Breve historia del vermut
Desde las antiguas boticas hasta las terrazas modernas, el vermut se ha convertido en un símbolo del buen vivir. ¿Cuáles fueron sus orígenes? La entrada Breve historia del vermut se publicó primero en Ethic.

Aromático, amargo y dulce en la medida justa, el vermut ha trascendido el paso del tiempo para consolidarse hoy en día como la bebida dominical por excelencia en España. Su larga historia nos transporta a la Grecia clásica y al Antiguo Egipto, a la penumbra de las boticas medievales y, también, a las terrazas soleadas del siglo XXI. ¿Cómo una bebida que nació con fines curativos logró convertirse en el aperitivo por excelencia?
Para entender la historia del vermut, tenemos que echar la vista atrás, concretamente al Antiguo Egipto y a la Grecia clásica, donde la maceración de hierbas en vino tenía una clara función medicinal. Se cree que los egipcios y los griegos ya experimentaban con estas combinaciones, pero fueron los romanos quienes las popularizaron. Hipócrates, el padre de la medicina, preparaba un vino con ajenjo y otras hierbas al que atribuía propiedades digestivas y tonificantes. Este brebaje, conocido como vino hipocrático, sería el antecedente directo del vermut.
Sin embargo, el término vermut tiene su origen en Alemania. La palabra proviene de wermut, que significa ajenjo en alemán, uno de los ingredientes esenciales de esta bebida. Fue en el siglo XVIII cuando el italiano Antonio Benedetto Carpano perfeccionó la fórmula y la convirtió en lo que hoy conocemos como vermut. En 1786, en Turín, Carpano desarrolló un vino macerado con especias y hierbas que gustó tanto que pronto se convirtió en la bebida oficial de la corte de los Savoia.
Durante el siglo XIX, el vermut se expandió por toda Europa. Italia y Francia se convirtieron en las dos grandes potencias productoras de esta bebida, estableciendo dos estilos bien diferenciados: el vermut rojo italiano, más dulce y especiado, y el vermut blanco francés, más seco y floral. Las grandes casas productoras como Martini & Rossi, Cinzano y Noilly Prat impulsaron la comercialización del vermut en todo el continente.
En 1786, el italiano Antonio Benedetto Carpano desarrolló un vino macerado con hierbas que se convirtió en la bebida oficial de la corte de los Savoia
Fue también en este periodo cuando la bebida comenzó a desligarse de su imagen medicinal para convertirse en un elemento clave de la cultura del aperitivo. En España, por ejemplo, se introdujo en la segunda mitad del siglo XIX y rápidamente se convirtió en un símbolo de socialización. La hora del vermut pasó a ser un concepto cultural, un momento de encuentro antes de las comidas, acompañado de aceitunas, conservas y, por supuesto, conversación.
El siglo XX trajo consigo un declive en el consumo del vermut debido a la irrupción de nuevas bebidas alcohólicas y a la globalización de la cultura del cóctel. Sin embargo, nunca desapareció del todo. En países como España, Francia e Italia, el vermut siguió formando parte de la tradición, aunque con menor presencia en el mercado.
El gran resurgimiento del vermut llegó en la primera década del siglo XXI. La tendencia hacia la revalorización de lo artesanal y lo tradicional impulsó a pequeñas destilerías a recuperar recetas antiguas y experimentar con nuevas combinaciones de botánicos. Las grandes ciudades vieron florecer vermuterías que ofrecían versiones modernas del clásico aperitivo. En España, regiones como Cataluña y Madrid fueron clave en la recuperación del ritual del vermut, con marcas locales y eventos dedicados exclusivamente a esta bebida.
Hoy en día, el vermut no solo ha vuelto a las barras y terrazas con fuerza, sino que también ha encontrado un lugar privilegiado en la coctelería contemporánea. Su versatilidad lo ha hecho protagonista de tragos icónicos como el Negroni, el Manhattan o el Martini seco, además de consumirse solo con hielo y una rodaja de naranja o limón.
Además, la industria ha evolucionado, ofreciendo variedades cada vez más sofisticadas. Existen vermuts envejecidos en barricas, ediciones limitadas con ingredientes exóticos y propuestas ecológicas que responden a la creciente demanda de productos sostenibles. En paralelo, la gastronomía ha sabido aprovechar su riqueza aromática, utilizándolo en salsas, marinados y postres.
El vermut es una bebida que ha sobrevivido a su longeva historia porque ha sabido adaptarse con precisión a las necesidades de cada época. Desde sus inicios como remedio medicinal hasta su estatus de emblema del aperitivo, su historia es un reflejo de cómo la cultura y la tradición pueden reinventarse sin perder su esencia primera. Hoy en día, el vermut sigue conquistando a generaciones enteras y se ha convertido en todo un símbolo del buen vivir y de los domingos soleados. Brindemos por él.
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