Una memoria manipulada
Tal vez el más difícil de los sujetos de estudio sea nuestra propia familia. Esta historia nace del relato fragmentado e interrumpido de los abuelos, pero también de la vivencia del conflicto como historiador del autor, Gutmaro Gómez, que es a la vez el hijo que vive el deterioro y la precariedad en la que... Leer más La entrada Una memoria manipulada aparece primero en Zenda.

Tal vez el más difícil de los sujetos de estudio sea nuestra propia familia. Esta historia nace del relato fragmentado e interrumpido de los abuelos, pero también de la vivencia del conflicto como historiador del autor, Gutmaro Gómez, que es a la vez el hijo que vive el deterioro y la precariedad en la que viven sus mayores y el padre que ve cómo sus hijos mantienen y reproducen muchas de las claves heredadas del pasado, a pesar de la distancia generacional y tecnológica
En este making of Gutmaro Gómez Bravo nos cuenta cuál el fue el origen de su libro Los descendientes (Planeta).
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El libro parte de una necesidad personal. Está marcado, de principio a fin, por el deterioro y la precariedad en la que viven nuestros mayores. Ante la enfermedad degenerativa de mi madre, surge la urgencia de ordenar sus recuerdos, de contar su historia a mis propios hijos, los descendientes. Después del ictus y de la caída, la vida de mi padre cambió por completo. A medida que perdía movilidad parecía recobrar los recuerdos de su infancia. La historia sufrió un giro radical cuando, terminado ya el primer borrador del texto, pude acceder al expediente del Archivo del Ministerio del Interior de mi abuelo. Lo había solicitado muchos años atrás, tantos que ya no contaba con él. Siempre me decían que no había nada, que se había perdido todo, pero sus 308 páginas cambiaron por completo el relato. Mi familia aún no lo conoce. Esta es mi forma de contárselo, de explicar una historia que no deja de ser común a la de muchas otras familias.
Por lo demás, he tratado de utilizar las herramientas habituales del trabajo de historiador para lidiar con bulos, versiones enfrentadas, vidas de otros… hasta que he visto surgir una historia nueva, desconocida, que me ha ido envolviendo, enredando, a través de la escritura. Aquí me he visto en el callejón en el que habitan todos los males del pasado en nuestros días. Por un lado, a nivel profesional, me enfrento a los mitos y mentiras de una memoria manipulada, politizada; por otro, con mucha más dificultad, como padre de dos hijos adolescentes, trato de confrontar la versión heredada con todo aquello que he podido averiguar en los archivos. Muchas de las cosas que parecían olvidadas, desterradas de nuestra memoria colectiva, afectan de lleno a esta nueva generación que consume el pasado en formato virtual, idealizado, a través de internet y de las plataformas digitales.
El punto de partida no puede ser otro que el de mi visión generacional. Los que no hicimos la Transición pero fuimos más o menos jóvenes en los años ochenta y noventa, encontramos unos referentes que nos siguen marcando. El primer epílogo recoge esa experiencia y trata de ponerla en valor a lo largo de un siglo de la historia de España. El segundo, escrito una vez terminada la investigación en archivos, vuelve al punto de partida inicial, pero desde un descubrimiento que lo cambia todo. Un hallazgo, quizás el más importante, resulta imposible de incorporar al relato, a la propia versión familiar.
Escrito en primera persona, no tiene notas a pie de página, para favorecer la lectura. Todas las referencias usadas aparecen al final del libro, junto con los documentos consultados. Con la excepción de la prensa y varios archivos públicos, la mayor parte del trabajo se ha realizado a través del correo electrónico, WeTransfer o WhatsApp, sistemas de intercambio de datos con los que es posible interactuar sin necesidad de hablar. A través de un simple mensaje de teléfono móvil, se puede compartir una imagen, manipularla y convertirla en realidad. El pasado deformado, filtrado, sirve a nuestras creencias, a nuestra forma de pensar y vivir el presente. Las herramientas visuales, los memes, transmiten hoy los mitos y las leyendas de ayer con una gran fuerza. También he tratado de comprender cómo funciona ese mecanismo en los videojuegos y las plataformas educativas. Pero con la llegada del expediente de mi abuelo, todo cambia por completo. Tuve que reescribir el libro. Lo terminé de leer con mi madre. Aquella forma de estar pegada a los días, de sobrevivir, no era otra cosa que lo que nosotros llamamos hoy “memoria”.
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Autor: Gutmaro Gómez Bravo. Título: Los descendientes. Editorial: Planeta. Venta: Todostuslibros.
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