Con Shein de Sheinbaum

Para no detener Estados Unidos, México asciende como la opción lógica para manufacturar a bajo costo más productos que hoy fabrica China. 

Abr 28, 2025 - 13:36
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Con Shein de Sheinbaum

Si no saben qué es Shein, tal vez es porque no conocen gente menor de 30 años.

Esa marca de ropa es relevante para consumidores mexicanos, pero en este momento simboliza las oportunidades que una pugna entre China y Estados Unidos puso en la mesa de México, del tipo que podría aprovechar la presidenta Claudia Sheinbaum para ubicar al país en un nuevo escalón global. Me explico:

Shein Group es una revolución que amenaza a Zara y empresas similares, pero esa exitosa organización asiática elevó este fin de semana sus precios hasta 377 por ciento, en Estados Unidos.

La dificultad de pagar sus nuevos precios puede enfurecer a chicas y chicos del otro lado de la frontera. Ellos también votan.

¿Por qué Shein subió los precios? Por los impuestos que el Presidente Donald Trump estableció para sus ciudadanos sobre pequeñas importaciones chinas (minimis). Aunque la empresa está basada en Singapur, muchas de sus fábricas están en China.

Los precios de esos productos son la primera señal clara que reciben sus seguidores y el resto de los consumidores, de que ellos son quienes pagan los aranceles de Trump. ¿Cuáles son algunos escenarios posibles ante el presidente de los vecinos?

Escenario 1. Puede mantener los altos impuestos que superan el 100 por ciento en los productos importados y soportar la pérdida de popularidad.

Escenario 2. Puede quitar los aranceles como lo pide China para negociar, lo que mostraría debilidad del mandatario estadounidense frente a sus seguidores.

Escenario 3. Puede intentar negociar, aún en el escenario actual, pero en ese caso, los especialistas advierten que será un camino largo, pues allá prefieren que esa negociación se dé entre funcionarios de segundo nivel, para luego pasar la propuesta a los presidentes. Trump acostumbra negociar de frente con el líder. Solamente el acuerdo sobre el modo de hacerlo llevará tiempo.

En cualquier escenario, México permanece como una opción razonable de manufactura.

Aún con los problemas que puedan surgir en la relación bilateral, Trump difícilmente llevará a cabo la aplicación de aranceles adicionales para el país. Una cosa es encarecer faldas y calcetines, otra es poner impuestos sobre la comida y los materiales que exporta México para que funcionen las fábricas de Estados Unidos.

El presionado por el tiempo es Trump. Los impuestos llegaron a impactar los precios precisamente cuando su popularidad cae rápidamente:

“La aprobación general del desempeño de Trump se sitúa en el 44 por ciento, 5 puntos porcentuales menos que el 49 por ciento de marzo. Esta cifra es inferior a la de Joe Biden (54 por ciento), Barack Obama (62 por ciento) y George W. Bush (63 por ciento) al cumplirse 100 días de sus presidencias”.

Esa cita textual fue publicada el miércoles por el medio de comunicación más afín al presidente de Estados Unidos, Fox News, cuyos periodistas suelen llenar de elogios al mandatario.

Otro problema ha formado un tsunami. ¿Recuerdan los anaqueles vacíos durante la pandemia, cuando muchas fábricas cerraron, provocando que incluso las agencias automotrices se vaciaran?

Un escenario similar se aproxima para los estadounidenses, a decir de un experto en logística como Ryan Petersen, fundador y director ejecutivo de Flexport, un líder en gestión de la cadena de suministro global.

Entrevistado la semana pasada en el influyente podcast Prof G Markets, avisó que muchos pedidos en Estados Unidos ya fueron detenidos y eso está desviando producción de China hacia clientes en el resto del mundo. Pronto habrá trabajadores en puertos sin trabajo, avisó.

Para no detener Estados Unidos, México asciende como la opción lógica para manufacturar a bajo costo más productos que hoy fabrica China.

Además, atención, es el país con la experiencia necesaria para hacerlo; su gente entiende en dónde hay suministros, y quién y cómo pueden producirse. No solamente es un asunto de salarios bajos, es una sólida experiencia en cadenas de suministro.

Mexicanos emprendedores podrían ahora dar un salto e incluso crear sus marcas, como lo hizo China, no necesariamente de ropa, sino de máquinas y tecnología.

Pero eso pasa por una política industrial, como el Plan México que empuja Sheinbaum.

La realidad de un México industrializado es más accesible a partir del caos que ha pasmado el comercio entre China y Estados Unidos. Esa realidad no puede ignorarse.