Cleveland, Strus y el pase como llave de todo
Kenny Atkinson está utilizando al escolta para abrir todas las puertas del taque de los Cavaliers. La entrada Cleveland, Strus y el pase como llave de todo se publicó primero en NBAManiacs. Source: NBAManiacs


Los Cleveland Cavaliers han protagonizado la mejor serie de la historia de los playoffs a nivel ofensivo. A ritmo de 136,2 puntos por cada cien posesiones, han arrasado el antiguo récord que ostentaban los Brooklyn Nets de 2021, cuando eliminaron a unos mermados Boston Celtics en la primera ronda del Este. Lo han hecho, además, convirtiendo a una defensa top 10 como Miami Heat en un muñeco de trapo. Demostrando que, más que nunca, en playoffs pesan mucho más las debilidades que las fortalezas.
Durante la temporada regular, el esfuerzo y planificación defensiva pueden tapar ciertas vergüenzas. Sobre todo contando con un defensor como Bam Adebayo, que permite infinidad de planteamientos distintos. Sin embargo, cuando llega la postemporada y el de enfrente tiene tiempo para estudiarte, resulta que la defensa de Tyler Herro es inviable. Los Cavaliers han convertido cerca de un 75% de las ocasiones en las que han involucrado al base de los Heat en acciones de bloqueo directo. Haciéndolo más de 10 veces por noche y generando 1,44 puntos por posesión. Devastador.
Contar con esa ventaja de inicio, ya que sin la generación de Herro los de Florida no pueden sobrevivir en ataque, es insalvable. Ahora bien, lo interesante de los Cavs es la cantidad de herramientas de las que gozan para exponer a los rivales en cualquier situación y cómo las activan a través del pase.
El secreto del mejor ataque del planeta
Esta temporada regular se ha cortado la racha de ver al mejor ataque de la historia. Dato que los Boston Celtics en 2024 y los Sacramento Kings en 2023 habían pulverizado. Aunque no es como que Cleveland se haya quedado demasiado lejos de la campaña pasada de los verdes. Son el segundo mejor ataque de la historia (cinco equipos de este curso figuran en el Top 10).
Y lo han logrado en base a aumentar la cantidad de ataques rápidos y a colectivizar la ofensiva. Donovan Mitchell ha tenido su curso de menor uso ofensivo y lanzamientos desde su año rookie. Darius Garland, en base a ello, ha podido dirigir al equipo con más asiduidad. Y Evan Mobley, la gran obra de Kenny Atkinson, ha gozado de mayor libertad para tomar decisiones jugando de cara.
Tener a tres estrellas que pueden echar el balón al suelo comporta una fuente de ventajas infinitas. Pero lo que hace especial a estos Cavs es cómo sacan hasta la última gota de jugo a dichas ventajas desde el micro–playmaking. O lo que es lo mismo, desde el talento pasador de todas sus piezas en situaciones de movimiento. Porque no es lo mismo un jugador (especialmente un interior) con capacidad de pase a pies parados, que uno que puede levantar la cabeza y encontrar a sus compañeros ya en vuelo.
Esto sufre un antes y un después con la incorporación de Max Strus al equipo. El escolta se perdió los primeros 27 partidos del curso por lesión. Antes de su regreso el 20 de diciembre los Cavs promediaban 39,3 triples lanzados con un 30% de acierto. Tras sumarle, se fueron a los 43 intentos por noche con un 37,6%. Y no solo porque haya sido el tercer triplista más avezado del equipo tras Garland y Mitchell. Que también. Sino por cómo su movimiento genera oportunidades para el resto.
¿Max Strus o De’Andre Hunter?
Echando un vistazo a las rotaciones de Atkinson, llama la atención los pocos minutos que comparte De’Andre Hunter con el Big For de los Cavaliers. En estos playoffs son solo 6 minutos junto a Mitchell, Garland, Allen y Mobley. Cifra sesgada por la lesión de Darius. En temporada regular han sido un total de 39 minutos en los 27 encuentros que ha disputado el ex de los Hawks con su nueva camiseta. Sobre todo sabiendo que el tamaño en el perímetro es una de las grandes fallas del equipo.
Seguramente en lo que resta de postemporada se vea a Hunter compartir más minutos y de mayor relevancia con dicha alineación. Ahora, que Strus sea el titular indiscutible y juegue diez minutos más por noche con esa compañía es porque Atkinson piensa que su techo ofensivo se da con el ex de Miami en cancha. Y su capacidad de pase es la razón mayor para ello.
El tiro exterior es el factor que más facilita el playmaking. Tener al defensor pegado abre vías interiores para que los tiradores más habilidosos del mundo, esos que se pueden estabilizar en milésimas a la salida de un bloqueo para armar el tiro, puedan adentrarse en el perímetro para dividir defensas. Lo cual les pone en una situación envidiable para ver la pista. Esta temporada, con la excepción de Stephen Curry, no hay un experto en el triple que haya aprovechado esto más que Strus.
El escolta, dicho mal y pronto, no para quieto. Es el jugador de la liga que más distancia recorre esprintando en ataque de toda la liga. Pasando bloqueos en rizo, yendo él mismo a bloquear o al ghost screen (amago de bloqueo para continuar hacia afuera), cortes, puertas atrás. Es un torbellino. Da igual que, por tamaño y condiciones, no tenga la facilidad de acabar estos movimientos de forma vertical hacia el aro. Porque a sus acciones siempre le acompaña el de un tercero con el que Strus puede conectar con su capacidad de pase.
Esto Strus lo desarrolló en los Heat a las órdenes de Erik Spoelstra. Uno de los entrenadores que más hincapié hacen en que sus jugadores desarrollen distintas habilidades que versatilicen sus sistemas. Y con Strus y Duncan Robinson su obsesión fue mejorar el playmaking dándoles un contexto para que pudiesen crecer en la toma de decisiones con balón más allá del tiro. Durante esta campaña Strus ha promediado prácticamente las mismas asistencias que el anterior por 36 minutos: 4,5 y 44,6 respectivamente. Pero en esta primera ronda su producción se ha disparado a las 5,8.
Y uno de regalo para poner el foco en su conexión con Jarret Allen:
Está claro que Indiana Pacers será otra cosa y que Cleveland no encontrará los agujeros que ha encontrado en primera ronda. También que el desaforado acierto mostrado al triple (44% durante la serie) es casi imposible de repetir y que, por tanto, no castigarán defensas ni abrirán oportunidades interiores con tanta facilidad. Pero tener a cinco grandes pasadores en pista y a una dinamo como Strus ayuda a atacar puntos débiles prácticamente en cada jugada. El de Indiana tiene nombre y apellidos: Tyrese Haliburton. Que no le pase como al pobre Herro.
(Fotografía de portada de Sam Navarro-Imagn Images)
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