¿Desaparecerá el cóndor andino de Venezuela? Ya solo quedan 10

En los cielos de los Andes, el cóndor andino solía reinar con alas que abarcan hasta tres metros. Hoy, en Venezuela, solo quedan 10 ejemplares en cautiverio, y la mayoría son familia. Pero hay esperanza: un proyecto liderado por Mundo Safari y el Ministerio de Ecosocialismo está trabajando para traer de vuelta a este gigante […]

Abr 16, 2025 - 15:50
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¿Desaparecerá el cóndor andino de Venezuela? Ya solo quedan 10

En los cielos de los Andes, el cóndor andino solía reinar con alas que abarcan hasta tres metros. Hoy, en Venezuela, solo quedan 10 ejemplares en cautiverio, y la mayoría son familia. Pero hay esperanza: un proyecto liderado por Mundo Safari y el Ministerio de Ecosocialismo está trabajando para traer de vuelta a este gigante alado, no solo como un símbolo, sino como un recordatorio de que aún podemos proteger lo que amamos. El cóndor no es un ave cualquiera. Es gigantesco, impresionante, parte de nuestra identidad natural y cultural. Pero si no se actúa ahora, su vuelo podría desaparecer para siempre de los cielos venezolanos.

Cóndor andino: un ícono al borde del abismo

El cóndor andino no es solo un pájaro; es un emblema de libertad en Sudamérica. En Venezuela, su situación es crítica: seis de los 10 cóndores son hermanos, viviendo con su padre en un centro en Mérida. Esto hace que reproducirlos sea un reto genético. Adrián Carrero, cabeza del proyecto de Mundo Safari, declara: “Necesitamos diversificar su ADN”. Por eso, están negociando con otros países para traer hembras y evitar la endogamia. El plan no es solo criar más cóndores, sino prepararlos para volar libres en las montañas donde pertenecen.

Solo quedan 10 cóndores andinos en Venezuela

Cómo funciona el rescate

Desde El Pedregal, en la carretera trasandina de Tabay, Mundo Safari opera un centro que es parte santuario, parte laboratorio. Aquí, los cóndores reciben cuidados intensivos, desde dietas ricas en nutrientes hasta chequeos veterinarios. “No es solo alimentarlos; es entenderlos”, dice Carrero. El equipo también protege otras especies en riesgo, como la guacamaya militar y la lapa de montaña. El objetivo final es la liberación, pero eso requiere tiempo: un cóndor joven necesita años para aprender a sobrevivir solo. Por ahora, cada pequeño paso, como un nuevo huevo, es una victoria.

Solo quedan 10 cóndores andinos en Venezuela

No es un depredador, es un limpiador del ecosistema

Hay un mito que tenemos que romper: el cóndor no es un ave rapaz. No caza, se alimenta exclusivamente de carroña, lo que lo convierte en un sanador natural de los ecosistemas, evitando la propagación de enfermedades al consumir animales muertos. Es un eslabón clave en el equilibrio ambiental, aunque muchas veces se le ha temido o malinterpretado. Su envergadura puede alcanzar los 3 metros, lo que lo hace una de las aves voladoras más grandes del mundo. Verlo en el aire es como presenciar una leyenda viva, una sombra majestuosa que surca los cielos con elegancia prehistórica.

Solo quedan 10 cóndores andinos en Venezuela

La educación como arma de conservación

Mundo Safari no solo cuida animales; también siembra ideas. Su programa educativo lleva a niños y jóvenes a conocer el centro, como los estudiantes de la escuela Ana Romelia Vielma, quienes se fueron fascinados tras aprender sobre el cóndor. “Es una clase que no se olvida”, dijo Sergio Salazar, un maestro local. Estas visitas enseñan que conservar no es solo tarea de científicos, sino de todos. Si una comunidad entiende por qué el cóndor importa, es más probable que lo proteja.

Solo quedan 10 cóndores andinos en Venezuela

El cóndor nos necesita

El cóndor andino es más que un animal; es un equilibrador de ecosistemas. Al comer carroña, evita que enfermedades se propaguen. Pero en Venezuela, donde la deforestación y la crisis han golpeado duro, su supervivencia depende de esfuerzos como este. “No basta con centros de conservación”, insiste el equipo de Mundo Safari. Hace falta que dejemos de comprar plumas o animales silvestres y que apoyemos leyes más duras contra el tráfico.

Diez cóndores pueden parecer pocos, pero son una chispa de esperanza. Venezuela no se rinde, y el proyecto de Mundo Safari muestra que, con ciencia y corazón, se puede pelear contra la extinción. Cada cóndor que nazca o vuele libre será un triunfo, no solo para los Andes, sino para todos los que creemos que la naturaleza merece una oportunidad. El cóndor no solo vuela; nos enseña a mirar alto. Apoyemos su regreso, porque salvarlo es salvar un pedazo de nosotros mismos.