Cuando un Papa se va y por la esquina asoman los clichés políticos

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Abr 23, 2025 - 06:13
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Cuando un Papa se va y por la esquina asoman los clichés políticos

Algo se muere en el alma, cuando un Papa se va. Suena a canción folclórica pero es la pura y escueta realidad de una sociedad que cambia en muchas cosas pero no puede hacerlo en otras, como la muerte, que siempre permanece firme e invariable. El fallecimiento de Francisco es todo un acontecimiento para los católicos, pero su tránsito también tiene muchos componentes geopolíticos de innegable relieve en un momento de máxima tensión mundial como el que estamos viviendo.

Algunos medios de comunicación desorientados por su afán político y algo equivocados por su análisis urgente de la situación, han titulado sin escrúpulos y sintiéndose orgullosos de su "información" de una manera algo arbitraria y poco rigurosa: "El Papa más odiado por las derechas ha muerto, y Trump y los reaccionarios querrán uno más afín". Una observación algo descabellada sobre todo hablando de cosas que se mueven entre lo humano y lo divino.

"El Papa más odiado por las derechas…", no deja de ser un llamativo titular para desinformar a los lectores de algunos medios españoles, ya que precisamente el pasado domingo JD Vance, vicepresidente de Estados Unidos y segunda autoridad después de Donald Trump, que no es precisamente un izquierdista redomado, se entrevistó con el Papa el día antes de su fallecimiento. Bergoglio recibió a Vance en su residencia de casa Santa Marta para un breve saludo de unos minutos e intercambiarse una felicitación por la Pascua, según informó la oficina de prensa del Vaticano.

Si el Papa Francisco fuera tan odiado por las derechas como dicen algunos medios españoles, Vance no se hubiera molestado en visitar al Santo Padre y el mismo pontífice habría buscado alguna excusa razonable, pues la tenía fácilmente por su salud, y ambos hubieran evitado un encuentro inoportuno. Hay que advertir que la mayoría de los medios de todo el mundo ya tenían escritas desde hace semanas las crónicas y obituarios de Jorge Mario Bergoglio.

"Si el Papa Francisco fuera tan odiado por las derechas, Vance no se hubiera molestado en visitar al Santo Padre"

Es una fea costumbre informativa la de adelantar trabajo sobre los cercanos fallecimientos de personajes ilustres, pero esa es la costumbre de la profesión: avanzar faena, dicho con prosaica expresión. Pero los errores periodísticos no solo llegan por ser precavidos, sino también por intentar vender mercancías algo averiadas o poco rigurosas y fantasear con especulaciones. Por ejemplo, que una ministra se queje por los insultos en las redes sociales cuando cientos de políticos reciben a diario el mismo grado de improperios y desprecios que ella, tiene su paradoja y su trampa.

Convertirte en una gran víctima de los medios y de las redes no suele ser la mejor fórmula para parecer un digno ser humano, en todo caso te conviertes en una falsa "mártir" de tu propia causa. Lo mismo que sucede con la información del Papa Francisco y la "odiada derecha", ocurre igual con la ministra portavoz Pilar Alegría que tampoco tiene mucho sentido ni mucha claridad el pretender excusarse de su fatal coincidencia en un Parador de Teruel echándole la culpa al conserje o al loco de turno que escribe agravios en las redes sociales.

"Quedan muchos días para la fumata blanca, hasta entonces lo que veremos será la fumata tóxica"

Hasta al mismo Papa le han caído durante estos años chuzos de punta por hacer o decir lo que él consideraba mejor, y nunca ha utilizado las redes para refugiarse o victimizarse. A Francisco le han dicho de todo en los doce años de pontificado, y él siempre ha esgrimido la misma sonrisa o la misma paciencia. Cuando hablaba bien de los homosexuales o de la labor de las mujeres en la Iglesia, o cuando criticaba el aborto o la eutanasia, en ambas situaciones arreciaban los palos y las críticas por un lado o por otro.

Estos días le han puesto de omnipresente a la misma hora y en la misma cadena de televisión: en un momento era un gran progresista, media hora después todo un retrógrado, según los tertulianos que hablaban e intentaban arrimar el ascua a su sardina. Hay que saber estar a las verdes y a las maduras, y más si eres un personaje público con repercusión mundial o una joven ministra portavoz con repercusión nacional. Pilar Alegría quiso esquivar el tiro y se metió en otro lío peor. Por condenar una falta grave de las redes sociales que supuestamente la han insultado, ha conseguido que todo el mundo se entere de que ella también estuvo en la misma fecha que el exministro Ábalos en el Parador de Teruel.

Su propia excusa la convirtió a ella misma en acusación. Tal vez pretendía solo distraer la atención haciéndose una pobre víctima, pero las formas chirriaban tanto que más parecía un harakiri. Estos días, al hablar de la Iglesia y del futuro Papa vamos a leer y a oír todo tipo de comentarios con buena intención o con mala, y todo ello para que no decaiga esa supuesta tensión informativa que exigen los medios. ¿El nuevo papa será de izquierdas, de derechas, reformista, medio pensionista…?

Por suerte para ella, la Iglesia de Roma sigue sus propios tiempos y criterios, y no los que marca el directivo de televisión o el editorialista de turno, mucho más nocivos para las almas bien pensantes y contemporáneas. Lo que es seguro es que el espectáculo está servido y el próximo pontífice tiene el atractivo suficiente para interesar a todo el mundo, no solo a los católicos. Quedan muchos días para la fumata blanca, hasta entonces lo que veremos será la "fumata tóxica" que expelen algunos medios de comunicación cada vez que hablan de Francisco o del futuro nuevo Papa que se avecina.