[Análisis] The Hundred Line -Last Defense Academy- para Nintendo Switch

En esta época de transición en la que todos estamos a la espera de la llegada de Nintendo Switch 2, hay un juego que ha conseguido mantenerme pegado a los mandos durante horas a lo largo de estas semanas. No es de extrañar en absoluto que se trate de la nueva obra de Kazutaka Kodaka […]

Abr 21, 2025 - 15:25
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[Análisis] The Hundred Line -Last Defense Academy- para Nintendo Switch

En esta época de transición en la que todos estamos a la espera de la llegada de Nintendo Switch 2, hay un juego que ha conseguido mantenerme pegado a los mandos durante horas a lo largo de estas semanas. No es de extrañar en absoluto que se trate de la nueva obra de Kazutaka Kodaka y Kotaro Uchikoshi, los reyes del videojuego de misterio a los que ya hemos tenido en varias ocasiones en la página, y que son conocidos por un sinfín de obras como la famosa serie Danganronpa, Zero Escape, Rain Code o AI: The Somnium Files, entre otros.

Sin embargo, el juego del que os vamos a hablar hoy es diferente: es especial. Se trata del primer juego que los dos creativos desarrollan en conjunto bajo su sello personal, el estudio de TooKyo Games, así como un título en el que afirman haber vertido todos sus esfuerzos para hacer lo que más se asemeja a «su juego ideal». Tanto es así, que a lo largo de estos días, varias de las figuras más relevantes de la industria, como Yoko Taro (NieR), Katsura Hashino (Persona, Metaphor) o el mismísimo Masahiro Sakurai han salido para dejar mensajes apoyando su lanzamiento. Y es que si este juego fracasa, como han dicho sus propios creadores, puede que se retiren del desarrollo de videojuegos para siempre.

Este título no es otro que The Hundred Line -Last Defense Academy-, un juego que mezcla la novela visual con la estrategia para brindar una experiencia de lo más interesante, a la par que ambiciosa. Como ya os he contado, yo ya he tenido el placer de completarlo con sus diferentes finales, y en este análisis os voy a ofrecer mi más sincera opinión de lo que pienso de él, así como si estuvo finalmente a la altura de mis expectativas.

Supervivencia en la academia de los cien días

The Hundred Line

La historia de The Hundred Line se cuenta desde la perspectiva de Takumi Sumino, un joven que disfruta de su apacible y normal vida junto a su mejor amiga en el Complejo Residencial de Tokio, hasta que algo terrible ocurre: unos malvados monstruos atacan y Takumi se ve obligado a enfrentarse a ellos haciendo uso de un misterioso poder que le otorga una criatura con forma de huevo llamada Sirei. Tras eso, nuestro protagonista es transportado a un misterioso lugar en paradero desconocido: la Last Defense Academy. Allí, se le informa de una misión fundamental: deberá proteger lo que se esconde en el núcleo de esa academia durante cien días de numerosas oleadas de monstruos, o si no, la humanidad perecerá.

Por supuesto, para cumplir dicho cometido no estará solo. Lo acompañarán un colorido elenco de personajes que harán de nuestros compañeros de clase y que, como imaginaréis, cuentan con diseños y personalidades de lo más variopintas; desde una maniaca otaku hasta un malote de buen corazón, pasando por dos hermanos inseparables… Hay de todo un poco. Todos ellos, comandados por Sirei, irán haciendo gala de su carisma a lo largo que pasen nuestros días en la academia y los hechos se vayan sucediendo.

The Hundred Line es un juego con muchísimos giros de guion, muchos más de los que sus autores nos habían acostumbrado hasta la fecha. Conforme avanzan los días en la academia, las revelaciones se van sucediendo, e incluso cuando llegas a los créditos del juego sientes que la cosa no ha hecho más que empezar. Y es que, como sus desarrolladores ya han revelado, el juego cuenta con un buen número de finales muy desarrollados, a los cuales iremos llegando en dependencia de lo que elijamos. En cada uno de ellos, podremos descubrir nuevas píldoras de verdad que revelarán qué es lo que realmente está sucediendo en la academia, y cuál es la verdad del universo del juego, el cual se va abriendo capa por capa conforme jugamos más.

La sensación que he tenido mientras jugaba, es que estaba ante una nueva obra maestra del género. Un título que será recordado por conseguir hilar una historia increíble a la par que trágica, en la que se nota que tanto Kodaka (para las rutas principales) como Uchikoshi (para el resto de rutas) han vertido toda su creatividad. A fin de cuentas, es su primera IP completamente original, por lo que la absoluta libertad creativa de la que cuentan es muy notoria.

Novela visual mezclada con estrategia

El sistema de juego de The Hundred Line se divide por días. Al iniciar un nuevo día en la academia, además de ir desarrollándose la historia, tendremos tiempo libre para hacer diversas cosas: usar las instalaciones de la academia (las cuales se van desbloqueando con el paso del tiempo), pasar tiempo con los personajes para aumentar nuestros lazos con ellos o incluso ir a explorar en una especie de tablero en el que iremos tirando dados para caer en casillas y luchar o recoger materiales.

Sin embargo, donde más brilla The Hundred Line es en los combates por turnos. Y es que cuando se produzca un nuevo ataque a la academia, nuestras unidades tendrán que salir a defenderla en partidas que recuerdan mucho a Fire Emblem, donde los estudiantes podrán usar habilidades por casillas para atacar (y defenderse) de poderosos monstruos que intentarán acabar ellos. Para ese propósito harán uso de la hemoanima, un misterioso poder que solo ellos tienen y que está relacionado con su sangre.

Cada combate de la historia principal del juego se siente fresco y único, ya sea por las distintas unidades en nuestro poder como por la aparición de comandantes, poderosos enemigos que no nos lo pondrán nada fácil, ya que cada uno de ellos tiene un «poder especial» distinto y la mar de variado. Por supuesto, para quienes no quieran un reto y solo estén en el juego por la historia, hay una opción de accesibilidad en el menú que hace que tanto la salud de todos los aliados como de la academia se restaure por completo al empezar cada turno.

Valores de producción de primera categoría

Una cosa que me ha llamado la atención poderosamente de The Hundred Line es el gran número de ilustraciones, cinemáticas y temas musicales que tiene. A pesar de ser una producción completamente independiente, no me cabe duda de que estamos ante el juego más ambicioso de sus creadores hasta la fecha. Lo mismo puede decirse de su duración, que puede extenderse hasta más allá de las cien horas si queremos ver todos los finales. Debido a esta gran cantidad de texto, desafortunadamente, el juego no viene localizado al español, lo cual es una pena.

Lo que sí es cierto es que el juego cuenta tanto con textos como con doblaje al inglés y al japonés. La calidad de los textos en inglés en general ha sido bastante buena, y el elenco de voces en japonés ha sido de primera categoría, por lo que se ve que han cuidado bastante este aspecto de cara al jugador final. Por supuesto, tampoco hemos encontrado ningún problema de rendimiento en Nintendo Switch, pudiendo completar el juego sin ningún percance.

Una nueva obra maestra del misterio

The Hundred Line

No me cabe duda, The Hundred Line – Last Defense Academy – es una nueva obra maestra de los videojuegos de misterio. A lo largo de sus cien días, consigue construir un elenco de personajes muy sólido con una historia intrigante en la que los combates por turnos solo son la guinda del pastel. Si decidís darle una oportunidad al juego, mi consejo es que lo hagáis sabiendo lo menos posible, ya que así es como más lo disfrutaréis: gran parte de su genio, radica en ir descubriendo cosas nuevas poco a poco, desafiando nuestras expectativas y haciéndonos caer en un embrujo del que es difícil salir.

The Hundred Line – Last Defense Academy – llega a Nintendo Switch en formato digital a través de la eShop y Steam este próximo 24 de abril, ¡no os lo perdáis! También tenéis ya disponible una demo con la primera semana del juego, cuyos datos podréis transferir al juego final si os engancha su premisa.