Acorralada y sin fondos, Vicentin apuesta a Bunge como salvador

La cerealera anunció este fin de semana el cierre de sus plantas y la imposibilidad de pagar los sueldos de marzo. Su idea de supervivencia se posa cada vez más sobre sus inversores estratégicos, quienes renovaron su interés en la compañía hasta agosto

Abr 7, 2025 - 19:24
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Acorralada y sin fondos, Vicentin apuesta a Bunge como salvador

Vicentin atraviesa nuevamente un momento crítico. Es que, en la última jugada para resolver su conflicto, la cerealera recurrirá a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para, así, homologar su propuesta concursal y dar inicio al acuerdo con los gigantes Bunge-Viterra y ACA. 

El interés de la cerealera -este fin de semana cerró sus plantas e informó que no pagará los sueldos de marzo- por cerrar su concurso también incluye a Renova, la planta de procesamiento de granos más grande del mundo, en la que Vicentin comparte su gestión con la firma agroindustrial más importante del sector a nivel mundial, Bunge.

No obstante, su causa aún sigue en manos de la Justicia de Santa Fe y tiene un acreedor en contra, lo que dificulta aún más la concreción de sus planes. Hoy, hay dos opciones para salir del conflicto. La primera de ellas es el traspaso del concurso a la Justicia Nacional, lo que permitiría la reactivación de la empresa, que quedaría en un 95% en manos de sus inversores estratégicos.

En segundo lugar, resuena el cram down, una herramienta previa a la quiebra que permite que ciertos acreedores u otros actores externos hagan una propuesta para tomar el control de la empresa.

Este procedimiento ya se utilizó en el caso Vicentin en 2023, cuando no fluyó la primera propuesta concursal de la cerealera. Hoy, esta opción recae en manos de Grassi, representante de Commodities SA y el principal opositor de Vicentin en la carrera hacia la homologación del acuerdo.

"Los intereses de Grassi jugaron a favor de un hipotético cram down. Sin embargo, no sabemos cómo podría resolver la situación, ya que esta herramienta necesita de la aprobación de los acreedores, así como también de una inyección de capital que el acreedor no comunicó hasta el momento", indicaron fuentes con conocimiento del concurso a El Cronista.

Además, directivos de la compañía comentaron a este medio haberse reunido con Grassi, quien aseguró que tiene capacidad de generar contratos de granos, pero que no cuenta con la experiencia ni el conocimiento para manejar una empresa agroindustrial con fuerte tendencia exportadora.

Por el contrario, emerge la propuesta concursal que Vicentin logró acordar con 1200 de sus 1500 acreedores hace poco más de un año y medio. Esta incluye a las gigantes Bunge-Viterra y ACA e implicaría una inyección de u$s 300 millones en capital de trabajo y el blindaje de la compañía por 12 años. Sin embargo, la homologación del acuerdo es un requisito sine qua non para habilitar el desembolso.

Esta propuesta ya se venció en tres oportunidades, pero fue prorrogada la misma cantidad de veces. La última vez que se renovó el interés de los inversores estratégicos fue durante la segunda semana de febrero, por seis meses. 

"Hoy la empresa no tiene tiempo. Se sabía que marzo era el momento de quiebre. Hoy Vicentin está en cero. Producto del contexto, en el que los costos son superiores a los ingresos, la empresa se quedó sin caja", indicaron fuentes de la compañía. 

Esta es la razón por la que la cerealera busca una salida rápida a este conflicto, además de la extensión de su proceso concursal, que lleva más de dos años y arrastra una deuda de alrededor de u$s 70 millones.

"Los tiempos judiciales son extensos. En caso de que la corte homologara la propuesta concursal de Vicentin, la cerealera podría pasar a manos de sus inversores estratégicos en un periodo que va desde los seis hasta los ocho meses", dijo una fuente con conocimiento sobre el caso.

La importancia de Renova

Renova es una compañía dedicada a la producción y comercialización de biodiesel, glicerina y aceites refinados que, inicialmente, estuvo conformada en partes iguales por Vicentin y Oleaginosa Moreno S.A (perteneciente a Glencore, posterior Viterra). 

Tiempo después, tras la compra de Viterra por parte de Bunge, el 50% de la empresa pasó a formar parte de la cartera del gigante global de los agronegocios. Renova posee plantas de biodiesel y glicerina en San Lorenzo, molienda de girasol y de soja en Quequén y molienda de soja en Timbúes.

Sin embargo, cuando Vicentin entró en default, en 2019, este le entregó a Bunge un 16% de la compañía para intentar saldar sus deudas y evitar la apertura de su concurso. Evidentemente el conflicto no se solucionó en ese entonces y, hoy, la cerealera conserva el 33% de la compañía.

"El interés de Bunge, además de quedarse con las plantas de Vicentin, radica también en Renova, ya que, en términos de capacidad de procesamiento, es la más grande del mundo", explicaron fuentes de la compañía. De esta forma, sería difícil pensar en una retirada de Bunge, aunque durante el último tiempo, evitó, junto a ACA, responsabilizarse por las faltas de pago de sueldos de Vicentin.