Colesterol a revisión: la información esencial para conocerlo a fondo y saber si es bueno o malo para tu salud
El colesterol es uno de esos términos que todos hemos escuchado, pero que pocos entienden del todo. Lo asociamos rápidamente con algo negativo, como un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, pero la realidad es mucho más compleja. El colesterol no solo es necesario para el cuerpo, sino que existen distintos tipos, funciones y formas de mantenerlo bajo control. En este artículo te contamos las cosas esenciales que deberías saber sobre el colesterol. Información esencial sobre el colesterol para comprenderlo un poco más No todo el colesterol es malo Nuestro cuerpo necesita colesterol para funcionar. Es esencial para fabricar hormonas, vitamina D y formar parte de las membranas celulares. El problema aparece cuando hay un exceso de ciertas formas de colesterol en la sangre, lo que puede favorecer la aparición de enfermedades cardiovasculares. LDL y HDL: el bueno y el malo, con matices El colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad) es el que tiende a acumularse en las arterias, aumentando el riesgo de aterosclerosis, por eso se le llama “malo”. El HDL (de alta densidad) se encarga de recoger ese colesterol sobrante y llevarlo al hígado para su eliminación, por eso se le conoce como “bueno”. Pero no todo es blanco o negro: hay subtipos y la calidad de las partículas también importa. En Vitónica Boticaria García revela cuál es uno de los mejores alimentos para reducir el colesterol "malo" El colesterol que comes no es el mayor culpable Durante años se demonizaron los alimentos ricos en colesterol como los huevos o el marisco. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones actuales indican que el colesterol dietético tiene un impacto limitado en el colesterol sanguíneo de la mayoría de las personas. La grasa saturada y los ultraprocesados tienen un papel mucho más relevante. Por lo tanto, no hay que fijarnos tanto en el colesterol de los alimentos que comemos, sino en la calidad de los mismos. Es mucho más peligroso desayunar cereales azucarados cada mañana para tu colesterol que una tortilla francesa. Los huevos no son tus enemigos A pesar de su alto contenido en colesterol, los huevos son alimentos nutritivos, ricos en proteína, vitaminas y minerales. Para la mayoría de la población, comer huevos a diario no aumenta significativamente el riesgo cardiovascular. De hecho, en personas sanas, pueden formar parte de una dieta equilibrada. La genética también influye en los niveles de colesterol No todas las personas responden igual a los alimentos o a los medicamentos que afectan al colesterol. Hay quienes, por causas genéticas, producen más colesterol en el hígado o no eliminan bien el exceso. Es lo que ocurre en casos de hipercolesterolemia familiar, donde el control debe ser más estricto y supervisado. Enemigo silencioso: el colesterol elevado no da síntomas Una de las razones por las que es importante revisar tus niveles de colesterol es porque no provoca síntomas evidentes. Puedes tener cifras peligrosamente altas sin darte cuenta. Por eso se recomienda hacer controles periódicos, especialmente a partir de los 40 años o antes si hay antecedentes familiares. Las estatinas salvan vidas (pero no son para todos) Las estatinas son fármacos muy efectivos para reducir el colesterol LDL y prevenir eventos cardiovasculares, especialmente en personas que ya han tenido un infarto o tienen un riesgo elevado. Sin embargo, no están indicadas para todo el mundo, y su uso debe evaluarse caso a caso, valorando riesgos y beneficios. El ejercicio ayuda a tus niveles de colesterol más de lo que crees Practicar actividad física con regularidad no solo reduce los triglicéridos, sino que aumenta el colesterol HDL, el llamado “colesterol bueno”. Además, mejora la salud cardiovascular de forma global, incluso si el colesterol total no baja mucho. No solo es cuestión de números Tener un colesterol total elevado no significa automáticamente estar en riesgo. Lo importante es cómo se distribuyen los valores entre LDL, HDL y triglicéridos, y si hay otros factores de riesgo presentes como hipertensión, obesidad, diabetes o tabaquismo. La fibra es tu aliada Consumir fibra soluble, presente en alimentos como la avena, las legumbres, frutas y verduras, ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL. La fibra actúa como una esponja que atrapa parte del colesterol y lo expulsa antes de que se absorba. No te obsesiones con bajarlo a toda costa Reducir el colesterol es importante cuando hay riesgo cardiovascular elevado, pero no tiene sentido obsesionarse si tus cifras son moderadas y no hay otros factores de riesgo. En algunos casos, el tratamiento intensivo puede no aportar beneficios reales y sí efectos secundarios innecesarios. Una dieta saludable sigue siendo la base Reducir alimentos ultraprocesados, grasas trans y azúcares añadidos, y aumentar el consumo de frutas, verduras, frutos sec

El colesterol es uno de esos términos que todos hemos escuchado, pero que pocos entienden del todo. Lo asociamos rápidamente con algo negativo, como un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, pero la realidad es mucho más compleja. El colesterol no solo es necesario para el cuerpo, sino que existen distintos tipos, funciones y formas de mantenerlo bajo control. En este artículo te contamos las cosas esenciales que deberías saber sobre el colesterol.
Información esencial sobre el colesterol para comprenderlo un poco más

No todo el colesterol es malo
Nuestro cuerpo necesita colesterol para funcionar. Es esencial para fabricar hormonas, vitamina D y formar parte de las membranas celulares. El problema aparece cuando hay un exceso de ciertas formas de colesterol en la sangre, lo que puede favorecer la aparición de enfermedades cardiovasculares.
LDL y HDL: el bueno y el malo, con matices
El colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad) es el que tiende a acumularse en las arterias, aumentando el riesgo de aterosclerosis, por eso se le llama “malo”. El HDL (de alta densidad) se encarga de recoger ese colesterol sobrante y llevarlo al hígado para su eliminación, por eso se le conoce como “bueno”. Pero no todo es blanco o negro: hay subtipos y la calidad de las partículas también importa.
El colesterol que comes no es el mayor culpable
Durante años se demonizaron los alimentos ricos en colesterol como los huevos o el marisco. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones actuales indican que el colesterol dietético tiene un impacto limitado en el colesterol sanguíneo de la mayoría de las personas.
La grasa saturada y los ultraprocesados tienen un papel mucho más relevante. Por lo tanto, no hay que fijarnos tanto en el colesterol de los alimentos que comemos, sino en la calidad de los mismos. Es mucho más peligroso desayunar cereales azucarados cada mañana para tu colesterol que una tortilla francesa.
Los huevos no son tus enemigos
A pesar de su alto contenido en colesterol, los huevos son alimentos nutritivos, ricos en proteína, vitaminas y minerales. Para la mayoría de la población, comer huevos a diario no aumenta significativamente el riesgo cardiovascular. De hecho, en personas sanas, pueden formar parte de una dieta equilibrada.
La genética también influye en los niveles de colesterol
No todas las personas responden igual a los alimentos o a los medicamentos que afectan al colesterol. Hay quienes, por causas genéticas, producen más colesterol en el hígado o no eliminan bien el exceso. Es lo que ocurre en casos de hipercolesterolemia familiar, donde el control debe ser más estricto y supervisado.
Enemigo silencioso: el colesterol elevado no da síntomas
Una de las razones por las que es importante revisar tus niveles de colesterol es porque no provoca síntomas evidentes. Puedes tener cifras peligrosamente altas sin darte cuenta. Por eso se recomienda hacer controles periódicos, especialmente a partir de los 40 años o antes si hay antecedentes familiares.
Las estatinas salvan vidas (pero no son para todos)
Las estatinas son fármacos muy efectivos para reducir el colesterol LDL y prevenir eventos cardiovasculares, especialmente en personas que ya han tenido un infarto o tienen un riesgo elevado. Sin embargo, no están indicadas para todo el mundo, y su uso debe evaluarse caso a caso, valorando riesgos y beneficios.
El ejercicio ayuda a tus niveles de colesterol más de lo que crees
Practicar actividad física con regularidad no solo reduce los triglicéridos, sino que aumenta el colesterol HDL, el llamado “colesterol bueno”. Además, mejora la salud cardiovascular de forma global, incluso si el colesterol total no baja mucho.
No solo es cuestión de números
Tener un colesterol total elevado no significa automáticamente estar en riesgo. Lo importante es cómo se distribuyen los valores entre LDL, HDL y triglicéridos, y si hay otros factores de riesgo presentes como hipertensión, obesidad, diabetes o tabaquismo.
La fibra es tu aliada
Consumir fibra soluble, presente en alimentos como la avena, las legumbres, frutas y verduras, ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL. La fibra actúa como una esponja que atrapa parte del colesterol y lo expulsa antes de que se absorba.
No te obsesiones con bajarlo a toda costa
Reducir el colesterol es importante cuando hay riesgo cardiovascular elevado, pero no tiene sentido obsesionarse si tus cifras son moderadas y no hay otros factores de riesgo. En algunos casos, el tratamiento intensivo puede no aportar beneficios reales y sí efectos secundarios innecesarios.
Una dieta saludable sigue siendo la base
Reducir alimentos ultraprocesados, grasas trans y azúcares añadidos, y aumentar el consumo de frutas, verduras, frutos secos, pescado azul y aceite de oliva sigue siendo la mejor estrategia para mantener un perfil lipídico saludable, incluso más allá del colesterol.
Referencias
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En Vitónica | 29 alimentos que te ayudan a cuidar tu colesterol, y 11 recetas fáciles y saludables donde incluirlos
Imágenes | Kabir Cheema (Unsplash), Julia Vivcharyk (Unsplash)
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La noticia
Colesterol a revisión: la información esencial para conocerlo a fondo y saber si es bueno o malo para tu salud
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Vitónica
por
Joaquín Vico Plaza
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