Apadrinar pingüinos del Ejército de Tierra, una alianza entre ciencia y divulgación
“La idea de apadrinar pingüinos surgió en 1992. Al principio se limitaba a los miembros de la dotación y a sus familiares y amigos cercanos”

Cada 25 de abril se celebra el Día Mundial del Pingüino, una fecha pensada para visibilizar la importancia de conservar a estas emblemáticas aves marinas y que marca el inicio de su migración hacia el norte. Lejos de los zoológicos, los acuarios y los documentales que suelen centrar la atención del público, los pingüinos también conviven, aunque parezca sorprendente, con militares españoles desplegados en la Antártida.
El Ejército de Tierra lidera cada año la Campaña Antártica desde la base Gabriel de Castilla, en la Isla Decepción, y lo hace con una peculiar iniciativa que une ciencia, divulgación y una forma inesperada de antrozoología: el apadrinamiento simbólico de pingüinos.
La campaña de 2025 concluyó el pasado 22 de marzo tras ochenta días de trabajo sobre el terreno, pero eso no significa que la actividad se detenga. De hecho, once de los trece integrantes que participarán en la XXXIX Campaña Antártica de 2026 ya han comenzado su preparación mediante actividades de adiestramiento en el Pirineo leridano, con el objetivo de adquirir conocimientos teóricos y prácticos en condiciones climáticas extremas.
Más de dos millones de apadrinamientos
“La idea de apadrinar pingüinos surgió en 1992. Al principio se limitaba a los miembros de la dotación y a sus familiares y amigos cercanos”, nos explica el teniente coronel Javier Moreno Amatriain, jefe de la XXXVIII Campaña Antártica y responsable de la base. El impulso definitivo llegó en la campaña del 2008-2009, tras un reportaje televisivo que dio a conocer la iniciativa al gran público.
Desde entonces, el crecimiento ha sido exponencial. Si en 2009 se registraron 2.360 apadrinamientos, en la campaña actual se han superado los 535.000. En total, más de dos millones de pingüinos han sido apadrinados simbólicamente a través de la plataforma digital habilitada por el Ministerio de Defensa.
Más allá del gesto, el objetivo es claro: “fomentar el compromiso ciudadano con el cuidado del medioambiente, de manera que la Tierra sea un lugar más limpio, saludable y equilibrado”, resume Javier Moreno Amatriain. El pingüino apadrinado se convierte, de forma simbólica, en un embajador de esta conciencia ecológica.
La vida entre pingüinos
La presencia de estas aves en el entorno de la base Gabriel de Castilla no es testimonial. “No es raro avistar individuos aislados y grupos acercándose a la playa e, incluso, paseando por el interior de la base”, señala el teniente coronel. Al no percibir al ser humano como una amenaza, los pingüinos muestran una curiosidad natural hacia los ‘nuevos inquilinos’ de la isla.
La Isla Decepción alberga una de las mayores colonias de pingüino barbijo del mundo, con más de 70.000 parejas reproductoras en Morro Bailey y unas 17.000 en Punta Descubierta. También pueden encontrarse pingüinos papúa y macaroni, y este año se ha avistado un ejemplar de pingüino rey, algo inédito hasta la fecha.
“La reacción del personal desplazado al encontrarse con un pingüino en libertad es siempre de sorpresa y expectación. Poder fotografiarse muy cerca de ellos es una experiencia inolvidable, aunque siempre recordamos la importancia de mantener la distancia y usar equipamiento adecuado, sobre todo por el riesgo de transmisión de enfermedades como la gripe aviar”, añade el jefe de campaña.
Ese riesgo, lamentablemente, se ha confirmado esta temporada. Según datos recientes del CSIC, la expedición conjunta CSIC-UNESPA ha detectado la presencia de gripe aviar altamente patogénica (HPAI H5N1) en 188 animales de 13 especies distintas durante su travesía de enero y febrero por el mar de Weddell y la península antártica occidental. Entre las aves afectadas se encuentran pingüinos de Adelia, barbijo y papúa, así como cormoranes antárticos, gaviotas y skuas. También se han identificado casos en mamíferos como lobos antárticos y distintas especies de focas.
El trabajo de campo del CSIC abarcó 27 localizaciones, con más de 1.300 animales registrados y 3.000 muestras recogidas, 745 de las cuales fueron sometidas a pruebas PCR. Este brote, que confirma los temores sobre el impacto del virus en el ecosistema antártico, subraya la necesidad mencionada por Moreno Amatriain de extremar las precauciones en cualquier interacción con la fauna local.
Ciencia, divulgación y conservación
La iniciativa de apadrinamiento funciona también como herramienta de divulgación para visibilizar el trabajo científico que se desarrolla en este remoto enclave, con el apoyo logístico del Ejército y la Armada. Actualmente, el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) lleva a cabo el proyecto PERPANTAR, centrado en estudiar las consecuencias ecológicas y evolutivas de la personalidad de los pingüinos en el contexto del cambio climático.
“Ese es el principal objetivo: dar a conocer, mediante esta iniciativa, la importancia de la labor que la comunidad científica realiza en beneficio del mantenimiento de los ecosistemas del planeta tal y como todos deseamos”, concluye el teniente coronel.
Anécdotas de la convivencia
Durante sus casi tres décadas de historia, las campañas antárticas han dejado momentos curiosos e inolvidables protagonizados por estos animales. “En una ocasión, mientras acompañábamos a unos científicos a una pingüinera, hubo que anillar a un ejemplar adulto que cuidaba de su polluelo. Para evitar que huyera asustado y quedara expuesto a los depredadores, como los skuas, lo introdujimos en una bolsa y lo tranquilizamos con cuidado hasta completar las pruebas”.
Otro momento especial fue el inesperado paseo de un pingüino rey frente al personal de la base. “Salió del agua, se nos quedó mirando y caminó tranquilamente unos metros por delante de nosotros antes de volver a la bahía. Fue un instante muy emocionante”, comparte el teniente coronel.
El vínculo del ejército y los animales
En la historia de las relaciones entre seres humanos y el resto de criaturas con las que compartimos planeta, el contexto militar ha estado tradicionalmente ligado al uso instrumental de los animales: caballos para la batalla, perros para la defensa o palomas mensajeras. Sin embargo, esta iniciativa antártica simboliza otro tipo de vínculo y no hay una visión utilitaria, sino una conexión basada en la observación, la empatía y promover la conciencia ambiental.
Gracias a la campaña de apadrinamiento de pingüinos desde la Antártida miles de personas han conectado emocionalmente con la biodiversidad de los polos, a la vez que este tipo de proyecto también nos recuerda que el respeto y la protección del mundo natural es una responsabilidad compartida, incluso desde los uniformes militares.