150 años del Hospital Gutiérrez
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires funcionan tres hospitales pediátricos de alta complejidad que reciben pequeños pacientes de todo el país: el Garrahan, el Elizalde y el Ricardo Gutiérrez. El 30 del mes pasado, este último celebró su 150º aniversario. Fue creado bajo el impulso del doctor Ricardo Gutiérrez en 1875, quien lo dirigió hasta su muerte, ocurrida en 1896. En ese año se mudó a su actual sede de la calle Gallo. Fue el primero en su tipo en América Latina. Nacía casi en forma paralela a la pediatría como especialidad, la que comenzaba a ser diferenciada en Europa y en los Estados Unidos. Con más de 50 especialidades pediátricas, se atienden allí unas 400.000 consultas externas anuales y se realizan unas 7000 cirugías durante el mismo lapso a niños de todas las edades. Mil médicos, más enfermeros y técnicos –unos 2342 profesionales de la salud– trabajan allí cada día al servicio de quienes necesitan atención. Aproximadamente, unas 900.000 muestras se procesan por año en el laboratorio.Su director, Pablo Neira, empezó a trabajar en el hospital hace 35 años para completar una residencia, instancia que funciona desde 1959. El Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez es el primer centro de salud argentino con residencia pediátrica. Se completan regularmente todas las vacantes disponibles en esta especialidad a pesar de la crisis vocacional. En él no solo se cura, sino que se forman profesionales y especialistas altamente calificados de la Universidad de Buenos Aires. Investigadores del Conicet desarrollan allí también avances de importancia.Además de cumplir un rol de excelencia en la formación de profesionales, se trata de una institución referente de la salud pública, con capacidad para resolver derivaciones complejas de todo el país y también de naciones vecinas. Además de estar especializado en trasplantes pediátricos, el hospital concreta exitosamente reimplantes de miembros superiores en chicos que fueron víctimas de algún accidente doméstico, una cirugía que pocos centros realizan. Su cooperadora trabaja sin descanso desde hace 70 años, cuando tuvo lugar el brote de poliomielitis, en la mejora de la calidad de internación de los niños y sus familias. Y un equipo de 100 voluntarias acompaña con amor la labor profesional de los planteles. El hospital ha estado y sigue estando a la vanguardia del cuidado y la atención de la infancia y adolescencia. Celebramos este aniversario y bregamos por que los profesionales reciban no solo el agradecimiento de la comunidad, sino también su justa remuneración.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires funcionan tres hospitales pediátricos de alta complejidad que reciben pequeños pacientes de todo el país: el Garrahan, el Elizalde y el Ricardo Gutiérrez.
El 30 del mes pasado, este último celebró su 150º aniversario. Fue creado bajo el impulso del doctor Ricardo Gutiérrez en 1875, quien lo dirigió hasta su muerte, ocurrida en 1896. En ese año se mudó a su actual sede de la calle Gallo. Fue el primero en su tipo en América Latina. Nacía casi en forma paralela a la pediatría como especialidad, la que comenzaba a ser diferenciada en Europa y en los Estados Unidos.
Con más de 50 especialidades pediátricas, se atienden allí unas 400.000 consultas externas anuales y se realizan unas 7000 cirugías durante el mismo lapso a niños de todas las edades. Mil médicos, más enfermeros y técnicos –unos 2342 profesionales de la salud– trabajan allí cada día al servicio de quienes necesitan atención. Aproximadamente, unas 900.000 muestras se procesan por año en el laboratorio.
Su director, Pablo Neira, empezó a trabajar en el hospital hace 35 años para completar una residencia, instancia que funciona desde 1959. El Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez es el primer centro de salud argentino con residencia pediátrica. Se completan regularmente todas las vacantes disponibles en esta especialidad a pesar de la crisis vocacional. En él no solo se cura, sino que se forman profesionales y especialistas altamente calificados de la Universidad de Buenos Aires. Investigadores del Conicet desarrollan allí también avances de importancia.
Además de cumplir un rol de excelencia en la formación de profesionales, se trata de una institución referente de la salud pública, con capacidad para resolver derivaciones complejas de todo el país y también de naciones vecinas.
Además de estar especializado en trasplantes pediátricos, el hospital concreta exitosamente reimplantes de miembros superiores en chicos que fueron víctimas de algún accidente doméstico, una cirugía que pocos centros realizan.
Su cooperadora trabaja sin descanso desde hace 70 años, cuando tuvo lugar el brote de poliomielitis, en la mejora de la calidad de internación de los niños y sus familias. Y un equipo de 100 voluntarias acompaña con amor la labor profesional de los planteles.
El hospital ha estado y sigue estando a la vanguardia del cuidado y la atención de la infancia y adolescencia. Celebramos este aniversario y bregamos por que los profesionales reciban no solo el agradecimiento de la comunidad, sino también su justa remuneración.