Un modelo “abierto” de OpenAI muestra cuánto cambió la empresa —y la inteligencia artificial— en dos años
OpenAI planea lanzar un modelo de lenguaje de código abierto, marcando un giro estratégico tras años de mantener sus desarrollos en secreto
El CEO de OpenAI, Sam Altman, anunció que su empresa planea lanzar en los próximos meses un “nuevo y potente modelo de lenguaje abierto con capacidad de razonamiento”. Esto marcaría un cambio importante para una compañía que ha mantenido sus modelos en secreto desde 2019. El anuncio no fue una sorpresa total: después del impactante lanzamiento en enero del modelo chino de código abierto DeepSeek-R1, Altman dijo durante una sesión de preguntas en Reddit que se dio cuenta de que su empresa estaba “del lado equivocado de la historia” y sugirió que un modelo open source de OpenAI era una posibilidad real.
Los modelos abiertos suelen contar con una licencia permisiva que exige poco o ningún pago al desarrollador del modelo. Para las empresas que buscan aprovechar la IA, los modelos abiertos pueden ser más rentables, ya que permiten alojar (y proteger) los modelos por cuenta propia, evitando el riesgo —a menudo delicado— de enviar datos confidenciales a través de una API a un proveedor externo y pagar tarifas por ello. Cada vez más compañías están optando por este camino, especialmente aquellas que manejan datos sensibles de usuarios en industrias reguladas.
El truco: un usuario corporativo no tiene que pagar para utilizar un modelo abierto. Algunos laboratorios de IA publican modelos abiertos para ganar credibilidad en el mercado, lo que potencialmente les allana el camino para luego vender acceso a sus modelos cerrados más potentes vía API. Al lanzar modelos abiertos desde el principio, la empresa francesa Mistral se consolidó como un laboratorio de IA de primer nivel y como una alternativa legítima frente a los actores estadounidenses. Algunos laboratorios ofrecen modelos de código abierto y luego obtienen ingresos mediante consultorías que ayudan a grandes empresas a implementar y optimizar estos modelos con el tiempo.
Los modelos Llama de Meta son los modelos “abiertos” más ampliamente implementados, aunque la compañía restringe su reutilización y redistribución, y mantiene en secreto los datos de entrenamiento y el código, por lo que técnicamente no son de código abierto. Meta tiene motivos distintos para liberar sus modelos. A diferencia de Mistral y otros, su modelo de negocio se basa en vigilar a los usuarios y dirigirles publicidad, no en alquilar modelos de IA. Zuckerberg continúa financiando la investigación de Llama porque estos modelos son una fuerza disruptiva en la industria y le otorgan a Meta el derecho de autodefinirse como una “empresa de IA”.
Ahora OpenAI tiene sus propias razones para lanzar un modelo abierto. Hace dieciocho meses, OpenAI era el campeón indiscutido de los modelos de IA de vanguardia. Pero desde entonces, la aparición de modelos de lenguaje como el poderoso Gemini 2.0 de Google y el R1 de código abierto de DeepSeek ha abierto la competencia por completo.
El mercado ha cambiado, y OpenAI también ha evolucionado. Al igual que Meta, OpenAI ya no depende directa y exclusivamente de sus modelos para generar ingresos. Vender acceso a sus modelos mediante API ya no es su principal fuente de ingresos. Hoy, la mayoría de sus ganancias —y también su impresionante valuación de 300.000 millones de dólares— provienen de las suscripciones a ChatGPT (en su mayoría, adquiridas por consumidores individuales). El verdadero superpoder de OpenAI es haberse convertido en una marca de inteligencia artificial reconocida a nivel masivo por los consumidores.
OpenAI sin duda seguirá destinando enormes recursos al desarrollo de modelos cada vez más avanzados, pero su principal motivación para hacerlo ya no es cobrarle a los desarrolladores por acceder directamente a ellos, sino continuar haciendo que ChatGPT sea cada vez más inteligente para los usuarios.