Seguridad Alimentaria (VISAFELab) en el centro valenciano.Analizando estas aguas, subraya, se puede obtener información objetiva y en tiempo real sobre qué cepa de la gripe ha empezado a circular, dónde es más probable que se produzca un brote de gastroenteritis o si un virus emergente se está introduciendo en la ciudad, entre otros ejemplos. El sistema, además, puede aportar esos datos antes de que la enfermedad dé la cara en hospitales y centros de salud porque, en la mayoría de infecciones, los afectados ya excretan el patógeno en su orina, heces u otros fluidos antes de desarrollar síntomas. Es, por tanto, una especie de vigía que puede adelantarse a los brotes.El litro de aguas residuales que acaba de recoger en la alcantarilla un técnico de la empresa Global Omnium, con la que el equipo de Sánchez colabora, llegará enseguida al laboratorio, donde saben bien cómo desvelar los datos que contiene. Llevan mucho tiempo haciéndolo. Y la lista de patógenos en su punto de mira cada vez es más extensa."Es una herramienta muy potente que permite contar con una alerta temprana"La vigilancia de enfermedades a través de las aguas procedentes de alcantarillas y depuradoras ha experimentado una auténtica explosión después de que la pandemia de covid-19 pusiera de manifiesto todas sus capacidades y potencial.El equipo de Sánchez fue el primero en España, en colaboración con el grupo de Ana Allende del CEBAS-CSIC, que buscó al coronavirus SARS-CoV-2 en depuradoras y alcantarillas. Tenían mucha experiencia en el estudio de aguas residuales, sobre todo en el análisis de virus que pueden suponer un riesgo para la seguridad alimentaria, como los norovirus o los de la hepatitis A o E. Y quisieron aportar su granito de arena a la investigación contra el patógeno, aunque al principio no imaginaban la dimensión de su aportación."Vimos que el análisis de aguas residuales podía proporcionar muchísima información epidemiológica, sobre todo en los primeros momentos, en los que no había test de diagnósticos clínicos para hacer monitoreo de la población", recuerda Sánchez. Gloria Sánchez, científica del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos de Valencia (IATA). Foto: DAVID GONZÁLEZ / ARABRA PRESS En un sistema sanitario muy tensionado, sin pruebas rápidas de detección individual, era muy complicado seguir la pista de la evolución del patógeno. Pero en ese escenario en el que los métodos de vigilancia epidemiológica tradicionales flaqueaban, el análisis de las aguas residuales demostró ser un buen vigilante, no solo para adelantarse a picos de la infección, sino también para monitorizar los cambios en su genoma y la llegada de nuevas cepas."Comprobamos que era posible, por ejemplo, identificar el virus en depuradoras antes de que en esa población se hubieran registrado casos clínicos o la detección de las nuevas variantes antes en las aguas residuales que en los centros sanitarios", apunta la investigadora.El análisis de aguas residuales permite tener una muy buena visión de la situación epidemiológica a escala poblacional, una fotografía global que, no obstante, también puede acotarse mucho. Así, estudiar una depuradora que sirve a una ciudad permite tener una idea del estado general de cientos de miles de ciudadanos, pero mirar el contenido del colector que hay en la acera de abajo permite conocer la situación específica de los vecinos de nuestro portal.Ese abordaje a nivel de edificio se llevó a cabo durante la pandemia en las

Abr 20, 2025 - 07:28
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Detectives de aguas residuales para adelantarse a las crisis:  "En el caso del VRS, los niveles se elevaban antes de que se produjera un pico en la clínica"
Medicina Preventiva y Salud Pública
saradomingo
Explosión tras la covid-19

Se abre la tapa de la alcantarilla, y bajo nuestros pies vemos -y sobre todo olemos- cómo fluye un nauseabundo río de desechos. La mezcla de orines, heces, restos orgánicos y otras inmundicias baja rápido por este colector que encontramos en una calle de Valencia, pero que es igual al que está junto a cualquier edificio.

Aunque no reparemos en ella, la agüita amarilla, ya lo decían 'Los Toreros Muertos', "pasa por debajo de tu casa, pasa por debajo de tu familia, pasa por debajo de tu lugar de trabajo". Y contiene mucha información sobre nosotros y sobre los riesgos a los que nos exponemos.

Lo sabe bien Gloria Sánchez, que lleva años analizando los microorganismos presentes en aguas residuales y su papel en la vigilancia epidemiológica. Donde la mayoría solo ve una hedionda cloaca, está científica del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos de Valencia (IATA), que pertenece al CSIC, contempla una mina de información que no solo nos ayuda a saber qué patógenos están circulando cerca de nosotros, sino que también podría alertarnos de la próxima pandemia antes que cualquier otro centinela.

"La epidemiología basada en las aguas residuales es una potente herramienta que puede proporcionar mucho conocimiento para vigilar la salud de una población", señala la investigadora, que dirige el Laboratorio de Virología Ambiental y Seguridad Alimentaria (VISAFELab) en el centro valenciano.

Analizando estas aguas, subraya, se puede obtener información objetiva y en tiempo real sobre qué cepa de la gripe ha empezado a circular, dónde es más probable que se produzca un brote de gastroenteritis o si un virus emergente se está introduciendo en la ciudad, entre otros ejemplos. El sistema, además, puede aportar esos datos antes de que la enfermedad dé la cara en hospitales y centros de salud porque, en la mayoría de infecciones, los afectados ya excretan el patógeno en su orina, heces u otros fluidos antes de desarrollar síntomas. Es, por tanto, una especie de vigía que puede adelantarse a los brotes.

El litro de aguas residuales que acaba de recoger en la alcantarilla un técnico de la empresa Global Omnium, con la que el equipo de Sánchez colabora, llegará enseguida al laboratorio, donde saben bien cómo desvelar los datos que contiene. Llevan mucho tiempo haciéndolo. Y la lista de patógenos en su punto de mira cada vez es más extensa.

"Es una herramienta muy potente que permite contar con una alerta temprana"

La vigilancia de enfermedades a través de las aguas procedentes de alcantarillas y depuradoras ha experimentado una auténtica explosión después de que la pandemia de covid-19 pusiera de manifiesto todas sus capacidades y potencial.

El equipo de Sánchez fue el primero en España, en colaboración con el grupo de Ana Allende del CEBAS-CSIC, que buscó al coronavirus SARS-CoV-2 en depuradoras y alcantarillas. Tenían mucha experiencia en el estudio de aguas residuales, sobre todo en el análisis de virus que pueden suponer un riesgo para la seguridad alimentaria, como los norovirus o los de la hepatitis A o E. Y quisieron aportar su granito de arena a la investigación contra el patógeno, aunque al principio no imaginaban la dimensión de su aportación.

"Vimos que el análisis de aguas residuales podía proporcionar muchísima información epidemiológica, sobre todo en los primeros momentos, en los que no había test de diagnósticos clínicos para hacer monitoreo de la población", recuerda Sánchez.

Gloria Sánchez, científica del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos de Valencia (IATA). Foto: DAVID GONZÁLEZ / ARABRA PRESS

En un sistema sanitario muy tensionado, sin pruebas rápidas de detección individual, era muy complicado seguir la pista de la evolución del patógeno. Pero en ese escenario en el que los métodos de vigilancia epidemiológica tradicionales flaqueaban, el análisis de las aguas residuales demostró ser un buen vigilante, no solo para adelantarse a picos de la infección, sino también para monitorizar los cambios en su genoma y la llegada de nuevas cepas.

"Comprobamos que era posible, por ejemplo, identificar el virus en depuradoras antes de que en esa población se hubieran registrado casos clínicos o la detección de las nuevas variantes antes en las aguas residuales que en los centros sanitarios", apunta la investigadora.

El análisis de aguas residuales permite tener una muy buena visión de la situación epidemiológica a escala poblacional, una fotografía global que, no obstante, también puede acotarse mucho. Así, estudiar una depuradora que sirve a una ciudad permite tener una idea del estado general de cientos de miles de ciudadanos, pero mirar el contenido del colector que hay en la acera de abajo permite conocer la situación específica de los vecinos de nuestro portal.

Ese abordaje a nivel de edificio se llevó a cabo durante la pandemia en las residencias de ancianos de la Comunidad Valenciana a instancias de la Generalitat, antes de que las vacunas estuviesen disponibles, recuerda Sánchez.

"Varias veces a la semana se tomaban muestras de agua residual en todos los centros y se analizaban para comprobar si había infección en cada una de las residencias", apunta, en la misma línea, Ester Méndez, investigadora de Global Omnium, que participó en el proyecto junto al equipo de Sánchez y otros grupos de investigación.

"Si la muestra daba positiva, profesionales sanitarios iban a la residencia a hacer test a residentes y trabajadores para identificar ese primer caso antes de que se expandiera en toda la residencia", recuerdan ambas. Fue esa estrategia la que permitió detectar el caso de una trabajadora que rotaba en las residencias y era asintomática, por lo que, sin darse cuenta, había introducido el virus en varios centros. "No tenía ningún síntoma. A esa persona, por su clínica, nunca se la hubiera identificado".

Pero las aguas residuales la señalaron.

"Era un contexto muy concreto, pero es un ejemplo claro de la utilidad de este tipo de análisis", señala Sánchez, que destaca que, tras la experiencia de la covid, se ha disparado el potencial de esta fuente de vigilancia epidemiológica.

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"Se ha comprobado que es una herramienta muy potente", subraya. "No viene a sustituir lo que se hace a nivel clínico ni la vigilancia epidemiológica c
"La epidemiología basada en las aguas residuales es una potente herramienta que proporciona mucho conocimiento para vigilar la salud", dice Gloria Sánchez, del IATA. Off Cristina G. Lucio Off