Activistas de “Just Stop Oil” protestan contra Tesla y atacan al robot Optimus

Activistas de Just Stop Oil atacan a Optimus, el robot de Tesla, durante protesta en Londres

Mar 14, 2025 - 05:03
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Activistas de “Just Stop Oil” protestan contra Tesla y atacan al robot Optimus
  • El impacto de las redes sociales no solo se ve en la cantidad de menciones, sino también en la interacción que generan. 

  • Optimus ha sido la gran apuesta de Elon Musk para liderar en la robótica.

  • Just Stop Oil volvió ha protestado para que el Reino Unido ponga fin a la extracción de petróleo y gas para 2030. 

El grupo ambientalista Just Stop Oil volvió a hacer noticia con una controvertida protesta en la tienda de Tesla ubicada en el centro comercial Westfield, en Londres. Tal y como se ha dado a conocer en un video. Se observa que dos miembros escalaron un expositor y vertieron látex líquido de color naranja sobre el prototipo de Optimus, el robot humanoide que Tesla ha venido desarrollando y exhibiendo en algunas de sus tiendas. Posterior a ello, los dos manifestantes, Catherine Rennie Nash, de 74 años, y Nigel Fleming, de 63, fueron arrestados por las autoridades.

Y es que, esta manifestación se suma a una serie de acciones que la organización ha llevado a cabo en diversas sucursales de Tesla tanto en Estados Unidos como en partes de Europa. Just Stop Oil, conocido por sus métodos de protesta radicales y disruptivos, busca que el Reino Unido ponga fin a la extracción de petróleo y gas para 2030. Entre sus acciones más polémicas se encuentran la interrupción de eventos deportivos, la vandalización de monumentos históricos y obras de arte, así como el bloqueo de carreteras mediante adhesión física de sus activistas al pavimento.

En su sitio oficial, Just Stop Oil afirma que actualmente 20 personas están en prisión por participar en acciones que, según ellos, buscan detener una catástrofe climática inminente. Mientras que sus simpatizantes aplauden su compromiso con la causa medioambiental, sus críticos argumentan que estas tácticas extremas solo generan rechazo y restan seriedad a su mensaje.

“En lugar de utilizar su riqueza para ayudar a resolver la crisis climática, reducir el hambre en el mundo o encontrar una cura para el cáncer,  está dejando sin trabajo a cientos de miles de personas, poniendo en peligro la ciencia del clima y negando la asistencia sanitaria a personas vulnerables”, dijo uno de las activistas.